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Entrevista con Harry Villegas, combatiente junto al Che en África y Bolivia

«En Angola estábamos en condiciones de haber hecho una ofensiva y llegado a Pretoria»

Fuentes: La República

Estuvo con el Ché en Sierra Maestra, en Santa Clara, en la entrada a La Habana, en el Congo y en Bolivia.  Estuvo en Angola, es parlamentario, dirigente del PC de Cuba. Estuvo en Montevideo. Se llama Harry Villegas. El 26 de julio, se cumplen 52 años del asalto al Cuartel Moncada, inicio de la […]

Estuvo con el Ché en Sierra Maestra, en Santa Clara, en la entrada a La Habana, en el Congo y en Bolivia.  Estuvo en Angola, es parlamentario, dirigente del PC de Cuba. Estuvo en Montevideo. Se llama Harry Villegas.

El 26 de julio, se cumplen 52 años del asalto al Cuartel Moncada, inicio de la Revolución Cubana. Publicamos una entrevista con Harry Villegas, que visitó Montevideo por segunda vez. La primera fue para presentar un libro. Esta vez, para participar en un encuentro interparlamentario sobre control de las fuerzas de seguridad.

-¿Cómo llegó un niño de catorce años a unirse a los rebeldes, a combatir?

-Bueno, yo era de la zona, de la Sierra Maestra. Así que estábamos en contacto. Y luego, la atracción de los ideales, de luchar contra la tiranía.

-¿Y qué tareas hacía?

-Comencé en la Sierra Maestra, a la órdenes del Ché y después en el centro del país. Participé en la batalla de Santa Clara y producto de todo esto, después entré con las primeras tropas del Ejército Rebelde que entraron a La Habana. Entraron las de Camilo primero y después las del Ché.

-¿Después de eso, qué estuvo haciendo?

-En los primeros años, al inicio, superándome culturalmente. El Ejército hizo unas escuelas de superación para todos sus miembros y nivelaron; que estuviéramos más o menos a un nivel que pudiéramos ir a estudiar a las escuelas militares, a la Academia, e irnos formando como oficiales de las Fuerzas Armadas.

Y yo personalmente después estuve un tiempo con el Ché en la escolta. Y comencé a hacer la escuela de directores de empresa, y comencé a administrar. Comencé una empresa que era Sanitarias Nacionales, que producía equipos sanitarios, tazas de baño, lavabos, aisladores. Estuve en otra empresa que era la convertidora de papel y cartón, que hacía envases de papel kraft.

-De ahí salió para Africa.

-De ahí fui a las comisiones constructoras de Partido. En toda la etapa de la construcción del Partido en las Fuerzas Armadas. Que es un proceso que se hizo en Cuba, donde se va a construir el Partido directamente en los centros de trabajo. Un proceso de consulta con las masas y que las masas sacaran a los trabajadores más ejemplares. Luego pasé al Ejército como jefe de cuadros y personal del Ejército Occidental. Y de ahí salí para el Africa, recién.

-No fue una experiencia muy feliz. Salieron publicadas algunas opiniones del Ché bastante desengañado, incluso con Kabila. ¿Usted tiene la misma impresión que el Ché?

-Yo no tengo el mismo criterio que el Ché de esta gesta. El Ché era un hombre con una capacidad de crítica y autocrítica muy profunda. Y en general se sentía responsable de cosas que realmente no se podían adjudicar a él ni a nadie. Eran condiciones concretas. No dominábanos suficientemente al Africa. Y las condiciones que había en aquel momento en Africa no eran condiciones como para tratar de generar, de hacer una revolución, hacer una república donde no había noción de nación.

Era realmente una coyuntura muy difícil. Estaba el problema tribal, la lucha étnica, y otros problemas que hacía muy difícil poder asimilar todo esto. Más, como no había una conciencia en los líderes, tampoco había líderes. Al no haber líderes naturales que pudieran conducir aquello, teníamos que ser nosotros. Y eso era un proceso muy difícil.

En un país que tiene unos cien, casi, idiomas y dialectos. Entonces era muy difícil poder coordinar toda esta cosa.

En donde nosotros estuvimos, lo común que había para poderse entender era la presencia de los cubanos. Había cubanos en cada una de las tribus éstas, y más o menos se fueron identificando con la gente, aprendieron los dialectos y esto era después el vínculo que teníamos para podernos comunicar con la gente. Era la cosa más directa.

No había integración de todo eso, no había conciencia de nación.

-Hoy no parece estar resuelto.

-Hoy se ha vuelto más peligroso. Porque están las fronteras que dejó el colonialismo, que ellos las respetaron convencionalmente, independientemente de los problemas tribales, y de que una tribu esté en dos o tres repúblicas. Querían mantener esta cosa para no fraccionar el continente y tener quinientas o seiscientas repúblicas.

Pero ahora el imperialismo tiene interés en dividir, por ejemplo al Congo, y están los tutsis tratando de independizarse del Congo. Pero tutsis hay en Ruanda, en Burundi, en Congo y entonces todo eso es fraccionar un mosaico de etnias. Son todas estas luchas intestinas que hay allí, un poco instigado por el imperialismo por aquello de ‘divide y vencerás’. El mismo concepto del Imperio Romano.

