El Panel Científico por la Amazonia (SPA) está compuesto por más de 240 científicos de diferentes países. La más reciente reunión de su comité directivo se realizó del 15 al 17 de abril en Bogotá, Colombia.
– El Panel Científico por la Amazonia planteó las prioridades para su segunda evaluación sobre el bosque amazónico
– Pide frenar las actividades ilegales e impulsar soluciones basadas en la naturaleza
– Hacen llamado a atender las amenazas a la biodiversidad y de clima de manera coordinada
Enfrentar las ilegalidades como el tráfico de tierras, la deforestación, la minería, el narcotráfico y el tráfico de especies, entre otras, son algunas de las prioridades que planteará el Panel Científico por la Amazonia (SPA, por sus siglas en inglés) en su segundo Informe de Evaluación, proyectado para 2025.
El SPA, creado en 2018, está compuesto por más de 240 científicos de diferentes países y tiene como fin aunar conocimientos científicos actualizados y basados en evidencia para apoyar la toma de decisiones sobre políticas y acciones relacionadas con el Amazonas.
En la más reciente reunión de su comité directivo, ocurrida del 15 al 17 de abril en Bogotá, Marielos Peña Claros, ecóloga boliviana, profesora de la Universidad de Wageningen (Países Bajos) y actualmente copresidenta del SPA, adelantó algunas de los temas más urgentes que fueron mencionados.
El encuentro tuvo dos objetivos: la preparación el informe de evaluación, que destaca la singular importancia de la conectividad de la región, y las contribuciones del SPA a la COP16 de biodiversidad, que tendrá lugar en la ciudad de Cali (Colombia), a finales de 2024 y a la COP30 de cambio climático en Belém (Brasil), en 2025.
De acuerdo con Peña Claros, con este nuevo reporte se plantearán posibles soluciones a las amenazas actuales, con ejemplos concretos de qué es lo que está funcionando y si se pueden escalar del plano local al regional.
“Lo que queremos lograr con el informe es tener una incidencia en los tomadores de decisiones para ver qué alternativas hay a la deforestación o degradación de los recursos”, dijo Peña Claros. Para eso, agregó, enfatizarán en el hecho de que “la Amazonía es un ecosistema con muchas conexiones entre regiones, personas y toda la naturaleza”.
“Estamos caminando en la dirección correcta, pero también necesitamos mayores esfuerzos para evitar llegar al punto de inflexión, o de no retorno de Amazonía, que significa la degradación del ecosistema en un 50 o 70 por ciento”. Carlos Nobre, copresidente del Panel Científico por la Amazonia (SPA)
En 2021, el SPA ya publicó, en el marco de la COP26 de cambio climático, un informe de más de 1.300 páginas sobre el estado del bioma amazónico, el cual incluye información sobre el origen de ese ecosistema, las amenazas que enfrenta y las posibles soluciones a dichas presiones.
Por su parte, Carlos Nobre, renombrado científico brasileño, especializado en sistemas terrestres y meteorología, y también copresidente del SPA, hizo énfasis en la importancia que tendrán en el nuevo reporte las denominadas soluciones basadas en la naturaleza.
“Es muy importante, antes de 2030, reducir a cero la deforestación y la degradación por fuego. Ya tuvimos una reducción de deforestación del 50 por ciento en 2023, y los datos de Brasil de enero a marzo de este año muestran un 40 por ciento de reducción. Esto indica que estamos caminando en la dirección correcta, pero también necesitamos mayores esfuerzos para evitar llegar al punto de inflexión, o de no retorno de Amazonía, que significa la degradación del ecosistema en un 50 o 70 por ciento”, aseguró Nobre.
Según el experto, para evitar el punto de no retorno es urgente desarrollar proyectos de restauración, un ejemplo de solución basada en la naturaleza, con la cual se beneficiaría millones de personas que viven en la Amazonia.
En este sentido, el directivo recordó que la restauración debe ir de la mano con el desarrollo de nuevas socio-bioeconomías basadas en los bosques y en los ríos, y que involucren a las comunidades, principalmente a las indígenas, que han sabido aprovechar los recursos de la Amazonia desde hace miles de años.
Carolina Gil, directora regional de la ONG ambiental Amazon Conservation Team, coincidió en que “cualquier decisión que se tome o cualquier apuesta tiene que involucrar” los conocimientos de los pueblos indígenas.
“Otras comunidades, como las campesinas y pueblos afrodescendientes, también deben ser tenidas en cuenta, pues tienen un rol activo. Ellos llegaron al territorio por distintas circunstancias, y las decisiones que se tomen para bien o para mal los afectan. Las comunidades deben ser protagonistas de las apuestas nacionales e internacionales en el territorio”, agregó.
Nobre hizo un llamado para aprovechar que las dos conferencias ambientales más importantes (la COP16 de biodiversidad y la COP30 de cambio climático), tengan lugar en dos países amazónicos (Colombia y Brasil, respectivamente) con solo un año de diferencia, para perseguir el objetivo de alinear las agendas de clima y biodiversidad.
“Uno de los temas que se tocará en Cali será el fondo que se estableció durante la COP15 de biodiversidad para conseguir varios miles de millones de dólares por año para la protección de la biodiversidad. La pérdida de naturaleza y la del bosque tiene impactos climáticos, que, entre otros riesgos, puede conllevar nuevas zoonosis que deriven en nuevas epidemias o pandemias”, puntualizó Nobre.
Este artículo fue producido por la edición de América Latina y el Caribe de SciDev.Net