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El proyecto Equo, otra vuelta más de la noria de la política profesional de siempre que tiene en ICV su fuerza motriz

Fuentes: Rebelión

Sin que el resto deba ser silencio, hay que dejar sosegada a la casa de la izquierda. No hay que convertirla, una y mil veces más, en un patio de vecinos quisquillosos, chillones y faltones. De acuerdo, de acuerdo… Pero admitamos también que en ocasiones hay operaciones diseñadas e intervenciones planificadas que claman al cielo […]

Sin que el resto deba ser silencio, hay que dejar sosegada a la casa de la izquierda. No hay que convertirla, una y mil veces más, en un patio de vecinos quisquillosos, chillones y faltones. De acuerdo, de acuerdo… Pero admitamos también que en ocasiones hay operaciones diseñadas e intervenciones planificadas que claman al cielo y exigen a gritos… algunos susurros corteses y otros no tan corteses. Un ejemplo.

«Equo» quiere abrirse un espacio propio entre PSOE e IU [1], se ha informado recientemente en la prensa [2]. López de Uralde, el ex de Greenpeace, ha constituido una fundación rojiverde con ese nombre y prevé la creación (es decir, ya está en ello) del nuevo partido en junio de 2011. Busca ser una fuerza «autónoma»: descarta asociarse, es decir, formar coalición, así lo han manifestado varios de sus miembros, con IU en 2012. Por ahora habría que añadir. Dependerá, seguramente, de ritmos y cállculos.

Algunos datos sobre el patronato de la fundación. Su presidenta es Reyes Montiel. ¿Quién es Reyes Montiel? Una ciudadana que dejó el pasado 29 de octubre de 2010 IU-Madrid y su escaño en la Asamblea regional. Dos meses hace de ello. Ha sido diputada durante siete años y trabaja o ha trabajado en el Instituto Sindical de Trabajo y Salud (ISTAS), una fundación de CCOO dirigida durante largo tiempo, desconozco la situación actual, por Joaquín Nieto, otro de los promotores, presidente de honor de la fundación internacional para el desarrollo sostenible SustainLabour. patrono también de la fundación Renovables. De 1991 a 2008 fue secretario confederal de Medio Ambiente de CCOO y, como seguramente se recuerda, fue número dos de IU por Madrid en las generales de 2008, después de Gaspar Llamazares, el único diputado de IU en la actualidad. Fue el fichaje estrella en aquellas elecciones.

Otro nombres del patronato: Ernest Urtasun, economista, miembro de la ejecutiva de ICV y asesor de 2004 a 2009 del Grupo Verde/Alianza Libre Europea en el Parlamento Europeo, y persona muy próxima a Joan Herrera, secretario general de ICV, una organización que mantiene o dice mantener una coalición estable y afable con EUiA [3], y muy próximo también a Jordi Guillot, el muñidor de «Espacio plural», un político profesional con más de tres décadas a sus espaldas en diversas instituciones.

Más nombres: Pepa López, periodista, ex jefa de prensa del Grupo Parlamentario de IU en la Asamblea de Madrid desde 2007 a 2010. Antes de ello, coordinadora de Ezker Batua (EB-IU) en Bilbao. En total, salvo error u omisión por mi parte, cuatro personas directamente relacionadas con el espacio político IU-ICV. No puedo asegurar que no haya más nombres.

Como patronos no fundadores se han sumado hasta el momento Juan Ignacio González, portavoz desde 2004 a 2010 de Los Verdes de Asturias, un partido, otro amistad peligrosa, que también es socio de IU, al igual que Monica Frassoni, copresidenta del Partido Verde Europeo (PVE). A través de su fundación, Green European Foundation (GEF), el PVE es quien más ha financiado la operación «dativo y ablativo de Equus». El resto de la financiación, según se dice, no hay comprobaión independiente, procede de los propios fundadores. La copresidenta del PVE lo ha dejado meridianamente claro la finalidad esencial que se persigue: Equo debe «arrastrar votos de IU y PSOE, porque IU se ha puesto en un rincón por voluntad propia». ¿Arrastrar votos? ¿En un rincón? ¿En qué rincón? ¿En el de la izquierda dogmática y cerril? ¿Por voluntad propia de la organización ha dicho la vicepresidenta verde? Por si hubiese alguna por donde van los tiros pacíficos ha añadido: «Hay que defender esa etiqueta verde y propuestas atractivas para todos los electores, no sólo los de la izquierda clásica». Etiqueta verde, propuestas atractivas, izquierda clásica, es terminología propia, muy significativa ciertamente, de Monica Frassoni.

