El socialismo actual debe repensarse porque se vive una realidad inédita en la historia y el futuro necesita una visión estratégica diferente a la conocida. En el presente dominado por el capitalismo las tareas de los socialistas son reflexionar, consensuar, formular un programa con sus instrumentos de aplicación, difundirlos e integrarse en la base social […]
El socialismo actual debe repensarse porque se vive una realidad inédita en la historia y el futuro necesita una visión estratégica diferente a la conocida. En el presente dominado por el capitalismo las tareas de los socialistas son reflexionar, consensuar, formular un programa con sus instrumentos de aplicación, difundirlos e integrarse en la base social para crecer. No es su momento para alcanzar el poder pues es imposible gobernar hoy sin integrarse al modelo global. Las condiciones para el socialismo se darán cuando se sufran las crisis del colapso sistémico.
El sistema capitalista desaparecerá. Necesita un crecimiento económico permanente que es insostenible porque los recursos del planeta son finitos y no existen los medios científico-tecnológicos para producirlos.
Los dueños del poder global saben que la permanencia del capitalismo es imposible. Ya en 1972 el Club de Roma advirtió que si el actual incremento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantiene sin variación, alcanzará los límites absolutos de crecimiento en el planeta. Está demostrado matemáticamente: «Si la economía creciera un 3% anual durante el siglo 21 el producto debería doblarse cada 23 años, el 2100 habría aumentado un 1600%, el 2115 un 3200%, el 2138 un 6400%…» (1). a economía actual está agotando de manera irresponsable y egoísta recursos que deberían estar a disposición de la humanidad durante millones de años.
El empobrecimiento que sufre el planeta es indesmentible. El declive del petróleo, gas y carbón no está lejano. Se secan las reservas de agua fósil. A fines del siglo 21 no existirán dos tercios de las especies del planeta. Los océanos están al borde de una extinción masiva comparable a la de eras prehistóricas (2); el 90% de algunas especies de peces ha desaparecido por la sobrepesca. Yacimientos de manganeso, bauxita, rodio, cobalto fueron declarados lugares estratégicos por Estados Unidos; se prevén conflictos internacionales por el acceso a los llamados minerales raros irreemplazables en productos de alta tecnología. La escasez de tierras de cultivo trae como consecuencia la tala de selvas, el 2010 la deforestación amazónica aumentó en un 994% respecto al 2009 (3); el capital multinacional de Europa, EEUU, Asia para tener seguridad alimentaria ha comprado 26 millones de hectáreas en Argentina y Brasil.
El capitalismo podría superar el cambio climático y la crisis energética, pero no el agotamiento de recursos naturales.
La nueva civilización obligadamente tendrá que ser sostenible, de economía mundial, decrecida, planificada y consumo racionado. La vida material austera acompañada del goce ilimitado de la cultura, educación, arte, recreación, será la única forma de impedir la desaparición de la especie.
La civilización con esas características que siga al capitalismo para realizarse podrá optar entre dos formas políticas: el nazi-fascismo corporativo o el socialismo.
El proyecto nazi occidental de las élites capitalistas existe y tiene como objetivos apoderarse de todos los recursos naturales del planeta, instaurar el gobierno de las corporaciones y eliminar una parte de la población. Se materializa mediante un proceso permanente que utiliza pretextos para justificar cada avance. Su instrumento decisivo de violencia desatada es el poder militar.
El plan nunca se ha publicado pero se puede inferir de declaraciones de personas representativas y de las acciones del bloque.
