Posible causa del aumento de VIH
‘Los agresores llegaron a nuestra casa. Golpearon a mi esposo y a mi hijo, amenazaron con matarnos si llorábamos. Me violaron frente a mi esposo y mi hijo, uno sostuvo mis manos y otro, que estaba de pie, separaba mis piernas mientras otro más me violaba. Lo hicieron frente a mi hijo el más pequeño, que entonces sólo tenía un año’. Este es el testimonio de Benedicte, una mujer de la etnia Baulé, violada sexualmente por miembros del Movimiento Patriótico de Costa Marfil (MPCI), país ubicado al occidente de Africa que sufre desde hace dos años una seria crisis política y militar, donde las mujeres viven extrema vulnerabilidad, además de la creciente pobreza y los altos índices de trabajo sexual. Lo anterior fue revelado por Amnistía Internacional (AI) en su informe Cote d’Ivoire: Targeting women, the forgotten victims of conflict, publicado ayer y el cual deja ver la extensión de la violencia sexual contra mujeres y niñas, en el contexto del actual conflicto que comenzó en 2002 tras un intento fallido de golpe de Estado. Desde entonces, Costa de Marfil esta dividida en dos: el sur controlado por el gobierno y el norte por grupos de oposición armada, las nuevas fuerzas (Fuerzas Nouvelles), de acuerdo con AI. Entre ambos bandos existe una zona temporal de seguridad, controlada por más de 12 mil tropas internacionales, incluidas las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y tropas francesas. No obstante la presencia de estos grupos, el informe señala que la escala y la brutal naturaleza de los ataques es enormemente subestimada, porque cientos, si no es que miles de mujeres y niñas han sido, desde el inicio del conflicto y hasta ahora, víctimas de la profunda y a veces sistematizada violencia y agresiones sexuales cometidos por las fuerzas combatientes dentro del país, como afirma Veronique Aubert, directora adjunta del programa de Amnistía Internacional en Africa. A causa de estos grupos, muchas de las mujeres y niñas son víctimas de violaciones múltiples, son secuestradas y/o convertidas en esclavas sexuales por combatientes de Costa de Marfil, dice el informe. Por si fuera poco, las violaciones son constantemente acompañadas de golpes y torturas, y en muchas ocasiones realizadas en público y/o frente a miembros de la familia. Incluso, algunas de ellas han sido violadas junto a cadáveres de miembros de su familia. Muchas de estas mujeres y niñas -algunas de 10 años- son blanco de violencia, la mayoría de las veces por motivos étnicos y políticos, dijo a AI Veronique Aubert. ‘Como son símbolo de ‘honor’ de sus comunidades, ellas son violadas para humillar a las mujeres, a los hombres de sus familias y a la comunidad entera. Por lo que sabemos ninguno de los perpetradores de estos crímenes ha sido puesto a disposición judicial’ señaló. Para Aubert, la violación y otras formas de violencia sexual han sido utilizadas de manera tan extensa y con tal impunidad que sólo se puede concluir que las fuerzas de seguridad del gobierno y los grupos armados de oposición han estado utilizando estos crímenes como parte de una estrategia deliberada para inculcar terror a la población civil. Algunos de los peores abusos cometidos contra mujeres y niñas son los perpetrados por mercenarios, particularmente de Liberia, y que son allegados a los grupos armados de oposición en Costa de Marfil, al oeste de la ciudad, señala el informe. ‘Uno de los combatientes que me capturó, liberiano, me pidió que me quitara la ropa, Me rehusé, así que me abofeteó dos veces y me tiró. Puso un cuchillo en mi garganta y en la otra mano tenía un revolver con el que me amenazaba, me golpeó con el extremo del arma. Entonces me quitó la ropa y me violó tres veces, me consideraba de su propiedad’, dice Constance, capturada en febrero de 2003. Las mujeres que logran escapar a sus captores son generalmente estigmatizadas y terminan siendo abandonadas por sus cónyuges o familias. También son condenadas a la pobreza extrema junto con sus hijas e hijos, subraya AI. Y aunque ninguna estadística exacta se encuentra disponible, AI indica que se cree que la violación y la violencia sexual comprometida en el contexto del conflicto han empeorado sustancialmente la crisis de VIH/Sida en Costa de Marfil. Asimismo, y de acuerdo con el informe de AI, las víctimas de violencia sexual no tienen acceso a los pocos servicios de salud que hay, mientras que las áreas controladas por las Fuerzas Nouvelles están aisladas de los servicios públicos de salud. Sin embargo, muchas de las mujeres se niegan a viajar a otros centros de salud debido al alto costo económico del viaje y a los serios riesgos de los que podrían ser víctimas nuevamente. ‘Para ir a los centros de salud, la mayoría de las mujeres tendrían que pasar por una serie de carreteras bloqueadas que, para muchas sobrevivientes, son los lugares donde fueron violadas’. Dentro de su informe, AI realizó algunas recomendaciones dirigidas a eliminar la violencia sexual contra las mujeres y niñas en este país, entre las que se encuentran la investigación de los delitos y el aseguramiento de las reparaciones judiciales efectivas, incluyendo compensación y rehabilitación. ‘La violación y otras formas de violencia sexual cometidas durante el conflicto armado -ya sea nacional o internacional-, son crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, de acuerdo con el derecho penal internacional, y pueden ser tratados como tal’, según Veronique Aubert. Lo anterior, ya que ‘eliminar la violencia sexual debe ser una prioridad para cualquier plan dirigido a encontrar una solución pacífica a la actual crisis de Costa de Marfil’. El pasado 4 de marzo de 2007, el presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, y el líder de las nuevas fuerzas firmaron un acuerdo que establece que dentro de cinco semanas se establecerá un nuevo gobierno. Asimismo, prevé la eliminación gradual de la zona temporal de seguridad y pide avances en los asuntos más conflictivos, como la elaboración del censo electoral y el desarme de los rebeldes y su integración en el ejército regular, subrayó AI.