Gravar los vehículos híbridos y otros automóviles que consumen poco combustible y cobrar a los conductores por los kilómetros que manejan, son algunas de las ideas sugeridas con el fin de evitar la falta de recursos para mantener las carreteras del país. Menos de cuatro meses después que el presidente George W. Bush firmó un […]
Gravar los vehículos híbridos y otros automóviles que consumen poco combustible y cobrar a los conductores por los kilómetros que manejan, son algunas de las ideas sugeridas con el fin de evitar la falta de recursos para mantener las carreteras del país.
Menos de cuatro meses después que el presidente George W. Bush firmó un decreto de seis años para destinar 286.400 millones de dólares a las carreteras y el transporte público, un informe encargado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos sostiene que el fondo federal para ese fin se está quedando sin dinero y el Congreso necesita pensar en nuevas fuentes de ingresos.
«Será necesario que se tomen decisiones en el futuro inmediato», declaró Ed Mortimer, director de Infraestructura del transporte de la cámara.
La próxima Ley de Carreteras está aún muy lejos y los legisladores podrían detestar volver a una medida que fue ampliamente criticada.
El estudio reciente, encargado por la Cámara, pero no avalado por ella, estimó que el fondo, financiado por los impuestos federales a la gasolina, reunirá unos 231.000 millones de dólares en los seis años de implementación del decreto, y que la porción destinada a las carreteras no contará con dinero en efectivo en 2008, un año antes de que expire la ley.
El informe concluyó también que los ingresos de todos los niveles del Gobierno serán 500.000 millones de dólares menores a lo necesario para mantener el pavimento, los puentes y nivel del tránsito hasta el 2015, y 1,1 billón de dólares inferior de lo que se necesita para mejorar la infraestructura del país.
«Sin un flujo importante de ingresos nuevos», dijo el director ejecutivo de la Asociación General de Contratistas de EEUU, Stephen E. Sandherr, «la red de transporte del país continuará deteriorándose, impactando la movilidad y el bienestar económico».
En el corto plazo, el estudio recomienda que el impuesto federal a la gasolina _que desde 1993 es de 18,4 centavos por galón (3,8 litros)_ sea indexado según la inflación.
Las iniciativas para el largo plazo podrían ser más controversiales.
Una de las propuestas es que los propietarios de vehículos híbridos o de automóviles con combustibles alternativos paguen una tarifa.