Equo, que ya es algo más que un proyecto presentado en sociedad en Madrid el pasado 24 de septiembre de 2010, es hoy una fundación que previsiblemente, tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2011, se convertirá o cuanto menos desea convertirse en «un partido rojo y verde». Es difícil ver el rojo en el diseño y sobre lo verde habría mucho que hablar. Quiere competir, es la palabra que usan, en las generales de 2012 con más aliados, pero han descartado una convergencia con PSOE o IU. Además del escaso sentido de la disyunción, habrá que ver la veracidad de la primera parte del dilema si las cosas no salen. Peores hemos visto. Equo, según palabras de López de Uralde, el director de la fundación y probable futuro secretario general de «la cosa», pretende «aglutinar todo el espacio verde», hoy muy disperso y partido en mil siglas en su opinión, y sumar a «personas, organizaciones sociales y partidos» para «construir una fuerza nueva verde y progresista». No hay anexa ninguna definición de fuerza «progresista». Ni que decir tiene que el plan se ha intentado mil veces. Si mi memoria no me falla, desde 1980.

No hay planes para concurrir en mayo, en las elecciones municipales y autonómicas, aunque Equo sí «apoyará» a partidos verdes y formaciones afines. ¿Qué organizaciones? Iniciativa del Poble Valencià (IdPV), Iniciativa Verds, ambas curiosamente escisiones, «modernas» desde luego, de IU en Valencia y Balears, la plataforma andaluza Paralelo 36 y, claro está, Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), el alma mater de la operación, la fuerza motriz del entramado, la condición-organización necesaria aunque acaso no suficiente. Todas estas fuerzas están integradas en el Foro Espacio Plural, una alianza ya constituida de, por ellas mismas autodenominadas, izquierdas ecologistas y federalistas promovida por ICV cuando el sector llamazarista -no me estoy refiriendo al diputado Gaspar Llamazares, sino en el sector que dice tomarlo como referente- perdió, democráticamente, parte de su poder tras la última asamblea federal de IU. En este caso sí habrá convergencia con Equo para 2012: real como la vida misma, natural como las películas de planificada trama política.

Alejandro Sánchez, otro patrón de la fundación, ex director de SEO/Birdlife, cree que «el modelo de IU ha tocado fondo, pues no ha querido encarnar esa vía rojiverde, como hizo ICV en Catalunya». ¡Vaya por Dios! La línea y la práctica de ICV como modelo. ¿Recuerdan las actuaciones políticas de ICV [4] en el gobierno tripartido catalán? ¿Has visto destellos, no digo enrojecidos sino verdes que te quiero verde en sus actuaciones? Según Sánchez, Equo persigue «una opción más moderna, que responda a los retos del siglo XXI». La izquierda «clásica» está trasnochada. Opción más moderna»: ¿y eso qué puede significar? ¿Izquierda clásica es sinónimo de izquierda comunista? Será eso. La presidenta de la fundación, Reyes Montiel, abona la misma senda: se busca ir «más allá de IU, no sustituirla, porque no es inevitable competir con ella». ¿Hemos leído bien? ¿Es posible intervenir electoralmente, de eso se trata, sin «competir» en el espacio social que representa y quiere representar IU?

López de Uralde rechaza la acusación de que Equo «atomice más la izquierda». ¿No es el caso? No es el caso aunque no sepamos por qué no es el caso. Estamos obligados, ha dicho, » a recoger esperanzas». Ha añadido como el que descubre un Mediterráneo oculto, y sin preguntarse razones, que el gran aliado del PP es la abstención. «Es la que le lleva al poder». ¿Los abstencionistas ocasionales como causa del triunfo de la derecha extrema neofranquista española? No me lo puedo creer. ¿Somos tan idiotas y tan estúpidos políticamente algunos de nosotros?

López de Uralde cree posible, es decir, sueña con formar grupo parlamentario en el Congreso en la legislatura que se abrirá en 2012 si no hay, es sí, elecciones anticipadas. Hablan incluso de cinco diputados. ¡Qué risa tía Felisa! ¡Qué publicidad prima Caridad! Su ejemplo es Alemania, donde Los Verdes se han asentado como tercera fuerza política y superan el 20% en los últimos sondeos. Los números que manejan suponen contar aquí con ICV, cuya futura relación con IU «corresponde decidir a la propia ICV», precisa el ex de Greenpeace. Equo no es una operación Mendiluce-2. No hay conexión con el lanzamiento que en 2003 hizo ICV, que ya estaba aliada a IU en Catalunya, del eurodiputado verde José María Mendiluce cuando se presentó como candidato al Ayuntamiento de Madrid. Aquello fue una estrategia pilotada por ICV desde Catalunya. Querían referentes estatales. Equo, en cambio, nace en Madrid impulsada por Uralde, «de modo autónomo».

