Traducción de Umberto Mazzei
¡Se acabó el debate! ¡Tenemos consenso! ¡No hay más tiempo para discutir y la necesidad de actuar es imperativa!
Todo eso ya lo hemos oído antes.
Sin embargo es importante recordar que este tipo de afirmaciones es inherentemente contrario a la investigación científica; el debate y la discusión no deben acabarse nunca. Siempre aparece nueva información que debe considerarse, analizarse, discutirse y debatirse para avanzar en el conocimiento y la comprensión científica. Decir que se acabó el debate es declarar irrelevantes la información y el conocimiento posterior. El conocimiento no se logra rehusando reflexionar y el tema del cambio climático no es excepción.
A la luz de los hechos que se conocieron el año pasado, está claro que hubo una concertación de un grupo de la elite científica ubicado en la ONU y sus instituciones de apoyo y en gobiernos y universidades para fabricar un «consenso» con el que presionar a la opinión pública y a los gobiernos para que apoyen la agenda política, económica y social de una elite.
Este artículo es un breve examen de cómo se transforma un consenso político en un consenso científico. Veremos cómo el reino científico de la investigación y búsqueda del conocimiento y la verdad no escapa a la influencia de las estructuras políticas, económicas y sociales del poder. La ciencia es un concepto relativamente nuevo en la experiencia humana (unos 350 años) y viene siendo utilizada por las elites encastradas para impulsar sus intereses y aumentar su poder. La técnica científica se hace la técnica para la elite; los descubrimientos se hacen dominación; el conocimiento se convierte en poder y la verdad se hace perogrullada.
En noviembre de 2009 explotó el escándalo del Climategate, con miles de e-mails escritos por científicos de la Unidad de Investigación Climática – UIC/ CRU- de la Universidad de East Anglia [Inglaterra] que al ser conocidos, revelaron un esfuerzo concertado para torcer datos e impedir la publicación de opiniones divergentes, revisadas por colegas, en revistas especializadas. Dicho brevemente, se mostró una deshonestidad intelectual. Los académicos envueltos en el escándalo eran «un pequeño grupo de científicos que por años influyeron en manejar una alarma mundial sobre calentamiento global, usando su rol en el corazón del panel intergubernamental de la ONU sobre cambio climático (IPCC)»:
El Profesor Philip Jones, Director del CRU, maneja dos grupos de datos esenciales para los informes del IPCC y tiene vínculos con el Centro Hadley, que es parte de la Oficina Meteorológica del Reino Unido y selecciona a la mayoría de los colaboradores científicos del IPCC. Los datos sobre la temperatura global que maneja son los más importantes de los cuatro grupos sobre los que el IPCC y los gobiernos se basan para predecir que el mundo se calentará a nivel catastrófico a menos que se gasten billones [trillions] para evitarlo.
El Dr. Jones es también pieza clave del cerrado grupo de científicos americanos y británicos que promovieron el cuadro de las temperaturas mundiales proyectado en el gráfico de Michael Mann conocido como «el palo de hockey», el mismo que hace diez años volcó el tema del cambio climático mostrando que después de 1.000 años de estar bajando, las temperaturas subían súbitamente a sus más altos niveles históricos.
El IPCC le dio al gráfico categoría de estrella y no poco porque parecía anular el Período Medieval Cálido que mostraba temperaturas más altas que ahora. El gráfico se convirtió así en el icono central del movimiento sobre el calentamiento global causado por el hombre.» 1
Luego estos mismos científicos que revelaron los e-mails- conspiraron para impedir que los datos sobre los que basaban esas conclusiones se hicieran accesibles en base a la ley sobre libertad de información y «usaron todas las excusas posibles para esconder las cifras que sirvieron de base para los datos sobre temperatura y sus afirmaciones» 2
Los e-mails revelaron «grandes esfuerzos por científicos reconocidos para hacer lo que a observadores de afuera puede parecer como censura de sus críticos. Esos mensajes levantan preguntas inquietantes sobre la efectividad de la revisión de investigaciones por colegas -el patrón oro del mérito científico- y el funcionamiento del IPCC como órgano máximo de la ONU en materia climática.
