Desde hace algunos meses, uno de los diarios mejor informados del mundo sobre las variables económicas del capitalismo mundial, el financial Times, advirtió de la posibilidad de una crisis entre El Estado monárquico central de España y Cataluña. En el más reciente editorial «el Financial», como se le llama cotidianamente en la city de Londres […]
Desde hace algunos meses, uno de los diarios mejor informados del mundo sobre las variables económicas del capitalismo mundial, el financial Times, advirtió de la posibilidad de una crisis entre El Estado monárquico central de España y Cataluña.
En el más reciente editorial «el Financial», como se le llama cotidianamente en la city de Londres y en los medios financieros, se atrevió a más y pronosticó el advenimiento de una «crisis institucional» en España.
El matutino, famoso por sus certeros consejos al capitalismo internacional desde hace más de un siglo, y por el color salmón de su papel impreso, el más caro entre los papeles usado por diario en el mundo, Anunció esa posibilidad «si el Presidente Marian Rajoy se volvía con las manos vacías de su reunión con Artur Mas, el hombre fuerte de Cataluña.
El solo anuncio de esa condición, puso los pelos de punta a los ductores del sistema de Estados europeo, sobre todo de la subregión mediterránea.
El mundo está ante la posibilidad de la disolución del Estado español, un hecho similar al de la ex Yugoslavia, Sudán, Corea en 1953, o Haití, entre muchos otros.
A diferencia de los anteriores casos, el inminente colapso del Estado subimperial español, no ha sido calificado de «Estado fallido», definición jurídica previa a la posesión por la fuerza militar de los Estados dueños del mundo, reunidos en la OCDE, amparados en la normativa de las Naciones Unidas.
El gobierno más preocupado es el de Alemania, prestatario del salvataje multimillonario de España con Cataluña adentro, firmado hace apenas tres meses.
Lo anterior sería un grave riesgo arreglable en las alturas del poder, entre la burguesía de Madrid y la de Cataluña, si no fuera porque se combina explosivalmente con la más riesgosa aún economía ibérica.
Hace 24 horas, apenas, el Bak of America develó en un Informe de Oliver Wyman que las necesidades de capital del Estado español, son de 52.000 millones de euros para un conjunto de entidades financieras españolas a punto de quiebra, según los cálculos de Bank of America Merrill Lynch (BofA) a los que tuvo acceso la agencia informativa Europa Press.
El Bank of America calcula que solo las entidades bancarias nacionalizadas requieren el apoyo urgente de alrededor de 43.600 millones de euros.
Oliver Wyman detectó un déficit de capital en sus cálculos para BFA/Bankia por 26.400 millones de euros, para el Catalunya Caixa por 7.800 millones, para Novacaixagalicia por la suma de 6.400 millones y para el Banco de Valencia por la cantidad de 3.000 millones.
Esas sumas demeciales de capital volatilizado en negocios especulativos, no pueden ser absorbidas por el Estado español en su condición actual de quiebra, ni asumidas por los circuitos financieros internacionales, cuyas agencias le bajaron las calificaciones crediticias a las cuatro entidades a comienzos de este año.
Además de estas cuatro entidades nacionalizadas, la consultora identifica necesidades de capital en Banco Popular (3.100 millones), Banco Mare Nostrum (2.100 millones), Ibercaja (1.200 millones), Liberbank (1.100 millones) y Unicaja (100 millones), reseña EuropaPress.
Es en este cruce de la crisis del capitalismo europeo donde las palabras del Financial Times suenan aterradoras para España, luego del anunciado proyecto griego de desprenderse de la zona Euro.
Dice el diario que la crisis de la Eurozona produjo la caída de «Más de un gobierno , pero todavía no había puesto en duda la superviviencia de un Estado naciónen si mismo».
Este es el rango de la gravedad sistémica del escenario español en su escenario europeo. Sería una suerte de Yugoslavia guerras ni masacres. Ojalá.
España, como Estado de monárquía parlamentaria centralizada y plurinacional, se construyó a la fuerza en los tiempos del franquismo, sometiendo a los pueblos vascos, catalán y otros de menor peso.
Eso es lo que estaría a punto de explotar. Millón y medio de catalales pidiendo independencia de Madrid es mucho para ser soportado un Estado central agotado entre la presencia latente de indignados de clase media, huelgas generales con marchas multitudinaria y los saqueos recientes a supermercados, en un contexto de agotamiento de su economía de mercado.
Hace un mes muy pocos tenían idea del riesgo de colapso de uno de los Estados más fuertes del capitalismo mediterráneo.
«Pero esto parece que está pasando en España, y crece drásticamente por el fervor independentista en Cataluña», confirma el matutino londinense en su último editorial.
«Corre el riesgo de romperse», anuncia, como si se tratara de la caída de un puente gigantesco.
Como suele ocurrir en casos similares, el Financial Time tiene la autoridad para repartir las culpas en la familia de la clase social que representa en el mundo.
Por un lado le pega a la Unión Europea, o sea a Alemania, Londres y Francia, las potencias dominantes, diciendo que «La crisis de la Eurozona tieme parte de la culpa. Ha expuesto sin piedad la fragilidad del sistema fiscal español».
Pero le adjudica una alta cuota de «responsabilidad» a la burguesía catalana. Acusa a los «catales ricos» de quejarse ante el Banco de Europa «como si fueran mendigos», y luego hacerse los «indignados» para pedir «rescate por sus deudas» a los Estados ricos del continente, como lo ha hecho con Alemania, convertida en pocos años en la dueña de la economía española, incluida la catalana.
Mientras el Financial Times, el diario definido por León Trotsky como «la conciencia del capitalismo mundial», reparte sus regaños entre los únicos responsables de los riesgos de ruptura y crisis, sin descartar la posibilidad de violencia masiva, el jefe del gobierno catalán, Artur Mas convocó a elecciones anticipadas para resolver con el voto lo que no puede por la negociaciòn con el reino de Madrid.
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