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Sobre el audiovisual "Nuestras voces en movimiento"

En Barcelona, a una ciudadana del mundo le han negado un derecho

Fuentes: Rebelión

No tenga la peregrina idea de tener un paro cardíaco después de las 20:00, no pretenda «escenificar» en su entorno más próximo y en «su propia persona» un derrame cerebral. ¡Ni se le ocurra! la graciosa idea de tener un cuadro de asma crónica o una crisis convulsiva. El Hospital de La Esperanza en Av. […]

No tenga la peregrina idea de tener un paro cardíaco después de las 20:00, no pretenda «escenificar» en su entorno más próximo y en «su propia persona» un derrame cerebral. ¡Ni se le ocurra! la graciosa idea de tener un cuadro de asma crónica o una crisis convulsiva. El Hospital de La Esperanza en Av. Santuari de Sant Josep de la Muntanya, No 12 CP 08024 de Barcelona, ha colgado el cartel de CERRADO a partir de esa hora. No piense que este nombre es una ironía de mi autoría, los ciudadanos que viven en ese barrio pueden dar fe de su nombre.

A partir de ahora -si aspira a visitar esa hermosa ciudad-, no deje de llevar un buen Callejero. Es importante ubicar esa calle para que no tenga la ocurrencia de pasar por esa zona, pues si le surge un imprevisto médico sepa que su vida corre peligro.

Al margen de la ironía de estas letras, la realidad supera todo atisbo de ficción. Una ciudadana del mundo requería de atención médica especializada y cuando se acercó al Centro Hospitalario «La Esperanza», la asistencia le fue negada. El «estratégico» plan de ajuste del gobierno de Catalunya, ha considerado que estos servicios no son imprescindibles, ante una política de recortes que lacera la dignidad del ser humano.

En tiempos donde la solidaridad es más necesaria que nunca, la filosofía es la de ajustar presupuestos en lo que «no da bienestar», es decir, en lo que no da dinero. La vida es un pacto de horas, minutos y segundos que no se detiene, avanza incontenible hacia un solo sentido. Una ciudadana del mundo pidió asistencia médica y le fue negada, pidió una ambulancia que le trasladara hacia otro centro de salud y le fue negada. No importa si es de Burundi o de Burkina Faso, de Noruega o de Corea del Sur, de Argentina o de Uzbekistán, a una ciudadana del mundo le han negado un derecho: el derecho a ser asistida.

Estamos viviendo una «nueva era», se impone la filosofía del dinero, la filosofía de la contabilidad, la filosofía del beneficio, hemos descubierto que somos números, que somos parte de un todo apilable.

Las imágenes que acompañan esta nota son de una brutal veracidad, por esta vez dejo a un lado las reflexiones audiovisuales para darle paso a este material, realizado por los video activistas de Nuestras Voces en Movimiento. La ciudadanía estuvo presente en estos hechos, su papel fue clave para que esta dura verdad tuviera un final decoroso. La solidaridad humana se ha de imponer por encima de todos los intereses mezquinos y serviles. No puede ser que nos aplasten kilómetros de papel timbrado.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.