Un drama cotidiano. 374 personas migrantes fueron rescatadas por Salvamento Marítimo cerca de las Islas Canarias, informó la Agencia Efe el 24 de noviembre. Llegaron la noche anterior en siete pateras, con 26 menores y dos bebés.
El 23 de noviembre la defensora de Derechos Humanos, Helena Maleno, se hizo eco en las redes sociales de la muerte de 14 migrantes en una patera, que pasó tres semanas a la deriva en el Océano Atlántico.
De manera similar –una alerta en Almería sobre el naufragio de dos pateras y 61 personas a bordo el 29 de agosto de 2019- comienza el documental de investigación Paralelo 35º 50 (coordenada de la frontera invisible entre España y Marruecos en el Mar de Alborán), dirigido por el periodista Sergio Rodrigo; producido por el colectivo EntreFronteras, el largometraje se proyectó el pasado 22 de noviembre en los cines Babel de Valencia.
El documental está financiado por 190 mecenas y coproducido, entre otras organizaciones, por la CGT y la Asociación Pro Derechos humanos de Andalucía (APDHA). Ha obtenido, en la edición de 2021, el Premio Desalambre que otorga elDiario.es al mejor trabajo gráfico o multimedia, y es el resultado de dos años de investigaciones, grabación y edición.
Uno de los ejes del largometraje es, según el texto de la presentación, “la complicidad de las autoridades españolas y marroquíes para evitar a toda costa el tránsito de las personas migrantes”, así como las “malas prácticas” en los rescates de personas en alta mar. Para realizar estas denuncias, 35º 50 incluye el testimonio de trabajadores de Salvamento Marítimo, organismo dependiente del Ministerio de Transportes.
Sobre el audiovisual planea una decisión adoptada por el Consejo de Ministros presidido por el socialista Pedro Sánchez, el 3 de agosto de 2018. Se trata del nombramiento de un mando único operativo –un general de la Guardia Civil- para coordinar diferentes ministerios y “optimizar los recursos” que se destinan al control de la inmigración denominada irregular en el Estrecho de Gibraltar, el Mar de Alborán y aguas adyacentes.
Entre las tareas de coordinación, figuran las actuaciones de los medios de Salvamento Marítimo (SASEMAR) y el Servicio Aéreo de Rescate (SAR) implicados en la asistencia a embarcaciones y personas migrantes. El anuncio gubernamental concluía recordando la “fuerte presión migratoria” sobre el estado español desde 2017, lo que exigía –según el comunicado de prensa oficial- “medidas urgentes”.
La película de Sergio Rodrigo destaca -respecto a la designación del mando único de la Guardia Civil- que puso líneas al rescate de personas migrantes. En diferentes ocasiones, por ejemplo en septiembre de 2020, la CGT ha denunciado la “mala gestión” y la “injerencia” de los mandos del instituto armado en las operaciones de salvamento; el sindicato criticaba que los nombramientos respondieran -en buena medida- a compromisos políticos, más que a la experiencia profesional, y exigía más “medios humanos” para los rescates.
Tal vez una clave interpretativa del documental pudiera datarse el pasado 18 de mayo, cuando el Gobierno de España adoptó un Acuerdo “por el que se autoriza la concesión de una ayuda de cooperación policial internacional para contribuir a la financiación del despliegue de las autoridades marroquíes en actividades de lucha contra la inmigración irregular, el tráfico de inmigrantes y la trata de seres humanos”. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirmó: “Estamos siendo contundentes en la defensa de nuestras fronteras”.
En la película y el acto de los cines Babel ha participado el presidente del Comité de Flota de Salvamento Marítimo y delegado sindical de la CGT, Ismael Furió; “La forma de pintar una frontera donde no existe en el mar es ponerle nombre, en este caso (entre España y Marruecos) se llama 35º 50; pero una persona se ahoga igual en otras coordenadas, la vida es la vida sea en un lado u otro”, explica en la película de EntreFronteras.
