Joaquín Nieto, de CCOO, consideró «cumplibles y realistas» los objetivos. «El plan –añadió– no supondrá una pérdida de competitividad empresarial ni de empleos». Las empresas eléctricas, principales afectadas por el reparto de los derechos de emisión, se mostraron ayer moderadamente satisfechas con las cuotas anunciadas por el Gobierno, aunque al mismo tiempo estuvieron divididas sobre […]
Joaquín Nieto, de CCOO, consideró «cumplibles y realistas» los objetivos. «El plan –añadió– no supondrá una pérdida de competitividad empresarial ni de empleos».
Las empresas eléctricas, principales afectadas por el reparto de los derechos de emisión, se mostraron ayer moderadamente satisfechas con las cuotas anunciadas por el Gobierno, aunque al mismo tiempo estuvieron divididas sobre el supuesto impacto que la medida podrá tener en las tarifas. Según Iberdrola, por ejemplo, el plan puede ser asumido sin problemas, mientras que Fenosa opinó todo lo contrario, es decir, que podría provocar un aumento en las tarifas de al menos el 2%. Los ecologistas aplaudieron el plan de emisiones y lo calificaron de «esperanzador, realista y asumible», en palabras de Greenpeace, Adena, Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra.
Las cuotas fijadas por el Gobierno no se alejan en exceso de las propuestas de las empresas eléctricas. Concretamente, el borrador del plan de asignación otorga al sector una cuota 264 millones de toneladas para el periodo 2005-2007, mientras que el grueso de las eléctricas reclamaban 290 millones e Iberdrola proponía 254 millones.
Menos carbón
Honorato López Isla, vicepresidente de Fenosa, dijo a Efe que el reparto «se acerca mucho» a los planteamientos de su empresa, aunque cree que la tarifa tendrá que subir por encima del 2%. Las eléctricas, añadió, tendrán que comprar derechos de emisión para utilizar las plantas de carbón, que son más contaminantes, o aumentar la producción de las centrales de ciclo combinado (gas), que son más caras.
Por el contrario, el director de Estrategia y Desarrollo de Iberdrola, José Luis del Valle, aseguró recientemente que el recorte de emisiones puede aumentar los costes de generación sin elevar las tarifas. En su opinión, la actual estructura tarifaria cuenta con dos colchones que pueden absorber el incremento del coste: las cantidades que ahora se destinan a la moratoria nuclear y al pago de los costes de transición a la competencia (CTC).
Endesa, primera empresa del sector, no quiso pronunciarse sobre el plan hasta conocerlo en detalle, aunque se mostró «razonablemente satisfecha», mientras que Gas Natural lo calificó de «equilibrado y adaptado a las actuales necesidades industriales del país». La empresa gasista considera que el reparto tiende a reducir la dependencia del carbón.
Las patronales de otros sectores afectados, como el petrolero, el cementero o el azulejero, no se pronunciaron a la espera de analizar con más detalle el borrador, aunque sí lo hicieron, y «con preocupación», la patronal siderúrgica Unesid y la Asociación de Fabricantes de Papel y Cartón (Aspapel).
Aunque los colectivos ecologistas no disimularon su satisfacción, el portavoz de Los Verdes y diputado adscrito al Grupo Socialista, Francisco Garrido, rechazó el borrador por «parco, contradictorio e insuficiente». Joaquín Nieto, de CCOO, consideró «cumplibles y realistas» los objetivos. «El plan –añadió– no supondrá una pérdida de competitividad empresarial ni de empleos».