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El PSOE y el Sáhara: de las promesas de Felipe González a los gestos en favor de Marruecos

Fuentes: Cuarto Poder [Foto: Pedro Sánchez y Fernando Grande-Marlaska, junto al rey de Marruecos, Mohamed VI, en 2018. / Efe]

Hacemos un repaso a varios acontecimientos destacados en el conflicto saharaui cuando los socialistas han estado dentro del Gobierno.

Para cualquier persona que haya estado en los campamentos de población refugiada saharaui en Tinduf (Argelia) o que haya mantenido alguna conversación sobre la política española en relación al Sahara Occidental sabrá que hay una profunda herida que aún perdura. En esas conversaciones aparece recurrentemente el papel del PSOE. Y más concretamente un recuerdo: la visita de Felipe González al territorio en 1976. Su discurso lleno de promesas no se olvida. Desde entonces, las relaciones entre los socialistas, Marruecos y el conflicto saharaui ha sido conflictiva cuando han estado dentro del Gobierno. Hacemos un repaso a varios acontecimientos destacados en los 45 años que dura ya esta situación.

“Hasta la victoria final”, dijo Felipe González

En la retina del pueblo saharaui destaca sobremanera una fecha. El 14 de noviembre de 1976. Una fecha cargada de simbolismo. Un año antes se había consumado la entrega del Sahara Occidental por parte de España a Marruecos y Mauritania. Hace pocos días se cumplían 45 años de aquello. González, secretario general del PSOE en esas fechas, viajó a los territorios liberados del Sahara Occidental, aún con el conflicto bélico muy candente.

Junto a los representantes de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), dijo palabras como estas: “El Pueblo Saharaui va a vencer en su lucha. Va a vencer, no sólo porque tiene la razón, sino porque tiene la voluntad de luchar por su libertad (…) Para nosotros no se trata ya del derecho de autodeterminación, sino de acompañaros en vuestra lucha hasta la victoria final (…) A medida que nuestro pueblo se acerca a la libertad, será mayor y más eficaz el apoyo que podamos prestar a vuestra lucha. El partido está convencido de que el Frente Polisario es el guía recto hacia la Victoria Final del pueblo saharaui y está convencido también de que vuestra república independiente y democrática se consolidará sobre vuestro pueblo y podréis volver a vuestros hogares. Sabemos que vuestra experiencia es la de haber recibido muchas promesas nunca cumplidas. Yo quiero, por consiguiente, no prometeros algo, sino comprometerme con la Historia. Nuestro partido estará con vosotros hasta la victoria final”.

La realidad es que ya en el Gobierno, el conflicto saharaui siguió enquistado. No se recuerdan apoyos, más allá de apelar a la ONU o el programa de Vacaciones en Paz, que fue impulsado por el PCE pero posteriormente “abrazado” por todas las administraciones. De la relación de González con Marruecos se le conoce sus veraneos en Tánger, ciudad donde se ha publicado que tenía una residencia que luego vendió. Más recientemente, en 2018, realizó unas declaraciones en el país alauita en las que alabó la “integridad territorial”, un término que usa Marruecos para hablar del Sahara Occidental.

Vídeo: Promesas incumplidas de Felipe González con el Pueblo Saharaui

La huelga de hambre de Aminetu Haidar

Una de las pocas veces que el conflicto saharaui ha abierto telediarios, ocupado portadas de periódicos o minutos de radio, tiene un nombre propio: Aminetu Haidar. La activista saharaui fue detenida y expulsada de El Aaiún el 14 de noviembre de 2009 tras ser galardonada en EEUU por su defensa de los derechos humanos. La saharaui fue metida en un avión destino a la isla canaria de Lanzarote done aterrizó e inició una huelga de hambre en la misma terminal del aeropuerto. Su protesta duró más de 30 días mientras su estado de salud empeoraba. Haidar se convirtió en un símbolo y levantó gran expectación mediática y social.