El Profesor Jones escribió en 2004 varios e-mails a Michael Mann (el autor del palo de jockey) contando que rechazó dos artículos, en su revisión como colega, porque cuestionaban las conclusiones hechas por la Unidad de Investigación Climática -UIC (CRU), que dirige en East Anglia. También se cruzaron e-mails fulminando a la revista «Climate Change» por haber publicado artículos escépticos, donde sugerían que se presionase a los colegas para que no enviasen sus papeles a esa revista. Michael Mann hizo esa sugerencia en 2003, cuando la revista publicó un artículo de dos astrofísicos de Harvard que rechazaban su gráfico «palo de hockey» diciendo que «el siglo XX no fue ni el siglo más caliente ni el más extremo».
Phil Jones y otro científico del UIC (CRU), Trenberth, fueron autores destacados de un importante capítulo en el reporte del IPCC y, según un e-mail, conspiraron para mantener fuera del reporte del IPCC los escritos escépticos, » yo no veo a ninguno de estos dos papeles en el próximo reporte del IPCC y los mantendré fuera de alguna manera; aunque tenga que redefinir lo que es la revisión por colegas» 3 He allí el valor de su honestidad intelectual y de un «consenso» fabricado.
Después del Climategate, una seguidilla de otros escándalos reveló más deshonestidad intelectual y la absoluta falta de documentación científica que hubo en el reporte del IPCC, que (junto con Al Gore) recibió el Premio Nobel de la Paz e hizo que los medios y los gobiernos proclamaran el debate cerrado y la ciencia satisfecha. Esto a pesar de que contiene falsedades que van desde afirmar que el 55% de Holanda está bajo el nivel del mar 4 (es sólo un 26%) y expuesta a una inundación hasta otras más relevantes y graves sobre las que se edifica el supuesto consenso y la noción de calentamiento global.
Phil Jones, el científico al centro del Climagate y jefe de la UIC de la Universidad de East Anglia admitió en febrero 2010 que «tiene dificultad en darle seguimiento a la información» y que algunos datos para el vital gráfico «palo de jockey» sobre el creciente calentamiento «pueden haberse perdido». También tuvo que aceptar que el mundo «pudo haber sido» más caliente en la Edad Media que ahora y más aún, admitió que «las estadísticas de los últimos 15 años no muestran calentamiento significativo…»
Jones explica el calentamiento con un doble lenguaje orweliano. Concedió que hubo dos períodos anteriores con un calentamiento similar, de 1910 a 1940 y de 1975 a 1988, pero añadió que aquellos podían ser explicados por fenómenos naturales, pero no el de ahora. También dijo que esos últimos 15 años sin calentamiento en las estadísticas eran un destello y no una tendencia de largo plazo. 5
De modo que mientras Jones admite que hubo periodos similares de calentamiento provocados por causas naturales, el presente calentamiento es causado por el hombre, a pesar de que «no hay estadísticas significativas de un calentamiento». En otras palabras, los calentamientos anteriores se atribuyen a causas naturales y el calentamiento que no ha tenido lugar puede ser atribuido al hombre.
En 2007, el reporte ONU/ IPCC afirmó que la evidencia de calentamiento es «inequívoca», pero John Christy, profesor de ciencia atmosférica en la Universidad de Alabama en Huntsville y un autor reconocido en el IPCC, dijo que, «Los registros de temperatura no son confiables como indicadores de cambio global» ¿Por qué dice eso?