Las señas de identidad de Equo son conocidas, las de siempre: lucha por un modelo productivo sostenible y justo, derechos laborales y sociales, contra la pobreza, defensa de los derechos humanos, oposición a la «dictadura de los mercados». ¡Qué menos! No se trata, dicen, de estar a la derecha o la izquierda de IU. En algunos de sus postulados, afirman, son más «radicales». «La izquierda clásica, por ejemplo, ha sido muy desarrollista. Nosotros nos situamos en parámetros diferentes, en la conquista de un modelo de crecimiento no ilimitado». ¿La izquierda clásica ha sido desarrollista? ¿La izquierda española ha sido desarrollista? ¿Dónde, cuándo? ¿Ha tenido poder para ello en alguna ocasión? ¿Cómo se puede afirmar una cosa así cuando esa izquierda «clásica» ha contado con uno de los pensadores ecologistas más brillantes no sólo de España sino de Europa? ¿No hablaba Manuel Sacristán a finales de los años setenta, hace más de 30 años, de una política científica de orientación socialista que no sólo no abonara el desarrollismo sino que combatiera contra él?

El 27 de enero de 2011, Daniel Cohn-Bendit asistirá a la puesta de largo de Equo. También Frassoni. No sé si la presencia de Cohn-Bendit es una referencia a tener en cuenta. Si lo es, mal vamos, porque el sectarismo político de Cohn-Bendit, su desprecio a otras tradiciones políticas de izquierda, su conversión en política profesional muy adaptado al sistema, es de libro.

Según proclaman los fundadores de Equo quieren «más que militantes, activistas. Este es un partido más de valores y causas. Por eso queremos incidir en la política y no llevar un programa cerrado, para construir las soluciones entre todos». Huele a políticos profesionales y a clases media con inquietudes pero sin práctica política. Uralde ha sondeado a políticos, «personalidades de la cultura», de la universidad y de otros movimientos». ¿Qué movimientos, que políticos, qué personalidades? Se cita entre ellos, a la ex ministra socialista de Medio Ambiente Cristina Narbona, que por el momento ha desechado el ofrecimiento. La dirección del patronato se resiste a ofrecer más nombres de fichajes. Tan sólo avanza que, por ejemplo, podrían adherirse aquellos que ya apoyaron a Joan Herrera en su candidatura a la Presidencia de la Generalitat de Catalunya. Almudena Grandes, Joaquín Sabina, Almodóvar, entre ellos. Es dudoso.

No hace falta seguir. ¿Les suena? Más antiguo que el teorema de Pitágoras o los aforismos ónticos de Tales de Mileto. Y esto, la operación Equo, en un momento en que IU parece remontar su vuelo, que la refundación para renovar su sendero y permitir nuevas incorporaciones parece avanzar poco a poco [5], consiguiendo, además, que ex votantes del PSOE, ante el desastre neoliberal anunciado en muchas crónicas, miren a IU como una organización afín (y la cosa no es fácil). Pues bien, ahora dicen es el momento de impulsar algo nuevo, que tome a Los Verdes alemanes, los de las alianzas múltiples sin principios dogmáticos, los que gobernaron sin grandes sentimientos de culpa con ese político entregado a los pies de los caballos llamado Gerard Schröder, los que apoyaron los ataques militares contra Yugoslavia. Ellos son el modelo. ¡Vaya por Dios!

Por si faltara algo ICV es parte esencial del proyecto [6]. Intelectuales amigos de la organización lo manifestaron hace pocos meses: cuesta ver en las prácticas gubernamentales seguidas valores que tengan que ver con la izquierda. Dejémoslo aquí.

Déjenme manifestar en alto una pequeña maldad: ¿se acuerdan de aquella «Operación reformista» dirigida por Miquel Roca que quiso recomponer la derecha española y catalana? Acabó en nada. ¿Y si esta operación tuviera el mismo futuro y potencial que el diseño de Roca y sus poderosos amigos? ¿Me alegro con la desgracia de otros? En absoluto. Apunto que existan otras vías: aunar esfuerzos, converger lo rojo y verde y, sobre todo, alejarse de la política de vértice y abonar políticas democráticas y republicanas.

PS1: Me permito apuntar lo que probablemente sea un disparate alocado para finalizar. Desde el punto de vista de una izquierda que quiera transformar, que quiera tocar realidad, que no haya claudicado, que quiera ser también «conciencia crítica del esfuerzo por crear un nuevo mundo humano» (Sacristán, 1968), ¿qué tiene más importancia político-cultural: la construcción de una «nueva» organización de políticos profesionales, inspirados en prácticas políticas tan discutibles como las que puedan representar Die Grünen o ICV, que, en el mejor de los casos, pueden tener intervenir de forma minoritaria en instituciones con proclamas o prácticas de ayuda o apoyo, y sin quitar importancia alguna a los efectos positivos que en ámbitos municipales pueda tener esa intervención, qué tiene más importancia, decía, esa nueva-vieja organización, o asistir masivamente, por ejemplo, cine forum posterior incluido, a ver la última película de Icíar Bollaín, nuestra Ken Loach, «También la lluvia»? A mi, dirán que he perdido la razón, me surgen dudas: lo segundo quizá sea menor aparentemente, mucho menor, pero contribuye más que lo primero, mucho más, a lo decisivo: generar y alimentar una nueva cultura, una nueva forma de vivir, abonar resistencias, apuntar hacia otros mundos posibles y a otros comportamientos necesarios. Icíar Bollaín ha tenido el detalle, que muchos jamás olvidaremos, de dedicar su película, su obra colectiva, al inolvidable Howard Zinn. Gracias. (Sería injusto no hacer referencia al excelente guión de Paul Laberty, el guionista habitual de Loach y el compañero de Bollaín. ¡Qué maravillosa trinidad de rojazos que, como el propio misterio, son tres y son uno a un tiempo y sin contradicciones!).

