Justo cuando el mundo se estremece por las revelaciones de los documentos dados a conocer en el sitio web Wikileaks sobre la guerra de Estados Unidos en Iraq, la Unión Europea ha ratificado su adhesión a las viejas políticas hacia Cuba, implantadas allí por quienes también defendieron en su seno la invasión al país mesopotámico. […]
Justo cuando el mundo se estremece por las revelaciones de los documentos dados a conocer en el sitio web Wikileaks sobre la guerra de Estados Unidos en Iraq, la Unión Europea ha ratificado su adhesión a las viejas políticas hacia Cuba, implantadas allí por quienes también defendieron en su seno la invasión al país mesopotámico.
Se han reunido los ministros de exteriores de Europa para analizar la «posición común» sobre Cuba que por encargo de Washington impusiera José María Aznar. El único resultado de meses de posposiciones para un supuesto cambio ha sido que «la Alta Representante para la Política Exterior buscará contactos con las autoridades cubanas, sin viajar a la isla».
Además del bombazo que confirma la masacre norteamericana en Iraq, la noticia ha llegado acompañada de otras que no han conmovido a los cancilleres reunidos en Bruselas, veamos sólo cuatro de ellas:
- Un niño saharaui ha sido asesinado por el ejército de Marruecos
- El tribunal constitucional francés desautoriza desalojo de refinerías en huelga
- La «guerra de la basura» se recrudece en Nápoles
- EE.UU veta la búsqueda de militares que mataron a camarógrafo español
Nada grave con la democracia y los derechos humanos, para que los ministros de exteriores europeos sigan entretenidos interpretando «señales» acerca de Cuba. Sobre lo sucedido en Iraq, quizá ya tienen claras las señas, vienen de Washington, donde hay total silencio en la Casa Blanca.