Por aquel entonces gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero. El ministro de Exteriores era Miguel Ángel Moratinos. El Gobierno socialista ofreció varias soluciones a Haidar: pedir asilo político, pedir la nacionalidad española o solicitar un nuevo pasaporte a Marruecos (que le había retirado el suyo). El objetivo de Haidar era simplemente volver a su ciudad, en los territorios ocupados del Sahara Occidental.

La gestión gubernamental fue criticada duramente por la oposición y el Frente Polisario durante aquellos días. Se habló de cesiones y complicidad, algo que el presidente y sus ministros negaron. Las diferentes mediaciones, en las que estuvieron implicados también EEUU y Francia terminaron con el traslado de la activista a su territorio, tras varios intentos fallidos y negativas de Marruecos.

La no condena al desmantelamiento de Gdeim Izik

Junto a la historia de Haidar, el otro acontecimiento de la última década que ha puesto una relevante atención mediática sobre el Sahara fue el campamento de Gdeim Izik. Este mes se han cumplido 10 años de aquella protesta. El 10 de octubre un grupo de saharauis comenzó a levantar un campamento de jaimas en las afueras de El Aaiún para protestar por sus condiciones políticas, económicas y sociales. El campamento fue creciendo hasta congregar a miles de personas y despertar la atención internacional y mediática.

El 8 de noviembre el ejército marroquí desmanteló por la fuerza el campamento. En los enfrentamientos se produjeron varios fallecidos. Días antes se denunció el asesinato de un menor saharaui de 14 años que intentaba entrar al campamento. Algunos expertos consideran Gdeim Izik como el inicio de la llamada “Primavera Árabe” del año siguiente.

Con Zapatero como presidente y Trinidad como Jiménez ministra de Exteriores, las declaraciones y actuación del Gobierno entonces es muy recordada. El Gobierno nunca condenó la violencia ejercida por Marruecos. Se habló en reiteradas ocasiones de “los intereses de España” y el papel clave de las relaciones con Marruecos. “Para condenar, habría que tener un conocimiento completo de cuáles han sido los hechos que se han producido. Y hasta el momento existe una cierta confusión”, señaló Jiménez tras la actuación del ejército marroquí. “En la intervención de han producido heridos, muertos, torturas, limpieza casa por casa. Y señora ministra, no me puede decir que usted no lo sabe. Porque entonces tendría que pensar que no tenemos inteligencia”, le señaló días después el portavoz de IU, Gaspar Llamazares.

Poco después la ministra se limitó a pedir un “informe independiente” para esclarecer los hechos. En el contexto de esos días también se llegó a afirmar que España «no tiene ninguna responsabilidad» sobre el Sahara Occidental. Según la ONU, España sigue siendo sobre el papel la potencia administradora aunque no la ejerza. Durante varios días se expulsaron periodistas españoles de la zona, de medios tan importantes como la Cadena SER o Antena 3, entre otros. El ministro de Exteriores de Marruecos cargó contra la prensa española y Jiménez señaló que respetaba «la posición marroquí», pero subrayando que el Gobierno español mantiene «una política de comunicación diferente». Sobre los periodistas de la SER llegó a decir que “solo les pidió que fueran a comisaría”, mientras los profesionales denunciaron un trato vejatorio y una detención durante horas.

Vídeo: Trinidad Jiménez ‘se lava las manos’: no apoya ni a Marruecos ni al Polisario

Wikileaks desvela el apoyo de Moratinos a la autonomía

El plan de Marruecos para el Sahara Occidental siempre ha pasado por la autonomía. El referéndum de autodeterminación que debería haber realizado la ONU (tiene una misión específica aún en vigor para ello), es una línea roja. El objetivo del Frente Polisario como representante del pueblo saharaui en todas las instancias internacionales, pasa únicamente por este referéndum. Insistimos, como dice la propia ONU desde hace más de dos décadas.

