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El Sistema logístico integral como factor de invasión ilegítima de países

Fuentes: Rebelión

El sistema logístico nos provee de materiales, servicios, energía y personal, a través de lo que nos han enseñado como los medios de producción y del ambiente. El ambiente es el factor primario logístico, es decir que aporta elementos (topográficos o biotopos, condiciones o de hábitat y sus seres vivos o biocenosis). Es por ello […]

El sistema logístico nos provee de materiales, servicios, energía y personal, a través de lo que nos han enseñado como los medios de producción y del ambiente. El ambiente es el factor primario logístico, es decir que aporta elementos (topográficos o biotopos, condiciones o de hábitat y sus seres vivos o biocenosis). Es por ello que a los factores naturales se les llama recursos naturales, eso incluiría a la humanidad que es parte del ambiente, de donde sale el personal.

En el proceso de los medios de producción para conformarse como sistemas logísticos se producen materiales que no están incluidos como parte del resultado buscado, éstos son llamados residuos. Los residuos al salir del proceso o del local se llaman desechos. Los desechos deben ser integrados nuevamente a la producción a través de una serie de procesos conocidos como logística inversa. Cuando se cumplen estos procesos de la logística inversa, tenemos un sistema logístico integral, hecho que en los procesos naturales se cumple por lo cual se puede alcanzar el equilibrio en bienestar. Los desechos están en los tres estados y si no son procesados van a vestirse en los tres medios (atmósfera, hidrósfera y litósfera), alterando la calidad de la biosfera, proceso conocido como contaminación.
Los sistemas logísticos de cada país no son cerrados, son sistemas abiertos. El desarrollo puede decirse que es la apertura máxima de un país de su sistema logístico, es decir necesita del sistema logístico de otros países para saciar las necesidades y le aporta a los demás apoyo desde su sistema logístico en compensación. La diferencia es la apreciación o modelo de desarrollo que tenga ese país como estado, lo cual determina el modelo del sistema logístico, sus costos o precios y la relación del intercambio logístico con los oros países.

En el caso de Venezuela tiene una tradición de un sistema logístico el cual suple a otros países de materias primas alimenticias (café, cacao, entre otras) y luego desde el siglo XX de materiales energéticos que amainó a los primeros. Venezuela entonces primordialmente suple a otros sistemas logísticos (de otros países) petróleo y sus derivados además de carbón, materiales básicos para extraer la energía. A cambio de ello adquiere la capacidad de adquisición, entran al país un sin fin de productos provenientes de otros países, aunque vivimos épocas de cambio de modelo con tendencia al desarrollo endógeno y del intercambio logístico justo. Se ha diversificado el mercado petrolero y por fin se adquieren políticas que consideran los aspectos de nuestro sistema logístico nacional y se toma en cuenta a nuestros más íntimos vecinos suramericanos y del Caribe con los cuales conformamos una subregión.

El petróleo en lo interno tiene su costo ambiental pero nada comparable con el carbón con su devastación ecológica y paisajística. En lo externo se plantea como una suerte de codicia al nivel de competencia que raya en el plano de la injusticia. Esa injusticia conlleva al consumo excesivo con la decadencia de las expectativas de bienestar (salud) de los seres vivos en general y de la humanidad en particular y de sus ecosistemas. La injusticia y la decadencia incluyen la potencial invasión con incursión militar destructiva de seres vivos y los ecosistemas naturales o intervenidos (asentamientos humanos), por la imposición constituir un proveedor seguro y de bajo costo. Nada nos parece raro al revisar la historia, con ejemplos recientes como los de las guerras de Afganistán e Irak, guerras que estuvieron al servicio de estos mezquinos propósitos.