Los Programas Especiales de Modernización se dedican a desarrollar y fabricar armas. En 2023 su dotación aumentó un 72%, hasta los 4.902 millones de euros. Son adquisiciones a largo plazo con un sistema de pago poco convencional: están prefinanciadas con créditos del Ministerio de Industria.
A partir de 2004, comenzó a aparecer en los Presupuestos Generales del Estado un nuevo apartado (dentro del Ministerio de Defensa) denominado Programas Especiales de Modernización. El nombre puede llevar a engaño: se trata de fondos para fabricar armas. Su dotación ha pasado de 578 millones de euros en 2004 a 4.902 millones en las cuentas prorrogadas de 2024. Es decir, un aumento del 748% en dos décadas.
En las propias cuentas oficiales, definen a estos Programas como “aquellos derivados del Acuerdo entre los Ministerios de Defensa y de Industria, Comercio y Turismo, destinados al desarrollo y fabricación de equipos y sistemas de armas, en los que convergen dos características claves: estar prefinanciados, en todo o en parte, con créditos del Ministerio de Industria, y efectuar los pagos desde el Ministerio de Defensa a partir del momento de su recepción y puesta en servicio”.
Aunque los Programas no tuvieran un ítem particular en los Presupuestos hasta 2004, este sistema de compra ya se venía utilizando. Según los datos oficiales de Defensa, por ejemplo, hay una adquisición de fragatas F-100 (que comenzó en 1995 y no finalizará hasta 2028). O los tanques Leopard, cuya compra va desde 1996 a, también, 2028.
Un sistema “supuestamente” excepcional
La opacidad alrededor del gasto militar no se deriva sólo de las partidas difuminadas por otros ministerios, o del gasto extraordinario que se aprueba casi semanalmente en cada Consejo de Ministros. Dentro de lo oficialmente consignado a Defensa también se advierte falta de transparencia, y estos programas para fabricar armas son un buen ejemplo.
En el medio especializado Infodefensa aluden a la dificultad para hacer análisis al respecto. Apuntan lo siguiente: “Determinar el volumen anualizado de la demanda se complica por el mecanismo de financiación de los programas especiales, que cuentan con una parte de prefinanciación del Ministerio de Industria a través de créditos reembolsables y una teórica devolución a través de los pagos de los contratos firmados con el de Defensa, una nebulosa que se pierde en el futuro. Este sistema supuestamente excepcional ha permitido la financiación del 95% de los programas de modernización en lo que va de siglo”.
5 millones presupuestados, casi 2.000 ejecutados
En el medio citado anteriormente escudriñan las partidas dedicadas a estos programas desde 2004 (cifras que posteriormente han sido corroboradas por La Marea). De los 578 millones de hace dos décadas se pasó a 708 millones en 2009.
Después, la crisis también llegó a la Defensa. Sin embargo, como suele ser habitual –y más cuando se trata de esta tipología de gasto–, entre lo inicialmente presupuestado y lo finalmente ejecutado, hay una importante diferencia.
En la Descripción de los Programas del sector (que se incluye en los presupuestos de cada ministerio), se puede comprobar que en 2012 la dotación fue de 5 millones, pero se acabaron utilizando 1.787 millones. Un año más tarde, se pasó de los 6,8 iniciales a 885. En 2014 y 2015 se partió de la misma cantidad (6,8) para terminar gastando 889 y 861 millones respectivamente.
2.000 millones más para fabricar armas en 2023
En 2016, el presupuesto de este programa para desarrollar y fabricar armas subió hasta los 1.824 millones de euros. Alcanzó los 2.848 en 2022 y dio el gran santo un año después, con una dotación de 4.902 millones de euros (un 72% más). La cifra se mantiene igual en 2024 tras prorrogar las cuentas.
En 2023, explican en el Presupuesto oficial del Ministerio de Defensa, del total del crédito asignado, 3.605,37 millones de euros corresponden a los 20 programas en curso y 1.296,34 a 13 nuevos.
Entre los primeros, destacan los 620 millones de euros para la producción del Eurofighter 2000 (dentro del programa Halcón). Los 488,62 millones para la construcción de cinco fragatas F-110. Otros 200 para fabricar cuatro submarinos (el programa S-80), y 189,57 que se destinan al programa Vehículo de Combate sobre Ruedas, responsable de fabricar el blindado 8×8 bautizado como Dragón.
De los nuevos, resaltan los 170 millones para adquirir cuatro aviones de patrulla marítima MPA; 101 millones del Programa del Sistema Aéreo Remotamente Tripulado (RPAS), y 153 para la adquisición de 10 aviones de vigilancia marítima VIGMA.