El sector Mar y Puertos de la CGT celebró entre el 22 y el 24 de noviembre su II congreso estatal en Valencia. La organización anarcosindicalista continuó pidiendo -a primeros de septiembre- un incremento en las plantillas de Salvamento Marítimo ante la mayor llegada de migrantes en pateras a Canarias (el Ministerio del Interior señala que 18.021 migrantes arribaron a las Islas Canarias por mar entre enero y mediados de noviembre de 2021, un 9,5% más que en el mismo periodo del año anterior).
“El objetivo de los trabajadores de Salvamento es prestar un mejor servicio y evitar la pérdida de vidas humanas; además, sufren una sobrecarga emocional si no pueden rescatar a las personas migrantes”, valora el trabajador jubilado de la marina mercante, Salvamento Marítimo y militante de la CGT, Enric Tarrida, tras la emisión del documental; Ismael Furió también denunció la precariedad laboral y falta de tripulantes, a mediados de noviembre, ante la Comisión parlamentaria de estudio sobre la inmigración en Canarias.
Pablo Benjumeda ejerció durante más de una década como coordinador táctico de misión en aeronave de Salvamento Marítimo. Está presente en la proyección de Valencia y su testimonio se incluye en Paralelo 35º 50. ¿Por qué consideras que tu labor cambió a partir de 2018? “Con la entrada del mando único, se decide que las operaciones de búsqueda y rescate se lleven a cabo, de forma general, en la zona SAR española, sin bajar del paralelo que separa las aguas españolas y marroquíes”, explica por correo electrónico.
Antes, añade, “se solía barrer toda la zona de búsqueda del Mar de Alborán sin distinguir esa línea ficticia; con esta nueva política se limitan las probabilidades de detección del objetivo por parte de nuestra aeronave, delegando las labores de búsqueda en la autoridad marroquí más al sur del paralelo 35º 50”.
Trabajó en una unidad de acción rápida, para la búsqueda y rescate. ¿Qué misión/experiencia recuerdas especialmente? “Quizá la que más tristeza me provocó fue la detección de una patera con cinco personas a bordo en la zona de Cartagena, en áreas cercanas al límite con Argelia. Ninguna de ellas se movía. Me llamó mucho la atención que la patera no tuviera motor, quizá lo robaron, se cayó o nunca lo tuvo (eso nunca lo sabremos)”, responde Pablo Benjumeda.
La unidad de superficie llegó a la zona y confirmó que cinco hombres habían fallecido y se hallaban en estado de descomposición. El ingeniero malagueño prosigue con el relato: “Llevaban mucho tiempo en el agua y la patera estaba inestable, con muchas dificultades de ser remolcada porque podía romperse en cualquier momento. Fue un día de mucha tristeza e impotencia, como cualquier día que veíamos gente en el agua; siempre que hay una persona que cae al mar es muy probable que pierda la vida en pocos minutos; y desde un avión la sensación de impotencia es enorme”.
Al finalizar la película, C.S., integrante de un comité de solidaridad internacionalista en Valencia, pondera el filme de EntreFronteras; lo considera muy riguroso, original y de sencillo visionado. “Es un documental que te abre los ojos, nada tendencioso y que tampoco incurre en el amarillismo”, señala. Además, “hace que te impliques en el contenido y la denuncia”. En otros términos, concluye la activista, llega y sensibiliza.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) calcula que cerca de 23.000 personas han muerto o desaparecido en el Mar Mediterráneo desde 2014, prácticamente en todos los casos por ahogamiento. Mientras, 24 trabajadores humanitarios se enfrentan actualmente a juicio y posibles penas de prisión en los tribunales griegos por ayudar a personas refugiadas en la defensa de sus derechos, informa Amnistía Internacional (AI).
Los casos más conocidos entre los 24 son los de Sarah Mardini y Sean Binder, denuncia la organización de derechos humanos, voluntarios sobre los que pesan cargos “injustos y sin fundamento” derivados de su labor de localización, búsqueda y salvamento a personas en embarcaciones en peligro frente a la costa de Lesbos.
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