El escritor paquistaní Ahmed Faraz, considerado uno de los poetas modernos en lengua urdu más importantes y conocido por sus ácidas críticas contra el autoritarismo, falleció el 25 de agosto en Islamabad a la edad de 77 años. Faraz padecía problemas renales y se encontraba hospitalizado en estado crítico en la capital paquistaní desde que […]
El escritor paquistaní Ahmed Faraz, considerado uno de los poetas modernos en lengua urdu más importantes y conocido por sus ácidas críticas contra el autoritarismo, falleció el 25 de agosto en Islamabad a la edad de 77 años.
Faraz padecía problemas renales y se encontraba hospitalizado en estado crítico en la capital paquistaní desde que regresó de Estados Unidos el mes pasado.
Amigos, escritores, personalidades del mundo de la cultura y la política acudieron al entierro de Faraz en Islamabad, según el poeta Sarmad Sehbai. «Era, sin duda, el poeta más popular de este país. Con un gran sentido del humor y un inmenso amor por la vida», recordó su amigo y escritor.
Faraz nació el 14 de enero de 1931 en Nowshera, en la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP), entonces parte del Raj británico de la India, aunque se crió en la vecina demarcación de Kohat, en la misma región.
A pesar de pertenecer a la etnia pastún, Faraz escribió toda su obra en urdu, «la lengua nacional de Pakistán a la que dedicó toda su pasión», tal y como recuerda su amigo poeta,
El escritor paquistaní estudió urdu y persa, dos lenguas con una larga tradición poética, en la Universidad de Peshawar. «Sus metáforas románticas tradicionales tenían una excelente adaptación al contexto moderno y contemporáneo», explicó Sehabai, quien apuntó que Faraz fue una de las figuras más sobresalientes en el escenario lírico paquistaní desde la creación del país en 1947.
Pero Faraz era también conocido por ser una voz a favor del progreso y el cambio. Su actitud contestataria le obligó a exiliarse durante el régimen del general Zia-ul-Haq (1977-1988).
En el 2004 recibió el prestigioso galardón nacional Hilal-i-Imtiaz como reconocimiento a su dilatada carrera poética, pero dos años después lo devolvió para mostrar su desacuerdo con las políticas del ex presidente Pervez Musharraf, por aquel entonces también jefe del Ejército.
«Mi conciencia no me perdonará si permanezco como un espectador silencioso ante los acontecimientos tristes que suceden a nuestro alrededor. Como mínimo tengo que hacer saber a la dictadura dónde se encuentra a los ojos de los ciudadanos, cuyos derechos fundamentales han sido usurpados», dijo entonces Faraz en una declaración pública.
Faraz también trabajó para la radio estatal y fue presidente de la Academia de las Letras de Pakistán y la Fundación Nacional del Libro.