James Blaine que presidió en Washington la primera Conferencia Panamericana en 1890 expresó «… debemos ser amos absolutos del continente americano y de las aguas que lo rodean. Logrado esto no hay plan de conquista territorial o comercial que no podamos ejecutar con éxito. (4) George Kennan, figura clave de la Doctrina Truman para la Guerra Fría, escribió: «Poseemos cerca de un 50% de la riqueza del mundo, pero sólo un 6,3% de su población… Nuestra verdadera tarea en el período venidero es diseñar un modelo de relaciones que nos permita mantener esta posición de disparidad… para hacerlo tenemos que deshacernos de todo sentimentalismo y dejar de soñar despiertos; y nuestra atención tendrá que concentrarse por doquier en nuestros objetivos nacionales inmediatos… Deberíamos dejar de hablar de objetivos vagos e irreales como ser los derechos humanos, el aumento de los niveles de vida, y la democratización. No está lejano el día en el que vamos a tener que tratar en conceptos directos de poder. Mientras menos nos entraben las consignas idealistas, tanto mejor.» (5)
Esta mentalidad nazi es expresada ahora por el rabino Yitzhak Shapira: Si en tiempo de guerra la presencia de un no judío pone en peligro la vida de un judío está permitido matarlo aunque no tenga ninguna responsabilidad por la situación; se recomienda matar a los que apoyen o animen a los enemigos; se puede matar civiles enemigos si eso favorece la guerra: está permitido matar niños si es evidente que de mayores pueden resultar «dañinos». (6)
El poderoso Club Bilderberg de empresarios, militares y políticos de las potencias occidentales promueve una economía de crecimiento cero, la reducción de la población y un orden mundial de un gobierno, un ejército, una economía y una ideología. Un participante, el banquero James P. Warburg, afirmó: «Guste o no guste tendremos un gobierno mundial. La única cuestión es si será por concesión o por imposición».
Noam Chomsky explica que «La doctrina de Bill Clinton era que EEUU estaba autorizado a utilizar la fuerza militar para asegurar ‘el acceso desinhibido a mercados clave, suministros energéticos y recursos estratégicos’, sin siquiera la necesidad de inventar pretextos…».
La OTAN el único bloque militar mundial, declara que su misión es la defensa del modo de vida de los países desarrollados que la controlan, es decir de asegurar su alto consumo. Creada para el Atlántico norte ahora se expande hacia el este y sur globales. En los últimos doce años liderada por Estados Unidos ha realizado acciones de guerra contra Yugoslavia, Afganistán, Macedonia, Iraq, Somalia, Sudán, Pakistán, Yemen y Libia.
El gigantesco y costoso aparato militar de Estados Unidos está pensado para operar en todo el planeta. Está presente en el espacio extraterrestre y ciberespacio, todos los océanos, más de 800 bases en el extranjero; tiene un programa de cohetes para alcanzar cualquier lugar de la Tierra en una hora. Su enorme fuerza terrestre y aérea, la declaración de emplear armas nucleares, el desarrollo de potentes bombas convencionales, el escudo antimisiles que permite golpear con impunidad, la preparación para hacer guerras simultáneas, no tienen otra finalidad que la voluntad de imponer un imperio de carácter absoluto.
La política actual de esas potencias persigue claramente las metas de esa estrategia futurista. El control de los recursos: guerra en Libia, secesión de Sudán, desestabilización de Venezuela, plan de ataque a Irán, países con petróleo. El poder único: cerco geográfico a China y Rusia, Estados Unidos que tiene once portaaviones le pide a China que explique para qué necesita el primero que posee, los dos estados que pueden equilibrar la capacidad militar estadounidense. La reducción de la población: indiferencia por 1000 millones de personas con hambre crónica, 1200 millones que carecen de agua potable, 10 millones de niños que mueren antes de los cinco años por causas evitables, menos consumidores y territorios despoblados.
Atilio Boron devela esta política de conquista: «… el (objetivo) fundamental, a largo plazo, es el control de la Amazonía, lugar donde se depositan enormes riquezas que el imperio, en su desorbitada carrera hacia la apropiación excluyente de los recursos naturales del planeta, desea asegurar para sí sin nadie que se entrometa en lo que su clase dominante percibe como su hinterland natural: agua, minerales estratégicos, petróleo, gas, biodiversidad y alimentos. Para los más osados estrategas estadounidenses la cuenta amazónica, al igual que la Antártida, es un área de libre acceso en donde no se reconocen soberanías nacionales y abierta, por eso mismo, a quienes cuenten con «los recursos tecnológicos y logísticos» que permitan su adecuada explotación. Es decir, los Estados Unidos… ¿O es que alguien tiene dudas de que, cuando llegue el momento, Estados Unidos no vacilará un segundo en apelar a la fuerza para defender sus vitales intereses amenazados por la imposibilidad de acceder a los recursos naturales encerrados en esa región?».
