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Fidel Castro en el Congreso Mundial de Alfabetización: asegura que Cuba no necesita a la Unión Europea

En un mundo saturado de analfabetismo, de mentiras, jamás se podrá conocer la verdad

Fuentes:

En un mundo saturado de analfabetismo, de mentiras, jamás se podrá conocer la verdad o una parte de la verdad, si no se poseen conocimientos y elementos de juicio, aseguró la víspera el Presidente Fidel Castro en la sesión especial del 1er. Congreso Mundial de Alfabetización.  Luego de escuchar las impresionantes palabras de venezolanos, mexicanos […]

En un mundo saturado de analfabetismo, de mentiras, jamás se podrá conocer la verdad o una parte de la verdad, si no se poseen conocimientos y elementos de juicio, aseguró la víspera el Presidente Fidel Castro en la sesión especial del 1er. Congreso Mundial de Alfabetización. 

Luego de escuchar las impresionantes palabras de venezolanos, mexicanos y ecuatorianos alfabetizados mediante la experiencia de Cuba, el presidente Fidel Castro expresó ante más de mil delegados que asisten a esa sesión especial del Congreso Pedagogía 2005, que sólo un mundo alfabetizado podrá ser capaz de adquirir esa cultura política sin la cual ningún mundo mejor será posible. 

En Cuba, dentro de ocho o diez años, el que no posea una cultura general integral será un analfabeto funcional -puntualizó-. Si no sabe un mínimo de Economía, de Historia Universal, de Geografía no podrá entender el mundo de hoy.  

Los que hemos luchado por el verdadero humanismo, la igualdad, la justicia, sabemos cuán baja es la autoestima de un analfabeto; cuál es la autoestima de aquel campesino de los que vi en el lugar donde yo nací, donde había quienes vivían de escribir cartas.

Qué nivel de ultraje se cometía con los seres humanos -enfatizó- y eso era masivo y continúa siendo masivo en el mundo. Pero entre analfabetos y semianalfabetos son millones, de modo que quien dicta el pensamiento son los medios masivos y eso se llama libertad de prensa.

Se refirió a la situación de este país antes de 1959, cuando el 90% de la población tenía algún tipo de analfabetismo, incluso funcional.

Dijo que con esa situación no se podía hablar de democracia, pues ella se apoya en el principio de poder decidir, adoptar una posición. Ahora ustedes hablan de Cuba -dijo-, como un modelo, pero en ese entonces éramos modelo de analfabetismo, de

incultura, de corrupción entre los políticos, teníamos un país para divertirse, para ejercer la prostitución.

Al reflexionar sobre su infancia, familia y el medio social donde vivió sus primeros años, confesó que el nombre que lleva le gusta, porque tiene que ver con la fidelidad. Se autoproclamó un hombre fiel, fiel a las ideas y a «los principios por los cuales he luchado toda mi vida, sin haber traicionado uno solo de esos principios».

Habló de la historia de la sociedad humana y dijo que ahora hay ciudades bombardeadas día y noche. Hoy las guerras son de exterminio y hay que recordar cómo ha sido el mundo hasta hoy. Cuando Bolívar luchaba no había un capitalismo desarrollado, no existía el imperialismo, México no había perdido más de la mitad de su territorio y los indios no habían sido exterminados. Esa era nuestra América., Fidel se refirió a las palabras e ideas pronunciadas recientemente en Venezuela por el presidente Hugo Chávez, que son resumen de necesidades vitales, de verdades,  un grito centenario, casi bicentenario de protestas, porque se van a cumplir casi 200 años del momento en que Venezuela proclamó la independencia.
 
Alina M. Lotti – Trabajadores



Asegura que Cuba no necesita a la Unión Europea

«Nos van a perdonar la vida unos mesecitos más», declara el líder cubano

Muchos se preguntaban cuál sería la reacción de La Habana a la suspensión temporal de las sanciones a Cuba adoptadas por la UE en 2003, decidida el lunes por los Veinticinco. El martes, Fidel Castro fue explícito: «Cuba no necesita de Estados Unidos ni de Europa (…); hemos aprendido a prescindir de ellos». El líder comunista descalificó la flexibilización europea -«nos va a perdonar la vida unos mesecitos más, hasta junio, observando cómo yo me porto»-, y sentenció: «Cuba no tiene que ser perdonada de nada».

Fue durante un largo discurso ante varios miles de educadores latinoamericanos que participan en La Habana en el primer Congreso Mundial de Alfabetización. Casi al terminar, después de haber hablado durante más de cuatro horas, Castro se calentó y se refirió a la reciente decisión de la UE de levantar por seis meses las sanciones políticas adoptadas en protesta por el encarcelamiento de 75 disidentes y la ejecución de tres secuestradores.

«Parecemos alguien de una cárcel de Tejas condenado a muerte y en capilla ardiente», dijo. Según el presidente cubano, «no hay duda de que algunos en Europa han actuado de buena fe», pero, afirmó, lo que no es de recibo es que «para dar un pasito de avance, para rectificar grandes errores», haya que poner «en capilla ardiente a un país y perdonarlo».

El lunes, los ministros de Exteriores de los Veinticinco aprobaron el levantamiento de las sanciones a Cuba, entre ellas la medida de invitar a disidentes a las fiestas nacionales en las embajadas comunitarias, que provocó en la práctica el congelamiento de las relaciones entre La Habana y Bruselas. La UE acordó emprender en sustitución de esta política «un diálogo constructivo con las autoridades cubanas dirigido a lograr resultados tangibles en la esfera política, económica, de los derechos humanos y de cooperación», pero reforzando el diálogo con la oposición y revisando de nuevo su estrategia en julio «a la luz del desarrollo y el pluralismo democrático y el respeto de los derechos humanos en Cuba».

«Hay algunos que nos quieren perdonar, pero ¿de qué nos tienen que perdonar?», se preguntó Castro, de 78 años. Dijo que prefería callarse algunas de sus opiniones para no echar a perder el trabajo de su ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, más cuando «ahora están diciendo que Europa es traidora, que Europa ha abandonado a los luchadores por la libertad, que Europa le está haciendo el juego y se ha vendido ante el tirano Castro».

Sus declaraciones se producen justo cuando las relaciones de Bruselas y Cuba comenzaban a normalizarse, después de numerosas gestiones diplomáticas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en el seno de la UE, donde varios países se oponían a cualquier flexibilización. El mandatario cubano admitió que sus comentarios podrían perjudicar las relaciones con Bruselas, pero sentenció: «Cuba no necesita a Estados Unidos, Cuba no necesita de Europa; que cosa tan deliciosa poder decir eso, que no necesita de ninguna de esa gente. Hemos aprendido a prescindir de ellos».

En su discurso, al que no tuvo acceso la prensa extranjera pero fue transmitido en directo por televisión, Castro arremetió también contra el presidente norteamericano -a quien llamó «enajenado»- y contra el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Koichiro Matsuura, a quien acusó de ser «proclive a las causas yanquis» y de pedir «que los mercenarios sean liberados», en alusión a las demandas en favor de la excarcelación de los disidentes. Según Castro, la Unesco estaba «mejor cuando los yanquis estaban fuera, pero entró, y a qué precio».

Mauricio Vicent – El País