Las dudas de Christy a un número de otros investigadores se focalizan en las miles de estaciones climatológicas que hay en el mundo y que han recogido los datos de temperatura de los últimos 150 años. Resulta que estas estaciones han sido muy afectadas por factores como urbanización, cambios en el uso de la tierra, y desplazamientos de sitio. 6
Christy, quien ha publicado varios papeles sobre ese tema, visitó muchas estaciones climatológicas por todo el mundo y concluyó que «los datos populares muestran mucho calentamiento, pero ese aumento aparente de temperatura fue causado por factores locales, como un cambio de destino de la tierra». Ross McKittrick, profesor de economía en la Universidad de Guelph, Canadá, quien fuera invitado por el IPCC a revisar sus datos, afirmó «Hemos concluido, con abrumadora prueba estadística, que los datos sobre el clima del IPCC han sido contaminados por efectos sobre la superficie de la industrialización y problemas sobre la calidad de los datos. Esto se añade a un amplia tendenciosidad» 7
El reporte del IPCC fue fuente de otros escándalos. El reporte afirmo falsamente que los glaciares del Himalaya desaparecerían para el 2035, cuando la evidencia sugiere que aún estarán allí en 300 años. También afirma que el calentamiento global podría disminuir las cosechas de África del norte que se riegan con lluvia en un 50%, para 2020. Hace poco un alto funcionario del IPCC admitió que no hay evidencia para mantener ese pronóstico. 8
Además Rajendra Pachauri, el Presidente del IPCC, «fue advertido de que la afirmación de que los glaciares desaparecerían para el 2035 era falsa, pero esperó dos meses para corregirla» 9 . No quiso actuar a pesar de que el científico responsable del error admitió estar «bien consciente «de que su afirmación no reposaba sobre una investigación revisada por colegas» y que «había sido incluida sólo para presionar a los líderes mundiales» 10
Robert Watson, antiguo Presidente del IPCC, afirmó que, «los errores van todos en dirección de hacer parecer el cambio climático más serio exagerando el impacto. Eso es preocupante. El IPCC debe examinar esa tendencia en sus errores y preguntarse por qué sucedieron». 11
El reporte del IPCC «afirmó que reducciones observadas en los hielos de las montañas de los Andes, Alpes y África son causadas por el calentamiento global, citando dos papeles como su fuente. Sin embargo, se supo luego, las dos fuentes para esa afirmación fueron un artículo publicado por una revista para escaladores con evidencia anecdótica de montañeses sobre cerros de su entorno» y la otra una disertación de un estudiante de geografía, para algo equivalente a una maestría, en la Universidad de Berna, Suiza, que citó entrevistas con guías montañeses de los Alpes». Respecto a la información para el cuento de los Himalayas, la fuente citada era un articulo, sin revisión de colegas, publicado por el World Wildlife Fund (WWF) y además de ése «el IPCC usó otros 16 informes no revisados del WWF». 12
El Dr. Andrew Lacis, un físico del Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA, envió un comentario al IPCC con respecto al Resumen Ejecutivo del Capítulo 9, que es donde se concluye que hay un cambio climático causado por el hombre. Su comentario al final no fue incluido en el reporte. Lacis escribió: «No hay ningún mérito científico en ser incluido en el Resumen Ejecutivo. La presentación parece algo ensamblado por activistas de Greenpeace y su departamento legal. Los puntos se sostienen arbitrariamente con advertencias de sonido legalista, sin algún fundamento o base en hechos reales.»
«El Resumen Ejecutivo parece una afirmación política sólo destinada a contradecir a los escépticos del efecto invernadero. El reporte de la IPCC se supone que es un documento científico con un sólido respaldo de la comunidad de los científicos del clima, en lugar de forzarlos a coincidir con los escépticos del efecto invernadero en que esto es sin duda un reporte con una clara intención política».
No se puede atribuir hasta que la comprensión [del fenómeno] esté claramente demostrada. Cuando lo del cambio climático sea establecido y entendido, la atribución de la causa será evidente para todos. El Resumen Ejecutivo está más allá de toda redención y debería borrarse.» 13
El Dr. John Christy, un antiguo autor líder del IPCC, en 2001, para la tercera valoración (la cuarta es la de 2007) dice que él, personalmente, presenció cómo científicos de la ONU se confabulaban para exagerar los hechos: «Estaba en la mesa almorzando con tres europeos. Conversaban de su papel como autores líderes. Hablaron de cómo trataban de que el reporte fuese tan dramático que los Estados Unidos tuviesen que firmar el Protocolo de Kyoto». 14 En otras palabras, el plan es usar tácticas de miedo para manipular la opinión pública y a los países reacios para obligarlos a apoyar la agenda política de la ONU.
Sonja Bohmer-Christiansen, analista de política climática australiana y editora de la revista Energy & Environment, habló ampliamente con la comisión parlamentaria británica que investiga el escándalo Climategate y explicó cómo el dinero corrompe la ciencia.
