Expertos y representantes de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), debaten en París un documento que advierte sobre las posibles desventajas en el uso extendido de los biocombustibles. La base de las discusiones que se extenderán hasta el miércoles, es un informe que, aunque elaborado por personal de la OCDE, no representa […]
Expertos y representantes de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), debaten en París un documento que advierte sobre las posibles desventajas en el uso extendido de los biocombustibles.
La base de las discusiones que se extenderán hasta el miércoles, es un informe que, aunque elaborado por personal de la OCDE, no representa la visión oficial sobre el tema, ni plantea conclusiones o recomendaciones.
Sin embargo, del texto se desprende que los beneficios de carburantes como el etanol y el biodiesel son muy limitados si se tiene en cuenta la escasez de alimentos y la amenaza a la biodiversidad que generarían.
Los biocombustibles, producidos sobre la base de cultivos como caña de azúcar, maíz y oleaginosas, han sido presentados como una fuente de energía capaz de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al tiempo que representarían mayores ingresos para los agricultores.
Remedio y enfermedad
Pero uno de los capítulos del documento bajo debate en la OCDE plantea abiertamente el interrogante si «es mejor el remedio que la enferemdad».
El texto hace reflexionar sobre un posible encarecimiento de los precios de los alimentos sin que la producción de estos biocombustribles beneficien sustancialmente al medio ambiente.
«El rápido crecimiento de la industria de los biocarburantes mantendrá verosímilmente altos esos precios en la próxima década», dice.
Agrega que, al mismo tiempo, podría representar un impacto negativo desde el punto de vista ecológico, si ecosistemas naturales como bosques o praderas, comienzan a ser usados para cultivos destinados a la producción de estos combustibles.
Subsidios
Según el especialista en temas económicos de la BBC Andrew Walker, los efectos de esta disyuntiva entre cultivos para alimentos versus cultivos para combustibles ya se puede ver en los precios de los productos del campo.
Pero por otra parte, hace prever nuevas confrontaciones en áreas como los subsidios agrícolas y el papel que jueguen las políticas gubernamentales para hacer más atractiva la producción de combustibles biológicos.
El texto producido por la OCDE acepta como posible «en teoría» el escenario ideal de tener hacia 2050 un mercado de combustibles líquidos con su cuarta parte compuesta por biocarburantes.
No obstante, sugiere que la estimación de un 13% que hizo la Agencia Internacional de la Energía, es el pronóstico más «realista» que se puede hacer para esa fecha.
La reunión en París tiene lugar un día después de que la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), alertara sobre los peligros del cambio climático en la seguridad mundial.
Durante un encuentro de expertos en Roma, el subdirector general de la FAO, Alexander Muller, consideró que los biocombustibles podrán ayudar a revertir esta situación, aunque adviritió que «siempre que sean tenidas en cuenta la seguridad alimentaria y las consideraciones medioambientales».