Tiene gracia que tengamos que sacar del baúl el eslogan del título. Esto es debido a la intensa campaña pro energía nuclear en nuestro país. Los pro nucleares se apoyan en las dificultades para cumplir el protocolo de Kyoto y en el incierto suministro de gas y petróleo, cada vez más caro y escaso. Inciden […]
Tiene gracia que tengamos que sacar del baúl el eslogan del título. Esto es debido a la intensa campaña pro energía nuclear en nuestro país. Los pro nucleares se apoyan en las dificultades para cumplir el protocolo de Kyoto y en el incierto suministro de gas y petróleo, cada vez más caro y escaso. Inciden en partidos políticos y medios de comunicación para que apoyen la energía nuclear.
Vemos como personajes como James Lovelock (padre de la ecología moderna) advierte que estamos inevitablemente abocados a una catástrofe natural muy próxima. Ha pasado de desautorizar la energía nuclear a apoyarla cuando dice «sólo hay una fuente inmediatamente disponible que no provoca calentamiento planetario y ésa es la energía nuclear. Bastaría con eliminar las trabas a la energía nuclear para resolver los problemas derivados de los combustibles fósiles y poder así mantener nuestro consumo energético».
Para analizar si la energía nuclear es una alternativa real a nuestro futuro energético, hagamos preguntas y respondámonos.
¿Son seguras las centrales nucleares?
Hace ya 22 años que se produjo el desastre nuclear de Chernobil. Según los últimos informes, nos hablan de más de 60.000 muertos y de otros 90.000 futuros y muchos cientos de miles con enfermedades como el cáncer de tiroides, hígado y recto junto a malformaciones congénitas en los recién nacidos.
Según el Research and Develepoment Institute of Power Engineering los costes de la catástrofe de Chernobil alcanzará los 350.000 millones de dólares. Su radiación afectó a 3.900.000 km2 de Europa y muchos productos agrícolas y ganaderos de estas zonas presentan radiaciones muy por encima de la normalidad, con el grave daño económico para sus habitantes.
Recordar el caso de la central norteamericana de Three Mills Island. Aquí en España se tuvo que clausurar la central nuclear de Vandellos I y son frecuentes los problemas en el resto de centrales nucleares. Los dos últimos han sido muy sonados. En el verano de 2005, la central nuclear de Vandellos II, donde el Consejo de Seguridad Nuclear español autorizó la puesta en funcionamiento sabiendo que la reparación que habían realizado estaba mal hecha. Este noviembre de 2007 no se informó de la fuga radiactiva de la central de Ascó y podemos seguir así en multitud de casos. En Francia, de los 58 reactores nucleares en funcionamiento hay problemas reconocidos en 34, pero no se hace nada.
Nos dicen que la energía nuclear está muy controlada por organismos como el CSN, pero estos organismos no son lo suficientemente independientes y con poco poder autónomo pues han defendido más los intereses económicos de las empresas que la seguridad de los ciudadanos. Los responsables operativos de las centrales nucleares hacen lo posible y hasta lo irresponsable e ilegal para ocultar cualquier incidente.
Se argumenta que las centrales de la tercera generación son más seguras. Es cierto que ha mejorado pero no lo suficientes como para estar tranquilo y seguro.
¿Qué hacer con los residuos radioactivos?
Después de cincuenta años de la puesta en funcionamiento del primer reactor nuclear, ningún país ha conseguido implantar un sistema eficaz para deshacerse de sus residuos nucleares. En Yucca Mountain en el desierto de Nevada (Estados Unidos) se había proyectado el único almacén geológico pero es dudoso que se realice.
Los efectos de los residuos nucleares permanecen activos miles de años, el plutonio 239 (24.400 años), el plutonio 240 (6.600 años). Se imaginan que si ahora ya hay problemas con los residuos nucleares ¿qué pasaría si se aumentara el parque de nucleares?
Con el combustible gastado hasta el año 2003, hay plutonio suficiente para la producción de más de 25.000 bombas nucleares. Este es otro factor en contra de la energía nuclear cual es la proliferación de armamento nuclear. Siendo la situación actual de muy graves, recordemos los problemas nucleares en Israel, Irán, Siria, Corea del Norte, etc. Unamos la posibilidad de que este material cayera en manos de grupos terroristas o incluso que una central nuclear fuera atacada por estos mismos grupos ¿se imaginan que pasaría?
Se calcula que en España tenemos unas 6.000 Tm de residuos nucleares que se conservan en las propias centrales nucleares en situaciones lamentables, al no existir un centro donde guardarlos. Para el año 2010 se había dispuesto que en nuestro país existiera un almacén de residuos radioactivos, pero este no se hará al no disponer de un lugar para hacerlo, pues nadie lo quiere.