«Yo era colega revisor del IPCC y desde 1998 he sido editora de Energy & Environment, que es publicada por Multi-science. Allí publique mis primeros estudios sobre el IPCC. Yo interpreto el «consenso» del IPCC como creado políticamente para sostener agendas en tecnología energética y desarrollo científico que en esencia ya existían antes de la «alarma por el calentamiento-catástrofe-creada-por-el-hombre».
«La investigación científica para una agenda de intereses coaligados se presentó al público y a los gobiernos bajo el manto de la protección para el planeta… La UIC, que trabaja para el gobierno británico y por lo tanto para el IPCC, debía apoyar la hipótesis de un calentamiento causado por el dióxido de carbono que emite la actividad humana; una hipótesis que había ya contribuido a formular a finales de los 80…»
«El gráfico del «palo de hockey» se convirtió en una herramienta importante para persuadir al público y a los hacedores de políticas; también le dio a la UIC un rol muy importante en los procesos políticos a nivel nacional, europeo e internacional. Esto condujo a una creciente politización de la ciencia con el supuesto objetivo de proteger el planeta. Yo observé y documenté este fenómeno mientras el gobierno británico, la Comisión Europea y el Banco Mundial necesitaban cada vez más la amenaza climática para justificar sus políticas contra el dióxido de carbono y a favor de la energía nuclear. A cambio de eso se dio generoso financiamiento a la actividad científica climática para que apoyase los objetivos políticos».
«A los opositores gradualmente se les fueron quitando oportunidades de investigación o los obligaron. El aparente «consenso científico» se usó como herramienta de persuasión pública…»
El caso de la UIC no es único. Revelaciones recientes destaparon procedimientos parecidos en Estados Unidos, Holanda, Australia y algo de eso en Alemania y Canadá… Es posible que el verdadero culpable sea el sistema de financiar las investigaciones bajo el esquema de proyectos y resultados, que se practica desde los años 80 y que se ha fortalecido y ajustado a las exigencias de su «relevancia política». Ese sistema hace que el financiamiento de las investigaciones este condicionado por la demostración de esa relevancia y promueve vínculos estrechos con la burocracia gubernamental. En las universidades, hay unidades de investigación que se han convertido subsidiarias de departamentos del gobierno. Su funcionamiento y el salario de sus empleados depende de que produzcan lo que los políticos creen que quieren. Es peligroso decir la verdad a los poderosos.» 15
Si bien este no es un análisis concluyente de los problemas con la ciencia climática y la fabricación de consensos y menos aún sobre un cambio climático, lo dicho indica un esfuerzo dirigido por los poderes económicos y políticos para forma r un «consenso» científico que se acomode a sus agendas. Es peligroso que los países legitimen algunas ciencias y, más grave aún, que legitimen opiniones científicas específicas. Cuando los gobiernos, los intereses financieros y los intereses filantrópicos deciden, el dinero fluye sólo para quienes apoyan esas decisiones políticas. El Presidente Eisenhower no sólo denunció el «complejo militar-industrial» en su despedida de 1961, sino que advirtió al mundo sobre este otro grave peligro.
«…La universidad libre, que es fuente histórica de ideas libres y descubrimientos científicos, ha sufrido una revolución en la conducción de investigaciones. En parte por los grandes costos que la investigación involucra los contratos del gobierno se han convertido en substituto de la curiosidad intelectual…» La perspectiva de que los intelectuales de la nación sean sometidos mediante el empleo federal, la asignación de proyectos y con el poder del dinero siempre presente, es algo que debe ser mirado con gravedad…» También debemos estar igualmente en alerta ante al peligro opuesto de que las políticas públicas sean capturadas por una elite científica-tecnológica.» 16
La ciencia puede usarse para mejorar la condición de la especie y la sociedad humana, pero también contra ambas. Mientras haya malevolentes estructuras de poder en lo político, económico y social, las técnicas y los descubrimientos científicos serán manipulados por las elites que controlan el poder mundial para asegurar y aumentar su poder. Sin un cambio en la estructura global del poder y en la conducta humana, la ciencia se usará contra la gente. No podemos esperar verdad y progreso con un sistema global que engaña y oprime. Para buscar verdades en el mundo científico, debemos simultáneamente buscar verdades en el mundo político, económico y social. La ciencia es objeto de interpretación humana y nuestra historia colectiva señala que la naturaleza humana tiene profundas flaquezas cuando el poder entra en juego. La búsqueda de toda verdad, implica desafiar todo poder.
