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El petróleo fluye por el Mekong

Fuentes: IPS

China, siempre sedienta de energía, decidió convertir al frágil río Mekong en una ruta de transporte de petróleo. Ambientalistas de Asia sudoriental temen que los derrames destruyan el sustento de millones de ribereños. Los activistas manifestaron su preocupación después de una primera travesía de dos buques petroleros por el río Mekong, que puso en evidencia […]

China, siempre sedienta de energía, decidió convertir al frágil río Mekong en una ruta de transporte de petróleo. Ambientalistas de Asia sudoriental temen que los derrames destruyan el sustento de millones de ribereños.

Los activistas manifestaron su preocupación después de una primera travesía de dos buques petroleros por el río Mekong, que puso en evidencia la determinación de Beijing de encontrar rutas alternativas y más baratas para importar petróleo.

Los dos barcos llegaron el 29 de diciembre a un puerto de la sudoccidental provincia china de Yunán, con un total de 300 toneladas de petróleo refinado procedente de un puerto de la norteña provincia tailandesa de Chiang Rai, informó Xinhua, la agencia de noticias estatal china.

La travesía río arriba marcó «el lanzamiento de prueba del programa chino de transporte de petróleo con sus socios del sudeste asiático», destacó la agencia, y agregó que «según expertos, el curso de agua servirá de alternativa al estrecho de Malaca como ruta de transporte de petróleo, y asegurará el abastecimiento de petróleo para Yunán y el sudeste de China en general».

Los ambientalistas ya habían dado la alarma cuando se revelaron los planes de la nueva ruta petrolera en 2004, pero se indignaron cuando a mediados de 2006 se supo que China había conseguido un aumento de la cuota de petróleo que espera transportar por el río Mekong en el futuro.

El acuerdo inicial, firmado en marzo de 2006 por Birmania, Laos, Tailandia y China, permitía una cuota mensual de transporte de 1.200 toneladas de petróleo refinado.

Pero ahora, Beijing aspira a transportar «70.000 toneladas anuales de petróleo refinado desde Tailandia, solo por el río Mekong», declaró Qiao Xinmin, jefe de la oficina de asuntos marítimos provinciales, citado por Xinhua.

«Todo se hizo en secreto, sin informar al público ni pedir opinión a los involucrados, en especial a los que viven junto al río Mekong», se quejó Premrudee Daoroung, codirectora de la organización ambientalista Towards Ecological Recovery and Regional Alliance (TERRA), con sede en Bangkok. «Esto confirma quién controla el Mekong», agregó.

Lo mismo ocurrió cuando Beijing convenció a los países situados al sur de Yunán de dragar el río mediante explosiones en los rápidos para permitir la navegación de grandes barcos, según Premrudee. «China dirigió ese esfuerzo y fue la primera en aportar dinero, porque iba a ser la principal beneficiaria», afirmó.

Los temores a un posible derrame de petróleo fueron alimentados por lo que los ambientalistas han observado desde que algunos barcos comenzaron a hacer la ruta Chiang Rai-Yunán, transportando productos agrícolas como ajo y manzanas.

«Estos buques cargueros han contaminado el río, y esto afecta a la gente que vive en los márgenes», dijo Pianporn Deetes, activista de la Red por los Ríos de Asia Sudoriental, con sede en la norteña ciudad tailandesa de Chiang Mai.

«La gente fue totalmente excluida de este plan», aunque «un derrame destruiría el ecosistema del río», lamentó Pianporn.

El río Mekong es el mayor curso de agua del sudeste asiático, con 4.880 kilómetros de largo. Comienza su viaje en la meseta tibetana, atraviesa Yunán, fluye a lo largo de las fronteras de Birmania, Tailandia y Laos y finalmente serpentea por Camboya y Vietnam, para desembocar en el mar de China meridional.

Se estima que 60 millones de residentes en las riberas del Mekong, desde Birmania hasta el sur, dependen del río para obtener alimentos, agua y transporte.

La pesca anual en el tramo inferior del Mekong representa dos por ciento «del total de la captura mundial y 20 por ciento de toda la pesca mundial en cursos de agua internos», destacó la Comisión del Río Mekong, un organismo intergubernamental integrado por Tailandia, Laos, Vietnam y Camboya, con sede en Vientiane, la capital de Laos.

China decidió recurrir al Mekong como nueva ruta del petróleo en momentos en que su demanda de energía está en aumento. La importación anual de petróleo se estima en 140 millones de toneladas anuales y tiende a crecer, según informes. Casi 70 por ciento de estas importaciones se transportan por el estrecho de Malaca.

La ruta del Mekong es uno de dos planes de China para evitar el estrecho de Malaca. El pasado abril, Beijing firmó un acuerdo con el gobierno de Birmania para construir un oleoducto entre el puerto profundo de Sittwe y Kunming, capital de Yunán.

El oleoducto planificado alarmó a grupos ambientalistas y de derechos humanos de Birmania por varios motivos: la repentina afluencia de ingresos que ayudará a apuntalar al tiránico régimen militar de Rangún, el daño ambiental que causará el oleoducto y las violaciones a los derechos humanos que dejará a su paso.

«Este oleoducto pasará por el centro de Birmania. Habría muchas reubicaciones y trabajos forzados, porque la ruta atraviesa zonas densamente pobladas», advirtió Wong Aung, portavoz del Movimiento Shwe del Gas, un grupo que lucha por los derechos de la comunidad arakan en Birmania. «Muchos árboles serán cortados en los bosques que cubren las tierras de los arakan yoma», agregó.

Pero «a los chinos no les importa la destrucción ambiental ni las violaciones a los derechos humanos si necesitan petróleo», dijo a IPS.