En su entrevista el preso político afirmaba: «Las condiciones son duras pero yo también soy testarudo y conmigo lo llevan claro. Ahora hay que ver qué pasa y espero estar a la altura». La pregunta ahora es si el Gobierno español también lo estará. «No pido nada especial, solo un trato justo, teniendo en cuenta […]
En su entrevista el preso político afirmaba: «Las condiciones son duras pero yo también soy testarudo y conmigo lo llevan claro. Ahora hay que ver qué pasa y espero estar a la altura». La pregunta ahora es si el Gobierno español también lo estará.
«No pido nada especial, solo un trato justo, teniendo en cuenta mi situación. Me pongo en huelga de hambre por las causas que aquí señalo y, lo más importante, porque el Gobierno español está alargando esta situación inaceptable, llevando hasta el extremo su crueldad y su odio. Es inaceptable que se mantenga a catorce presos gravemente enfermos en un corredor de la muerte carcelario».
Así finaliza la misiva redactada ayer por Iosu Uribetxeberria, en la que anunció que no ingerirá alimentos y que había rechazado las pruebas médicas previstas, un TAC y una punción. «Sé que en mi situación no duraré muchos días», añadió.
Según explicó el preso de Arrasate, que se encuentra ingresado en el Hospital Donostia, la gota que colmó el vaso fue la actitud de algunos de los agentes policiales presentes en su habitación.
Hasta el martes, sus familiares y amigos podían entrar de dos en dos. Además, era «un día especial porque me iban a hacer una prueba importante». Sin embargo, los agentes le dijeron que las visitas solo podrían entrar de una en una.
«Nosotros somos los que dictamos las normas», aseguró Uribetxeberria que le espetaron. También hubo problemas para saber quiénes podrían entrar y quiénes no.
Ya por la noche, antes de acostarse, el preso fue a abrir su ventana para tomar un poco el aire. «Un polícía me dijo que la ventana tenía que estar cerrada». Si bien el agente argumentó motivos de «seguridad» -pese que la ventana tiene barrotes por fuera-, cabe recordar que el rostro de Uribetxeberria había sido fotografiado ese mismo día a través de esa ventana abierta.
En vista de la situación, el preso notificó a los responsables médicos su intención de comenzar una protesta en forma de huelga de hambre.
Desde el año 2005
Unas horas antes de conocerse esta noticia, Jaiki Hadi, el colectivo de profesionales de la medicina que atiende a los prisioneros políticos vascos compareció para exponer la situación en la que se encuentra Uribetxeberria. El doctor Javier Hernando recordó que el preso de Arrasate fue operado de un tumor en un riñón en 2005.
Ya entonces se pidió a un juez su puesta en libertad condicional, al tratarse de una enfermedad grave que podía reproducirse y que necesitaba un estricto control que la cárcel no ofrece. La petición fue rechazada y durante estos años su estado de salud no ha hecho sino empeorar. «Hoy tiene 56 años, lleva quince encarcelado y es un enfermo terminal que está hospitalizado a la espera de la muerte», resumió Hernando.
En nombre de Jaiki Hadi, insistió en que «hay catorce presos gravemente enfermos, tres de ellos con cáncer, y que si no se toman a tiempo las medidas necesarias se corre el riesgo real de llegar a una situación irreversible, como se ha visto en el caso de Iosu».
Por ello, realizó un llamamiento urgente a los responsables de la política penitenciaria para que «respeten el derecho de Iosu a una muerte digna y tomen medidas para que no se repita una situación dramática como esta».
La también médico Mati Iturralde auguró que si Uribetxeberria fallece mientras se halla encarcelado supondrá «un fracaso para esta sociedad, que ha hecho grandes esfuerzos para pasar a otro ciclo. No podemos resignarnos, es responsabilidad del Estado pero toda la sociedad ha de comprometerse».
Por la libertad de Iñaki Erro
En Nafarroa, los grupos parlamentarios de NaBai, Bildu e I-E reclamaron la puesta en libertad de Iñaki Erro. El preso de Donibane lleva encarcelado 25 años y sufre una cardiopatía isquémica severa, por la cual fue ingresado de urgencia el pasado 18 de enero en el Hospital de Almería, donde le implantaron tres stends. Recientemente ha sido trasladado hasta la cárcel de Iruñea para poder visitar a su madre, gravemente enferma.
Cumplió íntegramente su condena en mayo de 2010, pero la Audiencia Nacional le alargó la condena aplicándole la doctrina del Tribunal Supremo 197/2006. Estas tres formaciones políticas subrayaron «la necesidad de acabar con las medidas de excepción» y aseveraron que «no se puede jugar con la salud de los presos y las presas, que tienen derecho a ser excarcelados para ser tratados de sus enfermedades graves en condiciones óptimas».