NOTAS
1 Christopher Booker, Climate change: this is the worst scientific scandal of our generation. The Telegraph: 28 de noviembre de 2009: http://www.telegraph.co.uk/comment/columnists/christopherbooker/6679082/Climate-change-this-is-the-worst-scientific-scandal-of-our-generation.html
2 Ibid.
3 Fred Pearce, Climate change emails between scientists reveal flaws in peer review. The Guardian: 2 de febrero de 2010: http://www.guardian.co.uk/environment/2010/feb/02/hacked-climate-emails-flaws-peer-review
4 U.N. climate panel admits Dutch sea level flaw. Reuters: 13 de febrero de 2010: http://www.reuters.com/article/idUSTRE61C1V420100213
5 Jonathan Petre, Climategate U-turn as scientist at centre of row admits: There has been no global warming since 1995. The Daily Mail: 14 de febrero de 2010: http://www.dailymail.co.uk/news/article-1250872/Climategate-U-turn-Astonishment-scientist-centre-global-warming-email-row-admits-data-organised.html?ITO=1490
6 Jonathan Leake, World may not be warming, say scientists. The Sunday Times: 14 de febrero de 2010: http://www.timesonline.co.uk/tol/news/environment/article7026317.ece
7 Ibid
8 Ben Webster and Robin Pagnamenta, UN must investigate warming ‘bias’, says former climate chief. The Times: 15 de febrero de 2010: http://www.timesonline.co.uk/tol/news/environment/article7026932.ece
9 Ben Webster, Climate chief was told of false glacier claims before Copenhagen. The Times: 30 de enero de 2010: http://www.timesonline.co.uk/tol/news/environment/article7009081.ece
10 David Rose, Glacier scientist: I knew data hadn’t been verified. The Daily Mail: 24 de enero de 2010: http://www.dailymail.co.uk/news/article-1245636/Glacier-scientists-says-knew-data-verified.html#ixzz0dUx6pwXe
11 Ben Webster and Robin Pagnamenta, UN must investigate warming ‘bias’, says former climate chief. The Times: 15 de febrero de 2010: http://www.timesonline.co.uk/tol/news/environment/article7026932.ece
12 Richard Gray and Rebecca Lefort, UN climate change panel based claims on student dissertation and magazine article. The Telegraph: 30 de enero de 2010: http://www.telegraph.co.uk/earth/environment/climatechange/7111525/UN-climate-change-panel-based-claims-on-student-dissertation-and-magazine-article.html
13 James Delingpole, IPCC Fourth Assessment Report is rubbish – says yet another expert. Telegraph Blogs: 9 de febrero de 2010: http://blogs.telegraph.co.uk/news/jamesdelingpole/100025592/ipcc-fourth-assessment-reportt/
14 Marc Morano, Manufactured ‘Science’: Another IPCC Scientist Reveals How UN Scientists talked about ‘trying to make IPCC report so dramatic that US would just have to sign Kyoto Protocol’. Climate Depot: 6 de enero de 2010: http://climatedepot.com/a/5064/Manufactured-Science-Another-IPCC-Scientist-Reveals-How-UN-Scientists-talked-about-trying-to-make-IPCC-report-so-dramatic-that-US-would-just-have-to-sign-Kyoto-Protocol
15 Andrew Bolt, How government cash created the Climategate scandal. The Herald Sun Blog: 22 de marzo de 2010: http://blogs.news.com.au/heraldsun/andrewbolt/index.php/heraldsun/comments/how_government_cash_created_the_climategate_scandal
16 Dwight D. Eisenhower, Eisenhower’s Farewell Address to the Nation. 17 de enero de 1961: http://mcadams.posc.mu.edu/ike.htm
Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=20693
rCR