Ha habido varios momentos en los que de manera más o menos pública han saltado titulares de un posible apoyo del PSOE a los planes marroquíes. Una de ellas fue protagonizada por Zapatero en 2007, aunque de forma ambigua. La ambigüedad o la equidistancia siempre ha sido una constante en las declaraciones políticas de los máximos dirigentes, al igual que las menciones a la ONU o el acuerdo entre ambas partes. Partidos como IU-ICV pidieron explicaciones ante esa postura, también dos años después cuando el Gobierno de Zapatero definió el plan de autonomía como una “contribución positiva” por parte de Marruecos.

Ya en 2010, y gracias a los cables filtrados por Wikileaks y publicados por El País, se desvelaron las intenciones que más o menos habían transmitido en público los integrantes de aquel Gobierno. Según los cables diplomáticos, el embajador español en Rabat, Luís Planas, le dijo a su homólogo de EE UU, Thomas Riley, en 2006, que Marruecos debía presentar un plan creíble de autonomía. Moratinos elaboró además un documento sin membrete en los que se lanzan ideas sobre el Sáhara. “Lo entregó a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. En él les propone abandonar los términos de «descolonización, soberanía e independencia» y sustituirlos por el vocabulario de la «globalización» con palabras como «regionalización, autonomía y autogobierno». Sugiere para el Sáhara «una solución similar a la que España ha dado a Cataluña”, publicaba el mencionado diario.

Desde entonces, el plan de autonomía no ha vuelto a salir demasiado a la palestra en declaraciones d ellos gobernantes españoles. Hasta ayer. El propio Zapatero, ya como ex-presidente, declaró en el programa Al Rojo Vivo (La Sexta), y en respuesta a las preguntas del periodista Antonio Maestre, que la única solución “realista” es un plan de autonomía. “Nunca he tenido otra convicción sobre esta materia: acuerdo Marruecos-Sahara y explorar las vías que propuso Marruecos de autonomía, con amplios derechos. Será la única viable y que tenga realización”. La postura de Zapatero choca con el referéndum que aún propone la ONU. La apelación a la ONU ha sido hasta el momento la posición oficial de todos los Gobiernos de este país.

Moratinos, por cierto, fue premiado en 2014 por la diplomacia marroquí por ser “un gran amigo” de aquel país. Zapatero, por su parte, obtuvo un galardón directo de Mohamed VI, rey de Marruecos, en 2016.

Susana Díaz y Diego Valderas


Otro acontecimiento destacado tuvo lugar en 2015. En este caso, con el PSOE andaluz como protagonista. La presidenta Susana Díaz advirtió al por entonces vicepresidente autonómico, Diego Valderas (IU), de que no viajara a los campamentos de población refugiada saharaui. El revuelo por el desencuentro fue sonado y Valderas terminó por no viajar. Pocos días después el Gobierno andaluz se rompió y se convocaron elecciones anticipadas.

Zapatero y sus viajes a los territorios ocupados

Volviendo al ex-presidente socialista, también han estado en el foco algunas de sus relaciones con Marruecos ya sin estar en el Gobierno. En 2015 viajó a la ciudad ocupada de Dajla (antigua Villa Cisneros) para participar en un foro organizado por Marruecos. La Unión Africana pidió anular ese encuentro al celebrarse en un territorio ocupado. El entonces ministro de Exteriores. José Manuel García-Margallo, criticó el viaje y en el PSOE se desmarcaron reiterando su posición afín a lo establecido por la ONU. Ese foro nos dejó una imagen insólita, la de Zapatero delante de un mapa de Marruecos que incluía anexionado el territorio del Sahara Occidental. Ningún país reconoce la soberanía de este país sobre el territorio.

Más recientemente, el pasado mes de octubre, el movimiento de apoyo al pueblo saharaui le acusó de apadrinar “una nueva y fantasma entidad que intenta hacer sombra al único y legítimo representante del pueblo saharaui, el Frente Polisario, como han reconocido las Naciones Unidas en numerosas ocasiones”.

