La crítica a Podemos desde la izquierda no es que sea fácil, es que es entendida, comprendida y asumida por los dirigentes de Podemos, y en muchos casos compartida. Pero ellos han entendido que desde la cosmovisión de la izquierda tradicional era imposible conseguir cambiar la actual situación, que como mucho se podía aspirar a […]
La crítica a Podemos desde la izquierda no es que sea fácil, es que es entendida, comprendida y asumida por los dirigentes de Podemos, y en muchos casos compartida. Pero ellos han entendido que desde la cosmovisión de la izquierda tradicional era imposible conseguir cambiar la actual situación, que como mucho se podía aspirar a lograr un 15% de los votos. Es cierto que la mayoría de los dirigentes de Podemos son personas de izquierda, cuando no marxistas y comunistas, pero que han decido establecer como estrategia el formar una organización que cómo bien dijo Iñigo Errejón en Londres, «Podemos no es una coalición de grupos de izquierdas, y si me apuráis, tampoco es un partido de izquierdas»1 y que en palabras de Pablo Iglesias «el programa de Podemos lo habría firmado cualquier socialdemócrata» 2
Es decir, gran parte de los dirigentes de Podemos, estan asumiendo un programa mínimo – que entra en contradicción con su pensamiento-, no para ganar las elecciones, sino para lograr una hegemonía – cambiar el sentido común- que ha de desembocar en un proceso constituyente. Pues todo aquello que no fuese esto implicaría que Podemos es la nueva superchería política.
Claramente Podemos merece un respeto y una confianza gracias a quienes son sus dirigentes, es decir, yo si me creo que si Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias, Luis Alegre Zahonero, Carlos Fernandez liria alcanzasen el gobierno, harían lo mismo que hizo Hugo Chavez al ganar sus primeras elecciones, crear una asamblea constituyente, pero en ausencia de estos nombres, estaríamos ante el nuevo engaño de la socialdemocracia.
Bajo esta premisa – la única posible para la existencia de Podemos- el programa de Podemos es vacuo, pues nada mas vencer, el gobierno de Podemos pondría en marcha un proceso constituyente, que sería lo opuesto al que trajo la constitución de 1978, es decir, en lugar de construir una constitución en los salones, se haría en las calles, y si la labor de los militantes de Podemos – y de IU y Pce- durante este proceso será importante, mas aun lo serán las medidas que el gobierno de Podemos ha de poner en marcha para hacer que esa constitución sea real.
Y es este contexto el que tanto parte de los detractores ( por parte de la izquierda) como los simpatizantes de Podemos rechazan. Para ambos el programa actual de Podemos es el programa que Podemos pondría en marcha en cuanto gobernasen -pensamiento de los detractores- , incluso es el programa que haría real la nueva constitución -pensamiento de los simpatizantes.
Yo me sigo ratificando en que la única estrategia -coherente- de Podemos es ganar las elecciones, influir en lo posible -al igual que IU y Pce- en la asamblea constituyente, ganar de nuevo las elecciones postconstitucional y tras ello realizar un programa acorde para hacer real esa constitución construida por todos, programa que en ningún caso podría ser socialdemocrata, salvo en un caso. Y este caso ya ha sido señalado en numerosas ocasiones por parte de los dirigentes de Podemos: el actual capitalismo no permite ni siquiera un programa socialdemocrata. Es decir, en la actual situación no es necesario el realizar proclamas revolucionarias puesto que el solo intento de realizar medidas reformista socialdemócratas clásicas convertiría la situación en revolucionaria . En definitiva, actualmente para querer cambiar un poco es necesario cambiar todo, puesto que cualquier país que pretenda ser democrático y que la soberanía resida en el pueblo solo lo alcanza si deja de lado el modo de producción capitalista.
Notas:
1 http://www.laizquierdadiario.com/Si-me-apurais-tampoco-es-un-partido-de-izquierdas
2 http://www.lasexta.com/programas/sexta-noche/noticias/pablo-iglesias-quien-piense-que-ganar-elecciones-puede-cambiar-capitalismo-ingenuo_2014100500001.html
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