– Con motivo de la celebración de San Valentín, Ecologistas en Acción denuncia la utilización del amor y los afectos por el marketing de los mercaderes en un contexto decisivo de extralimitación planetaria.
– Reivindica las alternativas no consumistas para celebrar el amor y la amistad.
– Propone actividades imaginativas en las que el tiempo y la dedicación sean lo fundamental.
Con San Valentín comienza de nuevo el ciclo de festejos del santoral consumista, que después se prolongará en los meses siguientes con otras fiestas estratégicamente repartidas por los magos del marketing: Día de la Madre, del Padre, etc.
Ninguna de estas festividades tiene que ver directamente con el amor y los afectos porque ya se encargan los medios de recordarnos que los regalos de mercancías o servicios son el único barómetro válido para medir el nivel de nuestros afectos: cuanto mayor sea el gasto, mayor nuestro amor. Lo demás son monsergas y florituras.
En un momento histórico decisivo para el futuro de nuestra civilización marcado por el desastre climático, la pérdida abrumadora de biodiversidad y la creciente escasez de energía y minerales, seguir el camino marcado por los mercaderes solo nos lleva al más absoluto de los desastres. La idea del rebasamiento o extralimitación es la que debería presidir nuestras reflexiones y decisiones a la hora de afrontar estas celebraciones impostadas y traídas por los pelos como la de San Valentín.
Ecologistas en Acción reconoce, sin embargo, que un día como este lo utilizan muchas personas para hacer más patentes sus sentimientos. Nunca serán demasiados los días para hacerle ver a otra persona nuestro amor o nuestro afecto.
Y lo mismo con los regales. Estos cumplen una función social muy importante en las relaciones afectuosas, pero lo que Ecologistas en Acción denuncia es que el consumismo haya impuesto lo material como único indicador del amor, evitando alternativas mejores como el tiempo de estar con los que queremos. Han conseguido que la ausencia de tiempo sea la mejor premisa para la compra rápida de objetos y servicios.
Asimismo, Ecologistas en Acción destaca los sobreimpactos medioambientales de esta mercantilización de los afectos: enormes gastos de energía y recursos, y montañas de residuos en forma de envoltorios y desechos.
Por todo ello, la organización ecologista defiende que la mejor manera de celebrar este día con mentalidad crítica y amorosa es no comprar nada. En su lugar, para demostrar nuestros afectos, propone hacer algo especial, alternativas imaginativas a las rutinas, desencuentros y a la falta de tiempo para lo importante.
Algunas ideas:
– La forma en que se celebra el día en muchos centros educativos puede inspirarnos a personas adultas y pequeñas. Un ejemplo muy extendido para dar protagonismo a los afectos en este día, y a la vez cuestionar el consumismo imperante, es realizar en algunas materias (plástica, lengua, filosofía, extraescolares, biblioteca, etc) regalos en forma de postales, flores de papel, poemas, reflexiones, etc, dirigidos a compañeras y compañeros, así como a profesorado.
– Paseos por la naturaleza, por barrios o pueblos próximos que no conozcamos.
– Crear regalos, donde el regalo sea sobre todo el tiempo dedicado: una piedra pintada, un marco para una foto especial…
– Preparar la comida o el postre favorito de aquella persona a la que le queremos expresar nuestro amor.
– Proponerle unirse a Ecologistas en Acción para aprender a pensar de otra forma.
Todo es cuestión de echarle imaginación, y mucho amor y afecto evitando los aditivos tóxicos.