El exparlamentario vasco Santiago Abascal, actual líder de Vox, participó en la cumbre de la ultraderecha en Coblenza, donde afianzó sus relaciones con el Frente Nacional francés. Un par de días antes, un ex asesor de Defensa del gobierno de Aznar se reunió en la Torre Trump con el equipo del nuevo presidente de EEUU. […]
El exparlamentario vasco Santiago Abascal, actual líder de Vox, participó en la cumbre de la ultraderecha en Coblenza, donde afianzó sus relaciones con el Frente Nacional francés. Un par de días antes, un ex asesor de Defensa del gobierno de Aznar se reunió en la Torre Trump con el equipo del nuevo presidente de EEUU.
Fuera, el termómetro no conseguía superar la barrera de los cero grados. Dentro, el personal se calentaba a base de proclamas incendiarias contra el islam, la inmigración, los izquierdistas… A finales de esta semana, la ciudad alemana de Coblenza albergó una cumbre de las principales figuras ultraderechistas del momento. Los más forofos se podían fotografiar con la francesa Marine Le Pen, el holandés Geert Wilders… o el vasco Santiago Abascal, ex dirigente del PP en Euskadi y actual líder de Vox. No en vano, su partido aspira a convertirse en aliado preferente de la «Alt-Right» (Derecha Alternativa), lo que implica estar muy conectado con el ultrapoderoso Donald Trump. Santi, como le conocen en Amurrio (Araba), está moviendo fichas. Y va en serio.
La reunión de Coblenza había sido organizada por Alternativa Por Alemania, una formación política que amenaza con elevar la temperatura de Berlín. Enemiga número uno de los refugiados, su lideresa Frauke Petry quiere amargarle la vida a la canciller Angela Merkel, su principal rival en las elecciones que se celebrarán en septiembre próximo en ese país. De cara a esa cita con las urnas, Petry quiere beneficiarse del tirón aún mayor que gozan el Frente Nacional de Le Pen y el Partido de la Libertad que encabeza Wilders. De hecho, ambas formaciones ultraderechistas aparecen muy bien posicionadas para las votaciones que se celebrarán en sus respectivos países durante el primer semestre del año -Amsterdam convocó elecciones para el 15 de marzo, mientras que París las fijó para el 23 de abril, con segunda vuelta el 7 de mayo-.
Sin tantas pretensiones y con muchos menos votos -en las generales del pasado 26 de junio obtuvieron 46 mil papeletas (0,2%), quedando por detrás de UPyD y Recortes Cero-, el líder de Vox consiguió que le tuviesen en cuenta para el gran encuentro de Coblenza. De hecho, Abascal ha logrado lo que las distintas formaciones del panorama ultra local jamás habían conseguido: establecer una vía de contacto habitual con los partidos realmente fuertes de la extrema derecha europea. Si mañana le preguntas a Le Pen por España, te hablará de Vox. Si pasado le consultas a Wilders por sus amigos en este país, también nombrará a la formación de Santi, el de Amurrio. El que fue del PP vasco y ahora es del Vox español.
En su visita a Coblenza, el ex dirigente popular tuvo la velocidad suficiente para conseguir fotografiarse por separado junto a Wilders y Petry. También logró una instantánea en compañía del vicepresidente primero del partido de Le Pen, Jean Francois Jalkh, y el vicesecretario del Grupo Parlamentario Europa de las Naciones y de las Libertades, Edouard Ferrand. El valor de esas fotos superaba lo anecdótico: eran la prueba gráfica de que este pequeño partido formado por escindidos del PP ha obtenido una proyección internacional nada despreciable. «VOX se configura así como el representante natural en España de un movimiento que ha dado hoy sus primeros pasos en la ciudad alemana con representantes de todas las derechas europeas», proclamó desde Madrid la formación ultraconservadora.
En realidad, las relaciones con el entorno de Le Pen no han empezado en la fría Coblenza. Hace algo más de dos meses, Abascal se reunió en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas con Louis Aliot, vicepresidente del Frente Nacional francés. En ese encuentro, el político vasco expuso ante su interlocutor los «puntos coincidentes» entre ambas formaciones. «Estas coincidencias y la buena sintonía entre ambos abre la perspectiva de colaboraciones futuras», informó el área de prensa de Vox tras aquella reunión.
«Los contactos con el Frente Nacional nos han abierto la puerta al resto de grupos políticos. De momento nos estamos conociendo y tratando de establecer relaciones con más fortaleza», comentó Abascal a Público. En tal sentido, señaló que seguirá profundizando esas amistades internacionales «sin prisa». «Tenemos un horizonte de tres años de cara a las próximas elecciones europeas», apuntó.
Con el equipo de Trump
La pasada semana, su partido también consiguió llegar a la Torre Trump. Ocurrió el jueves 19, cuando apenas faltaban 24 horas para que el presidente estadounidense asumiera su cargo. En ese peculiar contexto, Rafael Bardají -director del think-tank español Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), ex asesor del gobierno de Aznar en materia de Defensa y ex responsable de Política Internacional de FAES hasta febrero pasado- fue recibido por el equipo del mandatario americano. «La reunión sirvió para analizar «el avance de la ‘Alt-Right’ europea y el futuro de Europa», informó el área internacional de la formación española.
En declaraciones a Público, Abascal destacó que Bardají -muy conocido en el ambiente conservador- no está integrado formalmente en la estructura de Vox, aunque sí colabora con su expansión. «Aún no he podido reunirme con él para hablar detalladamente, pero puedo adelantarle que la reunión en la Torre Trump fue fructífera y positiva para nuestros intereses», subrayó.
La admiración del ex parlamentario del PP vasco por Trump ya se había notado esta misma semana en la fiesta por el tercer aniversario de Vox, celebrada en el teatro La Latina de Madrid. El principal invitado del evento fue Roniel Aledo, un ex analista de la CIA, oficial de operaciones del Pentágono y miembro del Partido Republicano que vive desde hace algo más de un año en Madrid. «El fenómeno Trump ha supuesto una contrarrevolución a las nefastas políticas de Obama», afirmó en el acto. Por su parte, Santi Abascal intervino desde Coblenza, donde a esa misma hora se encontraba reunido con la flor y nata de la ultraderecha europea.
Amigos en Europa
Según ha podido confirmar Público, en el área de Internacionales de esta formación también tienen vías de contacto con el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), la Fidesz-Unión Cívica Húngara -liderada por el Primer ministro de ese país, Viktor Orbán- y el Partido Conservador Popular de Polonia. Este acercamiento a la derecha radical fue ratificado recientemente por la mayoría de los militantes de Vox. En una consulta de carácter interno, el 73,7% de los participantes se pronunció a favor de «abrir canales de interlocución con partidos que están triunfando en Europa defendiendo principalmente la soberanía de sus países y control de sus fronteras».
El partido de Abascal también se ha arrimado a la Liga Norte italiana, cuyo líder, Matteo Salvini, ha mostrado en reiteradas ocasiones su respaldo al proceso soberanista en Catalunya. Durante la cumbre de Coblenza, el político alavés se reunió con el dirigente italiano y le dio su versión sobre el «separatismo catalán». Aún no sabe si le habrá convencido.
Fuente: http://www.publico.es/politica/ex-miembros-del-pp-buscan.html