Traducido por Eva Calleja
Según la ONU, las plantas, los insectos y los organismos imprescindibles para la producción de alimentos están en rápido declive.
Cosecha de zanahoria ecológica en Alemania. La agricultura orgánica representa solo el 1 % de las tierras agrícolas globales. Fotografía: Julian Stratenschulte / EPA
La capacidad mundial de producción de alimentos se está debilitando debido a la incapacidad humana para proteger la biodiversidad, según afirma el primer estudio de la ONU sobre plantas, animales y microorganismos que ayudan a poner comida en nuestros platos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura publicó esta dura advertencia después de que científicos encontraran pruebas de que los sistemas de apoyo naturales que forman la base de la dieta humana se están deteriorando por todo el mundo debido a que granjas, ciudades y fábricas devoran tierras y vierten productos químicos.
El informe publicado el viernes indicaba que durante las últimas dos décadas, aproximadamente el 20 % de la superficie cubierta de vegetación de la tierra ha perdido productividad.
Observaba una perdida «debilitadora» de biodiversidad del suelo, de bosques, praderas, arrecifes de coral, manglares, praderas marinas y de diversidad genética de especies de cultivos y ganado. En los océanos, una tercera parte de las zonas de pesca están siendo sobrexplotadas.
El estudio, que cotejó datos a nivel mundial, artículos académicos e informes realizados por gobiernos de 91 países, señalaba que muchas de las especies que están implicadas indirectamente en la producción de alimentos, tales como pájaros, que se alimentan de las plagas de los cultivos, y los árboles de los manglares, que ayudan a purificar el agua, son menos abundantes que en el pasado.
Encontró que el 63 % de las plantas, el 11 % de los pájaros y el 5 % de los peces y los hongos estaban en declive. Los polinizadores, que son esenciales para tres cuartos de los cultivos del mundo, están amenazados. Además del declive bien documentado de abejas y otros insectos, el informe dice que el 17 % de los vertebrados polinizadores, como los murciélagos y los pájaros, estaban en peligro de extinción.
Una vez que se pierdan, las especies que son imprescindibles para nuestros sistemas alimentarios ya no se podrán recuperar, decía el informe. «Esto coloca al futuro de nuestros alimentos y a nuestro medioambiente bajo una grave amenaza».
«Los cimientos de nuestros sistemas alimentarios se están debilitando», escribió Graziano da Silva, director general de la Organización para la Alimentación y la Agricultura, en una introducción del estudio. «Partes del informe mundial son una lectura sombría. Es verdaderamente preocupante que en tantos sistemas de producción en tantos países, la biodiversidad para los alimentos y la agricultura y la labor que ejerce en el ecosistema esté en declive».
En muchos casos la agricultura es la culpable, dijo, debido a los cambios en el uso de las tierras y su gestión insostenible, tales como la sobreexplotación del suelo y la dependencia de pesticidas, herbicidas y otros agroquímicos.
La mayoría de los países dijeron que la principal causa de pérdida de biodiversidad era la conversión en el uso de la tierra, los bosques se cortaron para crear tierra cultivable, las praderas se cubrieron de cemento para las ciudades, fábricas y carreteras. Otras causas incluían la sobreexplotación de las fuentes de agua, la contaminación, la propagación de especies invasivas y el cambio climático.
La tendencia va hacia la uniformidad. Aunque el mundo produce más alimentos que en el pasado, depende de monocultivos en constante expansión.
Dos tercios de la producción de cultivos provienen de solo nueve especies (caña de azúcar, maíz, arroz, trigo, patatas, soja, fruto de la palma de aceite, remolacha de azúcar y mandioca) mientras que la mayor parte de las demás 6.000 especies de plantas cultivadas están en declive y las fuentes de alimentos silvestres son cada vez más difíciles de encontrar.
Aunque los consumidores todavía no hayan notado ningún cambio cuando van de compras, los autores del informe dijeron que eso podía cambiar.
«Los supermercados están llenos de comida, pero la mayoría es importada de otros países y no hay mucha variedad. La dependencia en unas pocas especies significa que somos más susceptibles a los brotes de enfermedades y al cambio climático. Hace que la producción de alimentos sea menos resistente,» alertaba Julie Bélanger, el coordinador del informe.
Como ejemplos, el informe relata como la excesiva dependencia de una variedad reducida de especies fue uno de los factores determinantes de la hambruna causada por el mildiu de la patata en Irlanda en la década de 1840, las pérdidas de cosechas en los EE.UU. en el siglo XX y las pérdidas en la producción de taro en Samoa en la década de 1990.
«Tenemos la necesidad urgente de cambiar la forma en la que se producen los alimentos y de asegurar que la biodiversidad no es algo que pasemos por alto sino que es tratada como una riqueza irremplazable y una pieza fundamental de las estrategias de gestión,» dijo Bélanger.
El informe encontró pruebas de que la actitud y las prácticas estaban cambiando lentamente. En los últimos años ha aumentado la adopción de una gestión sostenible de bosques, el diseño de ecosistemas en la pesca, la acuaponía y en policultivos. Pero los autores dicen que el avance ha sido insuficiente. La agricultura ecológica, por ejemplo, ocupa ahora 58 millones de hectáreas en todo el mundo, pero esto solo supone el 1% de la tierra cultivable mundial.
El informe señalaba que los gobiernos muestran un mayor interés por la biodiversidad, un tema que pocas veces recibe la misma atención que el cambio climático. Muchos estados han anunciado pérdidas económicas causadas por la desaparición o el desplazamiento de ecosistemas. Irlanda, Noruega, Polonia y Suiza notaron una disminución en las poblaciones de abejorros. Egipto estaba preocupado por su industria pesquera debido a que los peces estaban migrando hacia el norte por el aumento de la temperatura del mar. Gambia dijo que había comunidades que se estaban viendo forzadas a comprar productos caros producidos industrialmente porque las fuentes de alimentos silvestres eran cada vez más escasas.
La crisis de la biodiversidad entrará en la agenda mundial y se debatirá en el próximo G7 de abril, en un Congreso Mundial sobre la Conservación en junio, y luego en una importante conferencia de la ONU en Pekín el año que viene.
«Por todo el mundo, la biblioteca de la vida que ha evolucionado durante miles de millones de años -nuestra biodiversidad- está siendo destruida, envenenada, contaminada, invadida, fragmentada, saqueada, drenada y quemada a un ritmo nunca visto en la historia humana», dijo el presidente de Irlanda, Michael Higgins, en la conferencia sobre la biodiversidad el jueves en Dublín. «Si fuésemos mineros del carbón estaríamos hasta la cintura de canarios muertos».