PS2. Déjenme ahondar en los disparates. Grigori Perelman es el matemático que ha demostrado la conjetura de Poincaré. Una formulación de la misma en palabras de Jesús Hernández (de «manera un tanto vaga»): «toda superficie que tiene algunas propiedades topológicas más llamativas de la esfera es una esfera» [7]. Se trata de una hazaña científica no sé si del todo equivalente a la demostración del último teorema de Fermat pero que no anda muy lejos. Antes de la celebración en Madrid en 2006 del Congreso Mundial de las Matemáticas, el presidente de la sociedad matemática organizadora, John Ball, se desplazó a «San Petersburgo» (siempre Leningrado para nosotros) para hablar con Perelman. Quería convencerle para que asistiera al congreso a recoger la medalla Fields (Perelman, nacido en 1966, tiene ahora 44 años; no había cumplido 40 cuando demostró la conjetura del gran matemático francés), el equivalente al Nobel en matemáticas. No lo consiguió. Perelman no hermanó con su viaje la ciudad soviética resistente, su ciudad, con la ciudad de la resistencia antifascista española. La razón esgrimida por el matemático ruso fue la siguiente: «Cualquiera puede entender que, si la demostración es correcta, no hace falta ningún otro reconocimiento». ¿La izquierda que quiere cultivar una tradición de transformación social, de búsqueda de una sociedad justa y buena, no debería reconocerse en esas palabras y en la cosmovisión que encierran?

Notas:

[1] La ubicación ya es significativa: entre el PSOE e IU, considerando al primero parte de la izquierda a pesar de sus prácticas neoliberales permanentes y al cada vez más importante papel que juega en la organización la incógnita despejada, el asesor de Gas Natural, el que ha dudado sobre si hizo bien o no en no hacer saltar por los aires a un grupo de ciudadanos que planifican un atentado. Ni que decir tiene que el espacio situado a la izquierda de IU no merece a Equo consideración alguna: restos sin vida de un naufragio incomensurable.

[2] Tomo la información de un artículo de JUANMA ROMERO en Público: http://www.publico.es/espana/354974/equo-quiere-abrir-un-espacio-propio-entre-pso

[3] Digamos, con alguna imprecisión, Izquierda Unida en Catalunya. Por lo demás, gracias a esta interesada coalición, ICV ha conseguido en dos ocasiones un eurodiputado, Raül Romeva i Rueda, que jamás hubiera conseguido si ICV se hubiera presentado en solitario, eurodiputado que no ha tenido problema alguno (o, si los ha tenido, no los ha manifestado públicamente) en forma parte de un grupo parlamentario distinto del de la coalición en la que fue elegido con votos de ciudadanos, como es mi caso, que en ningún caso hubiéramos votado la opción verde europea..

[4] Para ser más preciso, y no ocultar nudos del complejo poliedro, de ICV-EUiA. Por lo que sé, y sin identificación política por mi parte, la parte verde de las actuaciones ha estado más bien impulsada en ocasiones por el sector rojo, por el más clásico, por la antigualla de EUiA. Joan Pallisé fue un dignísimo y competente director general del departamento catalán de Medio Ambiente.

[5] No hay que ocultar las críticas atendibles que se han formulado a los límites de esta refundación.

[6] Sus prácticas de gobierno, no hablo de su teoría, son conocidas: conselleria del interior y persecuciones a estudiantes anti-bolonia; silenciosos casi como búhos ante desmanes del gobierno, del que formaron parte, con EUiA desde luego, como la Ley general de Educación (con algún desplante teatralizado) o la eliminación de los estudios nocturnos de bachillerato o la gestión privada no alterada de la sanidad catalana. La lista es larga.

[7] Jesús Hernández, «Industrias y andanzas de Grisha Perelman». Revista de Libros, 168, diciembre de 2010, pp. 9-11. El homenaje de nuestro gran historiador de la matemática al Alfanhuí de Sánchez Ferlosio es tan pertinente como excelente es su comentario.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.