Miguel Ángel Rodríguez Arias (Barcelona, 1977) es investigador de Derecho Penal Internacional de la UCLM (Universidad de Castilla-La Mancha) y autor de las primeras investigaciones jurídicas en España abordando la cuestión de los desaparecidos del franquismo como «crímenes contra la humanidad» no prescritos y no sólo como cuestión de «memoria», dando lugar con las mismas […]
Miguel Ángel Rodríguez Arias (Barcelona, 1977) es investigador de Derecho Penal Internacional de la UCLM (Universidad de Castilla-La Mancha) y autor de las primeras investigaciones jurídicas en España abordando la cuestión de los desaparecidos del franquismo como «crímenes contra la humanidad» no prescritos y no sólo como cuestión de «memoria», dando lugar con las mismas a actuaciones de la Audiencia Nacional. Rodríguez Arias cuenta en su haber cuatro premios nacionales e internacionales de investigación.
El 10 de octubre celebramos el día internacional contra la pena de muerte. Déjeme preguntarle por penas de muerte, por los fusilamientos franquistas. Usted ha señalado que tanto desaparecidos como los no desaparecidos de los consejos de guerra son en el fondo fusilamientos, sólo que en este segundo caso se tomó la molestia de una escenificación teatral de juicio-farsa para enmascarar el crimen. La cifra de 350.000 ejecuciones en total, sumando ambos conceptos, no es una cifra exagerada según parece. ¿Se han reconocido estos crímenes? ¿Quiénes colaboraron en esos juicios farsa? ¿Cómo puede el Estado reparar tanta abyección e ignominia? Los ciudadanos de derecha, cuando se les explica, suelen lamentarse un poco y dos segundos más tarde suelen decir: era una guerra y luego, claro, cuando se vence ya se sabe… ¿Tiene alguna opinión sobre esta, digamos, reflexión político-histórica?
Y para situaciones de guerra estaban pensadas Convenciones como la de Ginebra de 27 de julio de 1929, o las Convenciones de la Haya de 1898 y 1907 y en ningún caso permitían nada de lo que se hizo; lo de justificar esos cientos de miles de crímenes prohibidos por las leyes de la guerra como consecuencia inevitable de la guerra es parte de la perversión e inversión de valores de decencia humana inoculada por el franquismo durante décadas en nuestra sociedad y que es preciso revertir contestando con hechos e instrumentos objetivos; que parte de la derecha del país aún no haya renegado frontal y claramente del franquismo y sus atrocidades no deja de contrastar con países como Alemania donde democracia cristiana y liberales se desmarcaron de Hitler que sólo resulta venerado por los neonazis, marginados social y políticamente, en España todavía no se puede decir lo mismo y en parte de la derecha democrática se sigue pretendiendo justificar o comprender lo injustificable , y se olvida que entre todos esos fusilados de Franco también están muchos demócratas conservadores que defendieron la legalidad Republicana, como la gran mayoría de miembros de la Guardia Civil de la República con los que Franco se ensañó especialmente ya que 5 de sus 6 generales se mantuvieron leales a la República. Merecen ser recordados y honrados como cualquier otro defensor de la República española y no creo, en todo caso, que sea una cuestión de ideología sino, por encima de todo, una vez más, de dar normal cumplimiento a los instrumentos internacionales de Derechos Humanos. Que Franco llamase «sentencia de muerte» a 200.000 asesinatos sistemáticos de Estado de lesa humanidad de defensores de la República española – mientras, como Hitler, en la noche y la niebla asesinaba a otros 150.000 más – no quiere decir que debamos seguir convalidando todo ello como hace nuestra ley de la memoria, que habla de sentencias con graves defectos de fondo y forma pero las sigue llamando «sentencias». El día internacional contra la pena de muerte que como dices hoy conmemoramos es un buen momento para recordar que las heridas de los fusilamientos franquistas siguen abiertas en nuestra sociedad y que nuestro Estado tiene ineludibles compromisos de solidaridad, justicia y verdad con sus familiares, tratados durante décadas como si se tratase de familiares de criminales, no de defensores de la Constitución y República española.
Creo que este es un día en el que todos deberíamos recordar a todos esos «condenados a muerte» del franquismo y redoblar nuestros esfuerzos para que nuestras autoridades respeten los derechos humanos de sus familiares.
Nota:
1 Esta respuesta es parte de una entrevista a Miguel Ángel Rodríguez Arias sobre desaparecidos del franquismo que rebelión editará la próxima semana.
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.