El doctor en geofísica, consultor internacional en minería y experto en valoración del impacto medioambiental de proyectos extractivistas Steven Emerman afirma que el de Touro-O Pino es «el peor» que ha estudiado nunca.
«Nunca había visto nada como el proyecto de Touro, es el peor que estudié en mi vida». Steven Emeraman, doctor en geofísica, profesor en la Universidad de Utah, consultor internacional en minería y aguas subterráneas y experto en valoración del impacto medioambiental de proyectos mineros, lleva unos días en Galiza dando conferencias sobre los peligros de la mina de Touro-O Pino. Cuando le preguntamos que les diría a los encargados de este proyecto, Emerman lo tiene claro: que no lo hagan, que simplemente lo olviden porque hay demasiado en juego.
¿Por qué dices que es una locura el proyecto de la mina de Touro?
Quisiera poner este proyecto en un contexto global. Por ejemplo, después del fallo de la presa de Vale en Brasil, el pasado enero, se introdujo una nueva legislación minera en el país que introdujo el concepto de «zona de propio salvamento», que es la zona donde ya no es posible ningún rescate y la persona que se encuentre en ella solo puede intentar rescatarse a sí misma. La extensión de esta zona es de diez kilómetros por debajo de una presa de relaves -desechos tóxicos de procesos mineros-, por lo que, si algo pasase, para la gente que está en esos diez kilómetros no hay rescate posible.
En el proyecto Touro, hay un plan para colocar una presa de relaves a 200 metros de una población que tiene unos veinte hogares. Esta población puede desaparecer en segundos. La distancia es tan pequeña que dos o tres segundos bastan para que la presa de relaves simplemente caiga sobre la aldea tragándolo todo. Mi español no es tan bueno y no sé cuál es la palabra adecuada para esta situación. «Locura» o «absurdo» no son suficientes para describirlo, pero es lo que es.
Es más, en tales circunstancias, cuando hay un riesgo de pérdida de vidas humanas en un evento de fallo de una presa es necesario diseñar la presa para dos situaciones: la inundación máxima probable y el terremoto máximo creíble, pero en todos los planes del proyecto en 6.000 páginas, ni siquiera mencionan estos conceptos. En los planos simplemente se discute la precipitación media anual que no es relevante para el diseño de una presa. Una presa hay que construirla de manera que resista una inundación o un terremoto, pero en los planes ni siquiera hay una consideración hacia estos conceptos, que son los más básicos de seguridad. En estas circunstancias, ¿cuáles son los criterios para el diseño de la presa? Hay otros problemas, pero la seguridad de la población que vive cerca de la presa debería ser siempre el más importante.
¿Sería posible un proyecto de minería sostenible en Touro? De ser así, ¿qué requeriría?
Todo es posible, pero para eso hay que pagar los costes de lograr seguridad. En esta situación, con una explotación de un yacimiento con una concentración baja de cobre, no es posible generar un lucro y, al mismo tiempo, pagar los costes para garantizar la seguridad. Puedo poner un ejemplo en dos áreas. Primero, el problema de generación de acidez. Hay un plan para contener los relaves, generadores de acidez, con una presa construida de rocas que no son generadoras de acidez. La base de la estimación de las rocas que no son generadoras de acidez es de 72 muestras de 144 gramos a partir de una proyección de la explotación de 169 millones de toneladas.
¿Qué hacer si la estimación no es correcta? ¿Cómo construir la presa de relaves? Hay varias posibilidades y todas ellas son malas. Se podría construir la presa de relaves con menos material de construcción, aumentar la inclinación de la presa -lo que la haría más insegura-, cambiar el valor del límite entre las rocas que son generadoras de acidez y que no lo son para colocar en la propia presa rocas que van a generar acidez. Según los planes del proyecto no es posible diferenciar entre estas rocas por su aspecto; es necesario probarlas para comprobar su potencia de generar acidez. Pero no es posible probarlas gramo a gramo, por lo que es muy probable que ocurra una colocación de rocas que no son generadoras de acidez en la propia presa, por lo que la presa va a ser una fuente de generación de acidez y esta va a afectar a toda la zona.
Hay un plan para colocar un revestimiento para prevenir la entrada de acidez en el agua subterránea. Estos revestimientos tienen vidas útiles largas pero en este contexto -geomembrana- una vida útil larga quiere decir unos cien años. En el contexto de protección de las generaciones futuras, cien años no son nada.
Por otro lado, el plan para el cierre de la mina es dejar los relaves en estado húmedo, cubrirlos con una tapa impermeable y, después, abandonarlos para siempre. Pero no es posible abandonar una estructura civil, sin inspecciones ni mantenimiento, para siempre. Hay que o desmantelar o mantener. Pero en este caso es simplemente abandonar y sin mantenimiento cualquier estructura acaba fallando. Por ejemplo, en la catedral de Santiago hubo reparaciones para evitar que cayese. Por lo tanto, ya sea antes o después del cierre, esta presa va a fallar y va a liberar todos los relaves tóxicos y ácidos al ambiente. Por eso, este proyecto es una maldición para todas las generaciones futuras de esta zona y es mucho mejor no llevarlo a cabo.
Si finalmente, a pesar de todo, el proyecto continúa, ¿cómo será Touro en diez años?
Lo más importante son los impactos en el agua subterránea, ya que es una fuente de agua potable que puede tener consecuencias para la vida de muchos organismos acuáticos que viven en las aguas bajo la presa. A esto hay que añadirle un hecho importante: un evento de liberación de acidez al medio ambiente tiene la capacidad de liberar los metales pesados de proyectos mineros anteriores. Por ejemplo, después de una colocación de relaves en el lecho de un río en el pasado, puede haber muchos metales fijados. Esto se conoce como «bombas químicas de tiempo» porque, con un cambio de acidez, como una disminución en el pH, los metales pesados fijados en los sedimentos se pueden liberar. Este es un problema muy grave en un área con historia minera en el pasado, como es el caso de San Finx (A Coruña).