En un reciente artículo -«Matices a unas críticas sobre Izquierda Unida y la frustración» [1]-, el autor de esta nota apuntaba: «JTL señala finalmente que le ha llegado estos días un enlace a la página de las Juventudes Comunistas de Andalucía que pone los pelos de punta: «[…] además de reclamarse seguidores de la obra […]
En un reciente artículo -«Matices a unas críticas sobre Izquierda Unida y la frustración» [1]-, el autor de esta nota apuntaba: «JTL señala finalmente que le ha llegado estos días un enlace a la página de las Juventudes Comunistas de Andalucía que pone los pelos de punta: «[…] además de reclamarse seguidores de la obra de Stalin, presentan su club de alpinismo que lleva el nombre de Ramón Mercader y cuyo lema es «Clavando fuerte desde 1940″». Después de dar la razón a JTL por su aproximación crítica, era yo quien señalaba que lo apuntado ponía los pelos de punta y golpeaba el alma de cualquier comunista no cegado. A santo de qué, preguntaba con exceso de retórica, venía reivindicar el nombre de aquel cuadro-dirigente del PSUC capaz de cometer, por seguidismo atroz, la mayor de las barbaridades, cómo podía seguir vindicándose algún nudo de aquel legado criminal, apostillaba. IU, concluía finalmente, dando lecciones a quienes deberían dármelas a mí, no podía abonar senderos de infamia, le llevaran o no a ser fuerza testimonial. El abonado, consciente o inconscientemente, con buena o mala intención, no por las Juventudes comunistas andaluzas, sino por una delegación sevillana de las JC, añadía por si faltara algún condimento, era un abismo de indignidad y abyección impropio de una fuerza que quiere transformar el mundo desde una perspectiva ecocomunista.
¡Cuánto hubiéramos ganado si me hubiera callado y hubiera pensado y me hubiera informado con más calma!
Resulta evidente que en todo lo anterior hay una crítica, por mi formulada, a las Juventudes Comunistas de Andalucía y, de paso, aprovechando que la Giralda no se ha movido de Sevilla hasta el momento, a Izquierda Unida, crítica que ahora sé -no antes, aunque hubiera podido saberlo- totalmente injusta e inadmisible.
Desde las Juventudes Comunistas, concretamente un militante de la organización de Sevilla, con fecha 7 de febrero, me escribe para señalarme que la organización juvenil comunista a la que hice referencia muy críticamente «se escindió de la Unión de Juventudes Comunistas de España en 1998, sólo tiene presencia en Sevilla y no guarda ningún vínculo con las Juventudes Comunistas de Andalucía (UJCE-A)», organización en la que mi interlocutor milita en Sevilla capital nada menos que desde hace diez años. No es poco.
La web de las Juventudes Comunistas en Andalucía es http://www.jcandalucia.org me recuerda y enseña, señalándome que en ella podré comprobar «que no hay rastro ni de su material, ni de sus acciones, ni de su logotipo, como sucede en la web del Partido Comunista en Andalucía: http://www.pcandalucia.org«. Efectivamente así es, tal como indica mi interlocutor, no como yo pude señalar en mi anterior aproximación.
Que no haya habido mala voluntad por mi parte no me exime en ningún grado de las consecuencias de un error, y de las descalificaciones político-culturales anexas, que podía haber evitado con una mejor información, comprobando las cosas o incluso consultando a amigos que viven en territorios del Sur. No era difícil, no era nada del otro mundo y es lo mínimo que debe hacerse en cualquier circunstancia.
Pido mil y un millón más de disculpas; espero (y me exijo) poder obrar con mayor corrección (talento y justicia) en futuras ocasiones, y lamento muy sinceramente el daño causado a personas que sé bien, muy bien, que entregan lo mejor de sí mismas para construir un mundo más justo, más humano y mucho menos depredador sin otras compensaciones que son sean su coherencia y honestidad poliéticas. Son la sal de la tierra y yo la he ensuciado muy injustamente.
Nota:
[1] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144108
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