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El archivo del caso contra los asesinos de José Couso tiene mucho de sumisión y crimen

El triunfo de la impunidad

Fuentes: Rebelión

Podríamos hacer un análisis jurídico del archivo que la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha perpetrado sobre el caso de José Couso, pero, a estas alturas, queda bastante claro que en este cierre judicial no hay nada jurídico y sí mucho de sumisión y crimen. Vivimos en un […]

Podríamos hacer un análisis jurídico del archivo que la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha perpetrado sobre el caso de José Couso, pero, a estas alturas, queda bastante claro que en este cierre judicial no hay nada jurídico y sí mucho de sumisión y crimen.

Vivimos en un mundo «Orweliano», 1984 ya está aquí. La guerra es la paz. El crimen es la democracia. La justicia es la impunidad. No hay más que leer la gran prensa. Que en el transcurso de un año mueran doce millones de niños y niñas por desnutrición debe ser una anomalía de la naturaleza. Que más de un millón y medio de personas fallezcan en Iraq en el espacio de seis años debe ser un viento de democracia. Que más de 300 periodistas hayan sido asesinados, también en Iraq, quizás sea producto de una epidemia que afecta a los reporteros en la cuna de la civilización.

Todo es normal, no pasa nada.

«Los Estados Unidos de América son una Democracia, incluso con más tradición y arraigo que la nuestra…» dicen en la sentencia los magistrados de la Sala de lo Penal. Sí, quizás ese sea nuestro problema, que no hemos aprendido las lecciones de la democracia estadounidense. No hemos comprendido Guantánamo, la detención indefinida, la ausencia de la presunción de inocencia. No nos quedan todavía claro las mentiras de las armas de destrucción masiva, el uso del uranio falsamente empobrecido, la partición confesional de Iraq. No hemos arraigado el apoyo a golpes de estado, la desestabilización de países díscolos, la creación de escuadrones de la muerte.

Nos consta que el concepto de «democracia» de MUCHOS magistrados a lo largo de la historia les ha llevado a vestir las togas de los tribunales nazis, firmar las sentencias de muerte del franquismo, bendecir y ocultar los planes de las desapariciones del «Plan Cóndor», permitir las cárceles secretas o el GULAG de Guantánamo.

Su concepto de Justicia se basa en el arte de la genuflexión a los poderosos. Son las togas negras de la Impunidad. Los garantes de la protección de los criminales de guerra mientras vistan uniformes estadounidenses o israelíes.

Cuando observábamos vuestra indolencia en la vista del pasado siete de julio y os veíamos bostezar y dormitar ante los alegatos de nuestras acusaciones, podíamos percibir con claridad la sombra de muerte que proyectaba vuestra permisividad con los asesinos. Son los amigos de la impunidad, quienes desde los tribunales pervierten el concepto de Justicia transmutándola en amparo de la injusticia.

Mañana quizás estaréis de vacaciones. Nosotros, un día más, como hacen las gentes de Iraq, de Palestina o las familias de los desaparecidos y asesinados, os dedicaremos nuestro más sincero desprecio para encarar un nuevo día de lucha contra la impunidad. Una nueva jornada para combatir vuestro concepto de democracia bastarda que protege a los criminales y castiga a los asesinados.

Familia Couso Permuy: María Isabel Permuy López, Sabela Couso, Javier Couso, David Couso y Bárbara Couso.