Cuando no se disfrazan las palabras bajos los cánones establecidos por el régimen, para poder ser considerado «políticamente correcto» (actitud que adopta un día sí y el otro también, el señor Willy Meyer) la burguesía fascista se incomoda, se le espantan todos los demonios. Y eso es lo que hace, al menos por ahora, Esther […]
Cuando no se disfrazan las palabras bajos los cánones establecidos por el régimen, para poder ser considerado «políticamente correcto» (actitud que adopta un día sí y el otro también, el señor Willy Meyer) la burguesía fascista se incomoda, se le espantan todos los demonios. Y eso es lo que hace, al menos por ahora, Esther López Barceló una joven de 26 años, arqueóloga en paro, que se ha dado a conocer en el XVIII congreso del PCE y que, con su desparpajo, ha provocado que el periódico socialdemócrata, El País apunte sus cañones contra ella en un artículo publicado el 11 de noviembre, titulado «Comunistas».
En su furibundo anticomunismo (pese a que el PCE esté enclaustrado hasta la médula en el sistema, lo cual lo lastra negativamente), no existen diferencias entre El País y el rotativo ultra, Libertadigital que recogió el artículo del primero con el titular «Una joven del PCE explica en El País qué es ser comunista», añadiendo que defiende a Castro y a Otegi. Incomodan tanto las declaraciones de Esther López que vuelven a enarbolar el manido discurso de declarar rancio (más antiguo es el capitalismo y sigue asesinando) citar el concepto «democracia burguesa», como si esa aberración oligárquica no existiera. El recurso de considerar la plática de Esther anticuada y desfasada, tiene por objeto alienar a los jóvenes con inquietudes, aborregarlos, que sientan vergüenza de hablar sobre dictaduras del proletariado, ergo: democracia popular, donde decide la mayoría y no al revés como hacen ellos con su dictadura capitalista. Pero no olvidemos que quienes descalifican, tienen miedo.
Bienvenida sea Esther Lopez Barceló que, aunque con matices- claras concesiones al sistema, que rechazo de plano- le reconozco su valentía al hablar sobre presos políticos y otras cuestiones tabúes para los políticos oficiales. Es como una bocanada de aire fresco que si avanza en conciencia (tendrá que abandonar a lamentables compañeros de viaje) y no se deja corromper, denunciará desde las entrañas del monstruo, sin medias tintas y con palabras claras, la pútrida democracia burguesa heredada del franquismo, salpicada por torturas, crímenes de estado y corrupciones. El tiempo lo dirá.
http://jmalvarezblog.blogspot.
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