En el año 2010 deben de regresar a España los residuos radiactivos de Vandellos I que fueron desplazados a Francia. El coste de estos residuos es de 57.000 euros diarios. Muchos de los defensores de la energía nuclear intentan minimizar el problema de los residuos, pero este es uno de los grandes problemas que la hacen inviable en todo el mundo.
¿La energía nuclear nos da independencia energética?
La respuesta es NO. Un estudio realizado en 2001, por la Agencia Internacional de la Energía Atómica sobre la disponibilidad de uranio, nos dice que sus recursos conocidos pueden no cubrir ya sus necesidades en 2026, en el caso de una elevada demanda y en 2035, con una demanda intermedia.
Los países productores son igual o más inseguros que las del petróleo o gas, pues son todos ellos países inestables como es el caso de Níger o de otros países africanos productores de uranio.
Podemos afirmar que la energía nuclear española depende totalmente del exterior, pues debe importar todo el uranio que consume, cuyo precio está subiendo desde el año 2004. La escalada de precios energéticos de gas y petróleo, también se da en el uranio porque sus reservas como hemos visto son muy limitadas.
Si en el suministro de uranio seguimos siendo dependientes, lo mismo podemos decir de toda la tecnología nuclear, que mayoritariamente la tenemos que importar de los norteamericanos o franceses. Con este panorama se puede decir que la energía nuclear no nos da independencia energética.
¿Es la energía nuclear una alternativa económica viable?
Veamos dos aspectos. El coste de construcción de las nuevas centrales nucleares de nueva generación son un 50% más cara que las plantas tradicionales y hasta un 80% que las de ciclo combinado. Tanto defensores como detractores coinciden en que estas centrales nucleares requieren una gran inversión inicial de capital, cuya recuperación requiere largos periodos de tiempo. Una central nuclear de tipo medio ronda los 3.500 millones de euros y su construcción tiene una duración de doce años.
Otro argumento que siempre aducen es que el Kw/h nuclear es más barato. Siguiendo los datos aportados por las propias empresas eléctricas, se valora el precio del Kw instalado en centrales de ciclo combinado en 500 euros, las centrales térmicas tradicionales en unos 800 euros, las centrales hidroeléctricas los producen en unos 2.000 euros, la energía renovable oscila en una horquilla de 1.000/2.000 euros.
El Kw nuclear, según los datos de las nuevas centrales nucleares francesas se sitúa en unos 2.000 euros. El gasto nuclear no es sólo el de la construcción y funcionamiento sino que tiene unas cargas financieras posteriores muy importantes, como es la gestión de residuos, que normalmente asume el estado. Sería bueno saber cual es la cantidad que el estado francés dedica a subvencionar la energía nuclear para que ésta sea competitiva.
Sólo habrá inversiones privadas en energía nuclear si sus costes de producción son inferiores a otras alternativas menos arriesgadas y además que el sector público garantice la rentabilidad de dichas inversiones. Sirva como ejemplo que todas las centrales nucleares en funcionamiento fueron construidas por monopolios estatales o por compañías eléctricas verticalmente integradas y operando en un entorno muy regulado que les garantizaba el retorno de las inversiones.
El precio del KW nuclear es en un 70% coste financiero y la inversión total, el plazo de construcción y la tasa de interés son las variables fundamentales. Las estimaciones actuales hablan de incrementos de más del 300% en las inversiones nucleares.
La actual crisis financiera no parece el mejor escenario para el renacimiento nuclear que requerirían centenares de miles de millones de euros de nuevas inversiones durante décadas
¿Qué piensan los europeos de la energía nuclear?
Es una encuesta realizada a inicios del año 2006 y presentado por el Comisario europeo Andris Piebalgs, nos dice que solamente el 12% de los europeos ven la energía nuclear como alternativa, mientras que el 88% restante no lo ven como futuro.
¿Qué alternativa hay para solucionar la crisis energética y el cambio climático?
Es imprescindible el cambio de modelo de desarrollo económico por insostenible. El modelo neoliberal globalizador debe acabarse.
Casi nadie habla de la palabra AHORRO y de la eficiencia energética. La unión Europea calcula que se pues ahorrar un 25% de la energía que actualmente consumimos y en España puede llegar al 30%.
Favorecer el desarrollo de las energías alternativas como la eólica, solar, etc., pues poseemos tecnología puntera e incluso podemos exportar y ésta si nos da independencia energética.
Ampliar el desarrollo tecnológico de otras energías como puede ser la del hidrogeno que en un plazo de veinte años pueden ocupar un lugar importante.
Es evidente que para impedir el desastre energético y el cambio climático decir NO a la alternativa nuclear, al mismo tiempo que se trabaja por un modelo no pasa por la resurrección de la energía nuclear, sino por nuestra responsabilidad individual y colectiva, modificando el modelo de desarrollo económico. Por ello debemos de buscar un desarrollo económico sostenible.