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Proceso de Bolonia y la nueva LOU

¿En qué andan las protestas universitarias?

Fuentes: Diagonal

Con el avance del curso y antes de los exámenes finales, el movimiento estudiantil se refuerza, a pesar de la poca contestación que ha tenido la aprobación de la nueva LOU. Eso sí, los estudiantes continúan movilizándose contra el proceso de Bolonia, como muestra la reunión de Estudiantes en Movimiento el pasado 10 de marzo […]

Con el avance del curso y antes de los exámenes finales, el movimiento estudiantil se refuerza, a pesar de la poca contestación que ha tenido la aprobación de la nueva LOU. Eso sí, los estudiantes continúan movilizándose contra el proceso de Bolonia, como muestra la reunión de Estudiantes en Movimiento el pasado 10 de marzo en Barcelona, la huelga del 29 de marzo en Euskadi, el IV Encuentro de Estudiantes de los Países Catalanes, en Cardedeu, del 5 al 8 de abril o la próxima reunión de coordinación para los actos de mayo en toda Europa contra la reunión de ministros de Educación en Londres.

La aprobación de la Ley Orgánica de Universidad el 29 de marzo en el Congreso pasó bastante desapercibida en el movimiento estudiantil, que, aunque no atraviesa su mejor momento sigue activo y centrado en la denuncia del proceso de Bolonia.

Por ejemplo, la coordinadora de diferentes colectivos del Estado Estudiantes en Movimiento se limitó a sacar un comunicado que había consensuado en su última reunión de Barcelona, el pasado 10 de marzo, en la que afirmaban: «Algo realmente grave sucede cuando todos los grupos parlamentarios progresistas votan a favor de una reforma que no incorpora ninguna de las demandas históricas del movimiento contra la LOU de 2001, y agrava, con mucho, algunos de sus aspectos más relevantes. Estamos asistiendo, atónitos, a la deconstrucción de la universidad pública». El mismo 29 de marzo, Ikasle Abertzaleak (IA) convocaba en Euskadi y Navarra un paro en institutos y universidades, que comenzaba con encierros en los campus de Leioa, Ibaeta, Gasteiz e Iruñea la noche anterior y continuaba con manifestaciones. «El paro fue secundado por la gran mayoría de los universitarios. Sólo un incidente con los guardias de seguridad de Leioa rompió la tranquilidad de la jornada», afirma Gorka, miembro de IA. «En Bilbao se hizo la manifestación más exitosa, con unas 2.000 personas.

Reclamábamos los derechos democráticos de los estudiantes en los centros educativos, sobre todo, en la enseñanza media, mientras la universidad se relacionó demasiado con el proceso de Bolonia», continúa Gorka. Por su lado, el colectivo estudiantil Eraldatu no apoyó esta convocatoria porque «el estudiantado vasco, en su gran mayoría, no está concienciado de lo que supone Bolonia, le falta información. Simplemente sirve como un día para faltar a clase», explica Alberto, uno de sus miembros.

Andalucía, campaña conjunta

Aunque en los últimos meses no han realizado un gran acto común, las diferentes organizaciones siguen trabajando con el nexo de la Coordinadora Andaluza de Estudiantes (CAE). «Realizaremos una campaña en las elecciones a claustro llamada ‘Los votos, que les den por nulo’, para denunciar la falta de democracia que existe en la gestión de la Universidad», explica Teresa, miembro de la CAE. La otra gran propuesta es un paro académico «para denunciar las consecuencias de Bolonia, y explicar a los estudiantes los perjuicios de la convergencia europea». En Almería será el 24 de abril, mientras que en Granada, el 26 del mismo mes. En la ciudad de la Alhambra «el pasado 21 de marzo hicimos un encierro en la facultad Filosofía y Letras, que contó con 150 personas», explica Álex, de Granada.

En Madrid, se acaba de constituir la Coordinadora de Estudiantes de Madrid (CEM), que engloba a varias asociaciones estudiantiles, y que quiere realizar en esta ciudad un encuentro estatal contra la LOU los días 26, 27 y 28 de abril. La CEM, además, apoya los actos de protesta que se realizarán en Europa contra la cumbre de ministros de Educación en Londres, según relata Miguel, miembro de Letras Subversivas de Historia de la Universidad Complutense de Madrid, un colectivo que, junto a Estudiantes de Izquierdas, forman dos grandes organizaciones.

La calma aparente

Tras la jornada del 16 de noviembre de 2006, parecía que el movimiento estudiantil se había paralizado en los diferentes territorios del Estado. «Ahora intentaremos reactivarlo aprovechando la convocatoria europea de mayo, que coincidirá con la Cumbre de ministros de Educación», afirma Adrià, del Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (CEPC). Sin embargo, en otras áreas como Aragón, desde la llegada del PSOE al gobierno central, el movimiento se ha desvanecido y hace un año y medio que no hay movilizaciones en Zaragoza. «En abril participamos en una reunión sobre Bolonia dentro del encuentro International 07 de París», afirma Héctor, de la Universidad de Zaragoza y de CGT. Por otro lado, en Santiago de Compostela, existen diferentes protestas organizadas por la Coordenadora de Assembleias, aunque no cuentan con un gran respaldo universitario.

Pacto hasta los exámenes

Durante los últimos exámenes, un grupo de estudiantes de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) se encerró en la Biblioteca Xeral para exigir su apertura nocturna y los fines de semana. La biblioteca fue cerrada «sin ningún tipo de consulta al estudiantado», según afirma un universitario santiagués. El conflicto se fue agravando: empezó con la permanencia en la biblioteca de cientos de estudiantes el tiempo que demandaban y pasó a un encierro en la propia biblioteca. Ante lo que la universidad acabó denunciando la situación a la Policía Nacional. Finalmente, universidad y estudiantes llegaron a un acuerdo para junio, aunque los propios estudiantes no son demasiado optimistas.

Más allá de la educación

estudiantes han participado en movilizaciones contra el proceso de Bolonia. En algunas ciudades se han implicado en problemas laborales y locales, como Sevilla o en Puerto Real (Cádiz). Por ejemplo, los estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla) han mostrado su apoyo a las protestas de las limpiadoras de su universidad, conflicto que mantienen por su situación laboral en la empresa CLECE, subcontrata de la Universidad que incluso las ha desalojado del campus por sus protestas. Por otro lado, el último gran conflicto laboral en Cádiz, Delphi, también ha recibido un importante apoyo de los estudiantes gaditanos, que han apoyando a los trabajadores con sus manifestaciones.