-Y los mismos intereses mineros que estaban en el 60, cuando mataron a Lumumba.

-Están mucho más exacerbados. Y tienen mucho más control sobre la economía de toda esta región. Inclusive en la misma Angola, que se mantuvo con la intervención de los cubanos y con toda la lucha que hubo. Veinte años después que estuvo el Ché, te estoy hablando. Y hay esos problemas e intereses de las transnacionales.

Y ahí, los portugueses todavía tuvieron un poquito más de concepción en cuanto a mezclarse un poco y crear el «cabrito», como lo llaman ellos, que es el nativo pero mezclado con el portugués. Y hay algunos nativos que tienen un nivel cultural mucho más amplio. Que no era aquello la misma cosa en la zona del Congo. Los belgas no crearon esa mixturación.

-Los portugueses estuvieron mucho más tiempo. Pero cuando se fueron dejaron muy pocos profesionales.

-No. Tuvieron mucha gente. Que son generales; que son los que gobiernan. Formalmente, ¿no?, pero son los que gobiernan. Y son gente que son mezcla del portugués con el nativo.

-¿A Ud. le tocó ir a Angola también?

-Sí. Eso fue un poco más largo, estuve como diez años.

-Estuvo en Cuito Canavale.

-Estuve en Cuito, estuve en Candanba. En las cosas más destacadas de la lucha en Angola tuve oportunidad de participar. Tuve una experiencia fuerte de lo que es la capacidad de la gente para luchar. Fundamentalmente en Cuito, la estrategia que se dieron los angolanos allí contra los sudafricanos fue interesantísimo. Los derrotaron.

Con participación de los cubanos, que teníamos una agrupación grande, no tanto en Cuito como más acá, buscando la frontera con Namibia. Pero los derrotaron. Y estábamos en condiciones de poder haber hecho una ofensiva y haber llegado a Pretoria.

-Y entremedio, el capítulo de Bolivia.

-El capítulo de Bolivia. Toda la cuestión de la lucha, la participación al lado del boliviano, para lograr la independencia, la traición del Partido. Todas estas cuestiones.

-El Ché entró con un pasaporte uruguayo. ¿Ud. también?

-No, yo tenía ecuatoriano.

-Usted y dos más estaban separados y consiguieron irse, ¿Cómo lo lograron?

-Nosotros no es que consiguiéramos irnos. Nosotros quedamos dentro del cerco. Y ya cuando cae la noche del 9 para el 10 es que logramos empezar a evadir. No salimos así nomás. Porque no éramos yo y dos más. Eramos seis. Del combate de La Higuera logramos salir doce. Seis hacia el sur y seis hacia el norte. Los del sur murieron en una emboscada. Y los del norte logramos salir.

-¿Por dónde?

-Atravesando el país. Tuvimos como quince o veinte combates y logramos llegar a una ciudad en contacto con el Partido Comunista otra vez. Se hizo un vínculo y el Partido nos sacó en un camión hasta una ciudad que se llama Cochabamba. Y de ahí a La Paz y de ahí a la frontera chilena. Nos presentamos a las autoridades chilenas.

-Estaba Frei de presidente.

-Ahí tuvimos apoyo de Allende, de la gente del Partido Comunista. Tuvimos buen apoyo.

-Después siguió trabajando como militar, fue a Angola y ahora es parlamentario y miembro del Comité Central del Partido.

-Como militar estoy retirado. Yo soy miembro del Comité Central, diputado de la Asamblea, vicepresidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución, y soy vicepresidente de la Comisión de Defensa del Parlamento.

-Cuba pasó en la década del 90 el llamado «período especial». ¿Cómo está ahora?

-Fue un período de crisis producto del derrumbe del campo socialista, con el cual teníamos el 80% de todo nuestro comercio. Se nos cayó completamente la economía y hubo que hacer un proceso de resistencia, de pasar muchas vicisitudes, carecer de muchas cosas. Y con un pie puesto arriba, con el bloqueo.

Ya en estos momentos pensamos que gracias al esfuerzo de nuestro pueblo nos estamos restableciendo. Por lo menos vemos una lucecita en la oscuridad, de donde hay que avanzar. Y hay algunas mejoras. Ya tenemos convenios muy sólidos con los chinos. Ellos van a hacer algunas variantes para explotar nuevos yacimientos que tenemos de níquel-cobalto. Tenemos otro acuerdo con canadienses.

Hay españoles perforando por petróleo en el golfo y los chinos se van a meter también, nos pidieron un área para perforar.

Tenemos crecimiento en la industria de biotecnología. Estamos comercializando vacunas a los canadienses y los alemanes. Son vías para escapar.

El turismo ya tiene una buena capacidad de habitaciones. Realmente tenemos una perspectiva de tener un desarrollo económico mucho más diversificado.

Y seguimos apoyando a todos los pueblos del área. Estamos tratando de integrarnos con todo esto del ALBA, de los venezolanos.

No podemos decir que ya estamos fuera del período especial, pero sí que vamos saliendo.