Pepe Escobar adelanta sobre el futuro: «De las guerras por la energía a las guerras por el agua, el siglo XXI será testigo de una feroz lucha por los restantes recursos naturales del mundo. El tablero de este ajedrez es global. Los riesgos son enormes. La mayoría de las batallas serán invisibles. Todas serán cruciales… Así, no es extraño que el periódico China Military, publicado por el Ejército Popular de Liberación (EPL) chino, así como algunos sectores del mundo académico, afirmen ya abiertamente que China debe abandonar la política de perfil bajo adoptada desde la época de Deng Xiaoping y apostar por un ejército mayor, capaz de defender sus intereses estratégicos en todo el mundo…».
El socialismo para la nueva civilización mundial, por el contrario, debe compartir los recursos naturales, establecer la paz, seguridad e igualdad para todos, crear una red democrática para el gobierno mundial, definir una estrategia de lucha frente al proyecto de los dueños de las corporaciones, sus militares y sus masas.
Desgraciadamente el discurso socialista muestra un interés secundario por el futuro. Los socialistas advierten que el sistema está en su etapa final pero conservan la propuesta de un crecimiento económico permanente en una sociedad justa. Por su carácter científico la mayoría debe tener conciencia que eso es imposible, pero su interés de ganar adhesión social para ser gobierno no les permite criticar la demanda popular por consumismo.
El deseo generalizado de consumo depredador es un impedimento insalvable para el socialismo de futuro. En la actualidad se le considera un derecho y miles de millones lo han ejercido aunque sea mínimamente. Ya en 1920 Georg Lukács sostenía: «El proletariado sigue intensamente preso en las formas intelectuales y emocionales del capitalismo».
Luigino Bracci sostiene sobre Venezuela: «Cuando falló la aprobación de la reforma constitucional en diciembre de 2007, Chávez comprendió que el pueblo no estaba listo para una radicalización de la revolución. Fue el pueblo el que le dijo «No» a un montón de cambios realmente revolucionarios, y Chávez lo dijo aquella vez: había que «bajarle dos» a la revolución. Los famosos 5 motores se apagaron y se tuvo que suspender un montón de cambios socialistas que nos tenían llenos de expectativas… Y estemos claros: La mayoría de los venezolanos, por muy chavistas que se digan, han terminado creyendo que el socialismo es que les llegue más dinero en sus quincenas, más tickets de alimentación, que el gobierno les dé una casa, una nevera barata, un carro iraní, un trabajo en el gobierno. Que tengas un médico que te atienda gratuitamente. Que el chamo estudie gratis. Pareciera que socialismo es simplemente pedir y recibir.» (7) El poder todavía lo tienen los capitalistas. Rusia, China, Viet Nam, los países del este europeo prueban que las condiciones de la época conducen al sistema. Cuba para enfrentar sus dificultades económicas apoya la formación de un sector de empresarios privados.
Los socialistas de futuro a pesar de la incomprensión del momento deben explicar el decrecimiento inevitable, el peligro nazicorporativo y su propuesta sostenible y solidaria. Tienen que integrarse como minoría en la base para impulsar desde ya los cambios que se correspondan con el programa.
En la civilización socialista todos tendrán los bienes y servicios en el nivel que permita la conservación de la humanidad millones de años. El humano debe vivir con la naturaleza y en sus límites. Los goces inmateriales son los únicos inagotables.
Referencias
1 George Monbiot, El problema del aumento de la población es importante pero ni mucho menos esta entre los primeros de la lista, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=62954
2 Alejandra Martins BBC, http://impactobarahonero.com/home/?p=2355
3 Informe del Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonia (AMAZON) de Brasil.
4 Documentales Telesur
5 George Kennan en «Policy Planning Study 23,» elaborado para el Departamento de Estado en 1948. Citado en Noam Chomsky: «What Uncle Sam Really Wants,» p. 11.
6 Uri Avnery Los ayatolás judíos http://www.rebelion.org/noticia.php?id=132309
7 Luigino Bracci, Socialismo: Quiero mi carro, mi casa, mi nevera, mi buen sueldo y que todo sea bonito siempre, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=131002
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