Borrell y el veto al debate en el Congreso

Otro ministro de Exteriores del PSOE reciente, José Borrell, actual Alto representante de la Unión Europea, para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, también irritó a la oposición en relación el Sahara. En octubre de 2018 vetó la celebración de un debate sobre el conflicto en el Congreso de los Diputados. En esta ocasión, su informe “desfavorable” contó con el beneplácito también del PP.  «Cualquier acción por parte de poderes públicos conducente a respaldar las reivindicaciones de la RASD o del Frente Polisario puede tener efectos inmediatos en las relaciones bilaterales con el consecuente impacto en el interés general», señalaba en su argumentación.

La actual ministra, Arancha González Laya

Con la entrada en el Gobierno de coalición de Unidas Podemos, integrado por partidos que han hecho bandera de la causa saharaui, un pequeño soplo de esperanza se abría en el movimiento solidario y en el Frente Polisario. Pero la presencia de Podemos, IU o el PCE también inquietaba a Marruecos. Quizás por eso, en poco tiempo, se han dado ya gestos significativos protagonizados por la actual ministra, Arancha González Laya.

En febrero de este año, el secretario de Estado de Asuntos Sociales, Nacho Álvarez (Unidas Podemos), se reunió con la ministra de Asuntos Sociales saharaui, Suelma Beiruk. El tema de fondo era un convenio junto a la ONCE para ayudar a personas con discapacidad en los campamentos de población refugiada saharaui en Tinduf, Argelia. La reunión se publicitó en Twitter con la siguiente frase: “Nacho Álvarez se ha reunido hoy con Suelma Hay Enhamed Salem, ministra saharaui de Asuntos Sociales y Promoción de la Mujer. Le hemos expresado el compromiso para seguir cooperando en la ayuda a las personas con discapacidad y nuestra solidaridad con el pueblo saharaui”.

La reunión había pasado completamente desapercibida en España. Al menos, en lo que al foco mediático se refiere. Pero la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, publicaba un par de tuits sobre el encuentro. En ellos reconocía que había recibido una llamada de su homólogo marroquí para aclarar que la posición del Gobierno respecto al Sahara no había cambiado, que era una política de Estado, que España no reconoce a la República Árabe Saharaui Democrática y que apoyan una resolución pacífica en el marco de la ONU. El tuit de la reunión de Alvarez fue borrado.

Con los últimos acontecimientos, la denuncia de la violación del alto al fuego por parte de Marruecos en Guerguerat y la declaración de estado de guerra del Frente Polisario, la reacción del Ministerio de Exteriores ha sido la siguiente. El pasado viernes emitió un comunicado frío en el que dice apoyar los esfuerzos de Naciones Unidas para garantizar el respeto del alto al fuego en el Sahara Occidental. “El Gobierno subraya la importancia de la estabilidad en esta región estratégica, eje clave entre África y Europa. De la misma manera, insta a las partes a retomar el proceso negociador y a avanzar hacia una solución política, justa y duradera y mutuamente aceptable según los parámetros que establecen de forma reiterada las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, añadían.

Y emitió otro comunicado el domingo. En este “condena categóricamente” y “con rotundidad” una acción del movimiento prosaharaui en el Consulado marroquí de Valencia. Un grupo accedió al mastil de la sede diplomática y cambió la bandera de Marruecos por la saharaui. “Ninguna manifestación del derecho de reunión puede degenerar en acciones ilegales, como el intento perpetrado en el día de hoy, que es un claro incumplimiento de la legalidad vigente. El Gobierno está procediendo a un esclarecimiento de los hechos y seguirá tomando todas las medidas oportunas para asegurar el respeto de la integridad e inviolabilidad de las Misiones diplomáticas acreditadas en nuestro país”, señala el texto. Por su parte, desde el Frente Polisario ya llevan un tiempo señalando el cambio de España en su política respecto al Sahara. Solo el tiempo dirá si tienen razón. Y son días clave.

Fuente: https://www.cuartopoder.es/espana/2020/11/17/el-psoe-y-el-sahara-de-las-promesas-de-felipe-gonzalez-a-los-gestos-en-favor-de-marruecos/