La conferencia sobre cambio climático parece una «gran feria de soluciones», donde la gente evita hablar del problema de fondo, que es el cambio del modelo de desarrollo, dijo a IPS Miriam Nobre, coordinadora del secretariado de la Marcha Mundial de las Mujeres. Nobre, ingeniera agrónoma y feminista brasileña, arribó el martes a Copenhague para […]
La conferencia sobre cambio climático parece una «gran feria de soluciones», donde la gente evita hablar del problema de fondo, que es el cambio del modelo de desarrollo, dijo a IPS Miriam Nobre, coordinadora del secretariado de la Marcha Mundial de las Mujeres.
Nobre, ingeniera agrónoma y feminista brasileña, arribó el martes a Copenhague para participar en el Klimaforum, la cumbre de la sociedad civil paralela a la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, inaugurada el lunes y que se extenderá hasta el 18 de este mes.
La Marcha Mundial de las Mujeres, liderada por Nobre, es un movimiento feminista internacional que nació en 2000 y está organizado en 71 países.
Empezaron con una campaña contra la pobreza y la violencia de las que son víctimas la población femenina y para 2010 están preparando su tercera acción internacional con cuatro objetivos: autonomía económica de las mujeres, lucha contra la violencia, paz y desmilitarización y promoción del bien común y los servicios públicos.
Antes de detenerse a conversar con IPS, Nobre participó en una reunión de coordinación con representantes de otros movimientos y organizaciones no gubernamentales en unos de los espacios del colorido Klimaforum, donde sen han programado centenares de charlas, muestras, exhibiciones de filmes documentales y espectáculos musicales y teatrales.
IPS: ¿Qué propuestas o demandas traen a Copenhague?
MIRIAM NOBRE: A Copenhague venimos articulados con (las no gubernamentales) Vía Campesina y Amigos de la Tierra Internacional y estamos denunciando las falsas soluciones a los cambios climáticos, que tienen que ver con la producción de los monocultivos, los agrocombustibles y la privatización de la naturaleza, como los créditos de carbono.
También estamos en diálogo con otras organizaciones que trabajan el tema de la deuda climática, como es el caso de Jubileo Sur.
Asimismo, nuestra presencia acá tiene que ver con un sentido de urgencia.
Hay una sensación de que algo debes hacer ahora, pero que no se puede aceptar, por este tema de la urgencia, un chantaje donde se nos imponga un mal acuerdo, donde no se reconozca la desigualdad de clase, de país y de género en el tema de los cambios climáticos.
IPS: ¿En qué actividades participarán?
MN: Tenemos un taller que se llama «Feministas en lucha contra las falsas soluciones del cambio climático y contra la privatización de la naturaleza», donde escucharemos cómo está el proceso de negociaciones, porque las mujeres son sujetos políticos importantes en este tema.
También recordaremos los vínculos y las fricciones que hay entre el movimiento ecologista y el feminista y cómo están viviendo las mujeres los efectos del cambio climático y las resistencias, las alternativas que ellas están construyendo.
Además tendremos otra actividad con la Coalición Mundial de los Bosques sobre la soberanía alimentaria y energética como soluciones reales a los cambios climáticos.
IPS: ¿Por qué son importantes las mujeres como sujetos políticos en las negociaciones sobre cambio climático?
MN: Hay toda la experiencia de las mujeres campesinas, pescadoras, que siguen afirmando sus maneras tradicionales de producir el alimento y que entonces son una alternativa real a la sociedad dependiente del petróleo y de los combustibles fósiles.
Y hay también toda la relación que nosotras hacemos con lo que es la fragmentación y la mercantilización de los cuerpos de las mujeres y la fragmentación y la mercantilización de los territorios mismos.
IPS: ¿Cuál es su percepción del avance de las negociaciones mundiales en Copenhague?
MN: La primera impresión que tuve es que la gente viene mucho con el sentido de vender sus soluciones, el agrocombustible, el mercado de carbono.
Da una sensación de una gran feria de soluciones, que pasa por alrededor del problema, que es la necesidad urgente de un cambio profundo del sistema, del modelo, de cómo organizamos la producción y el consumo.
Es como si la gente siguiera evitando discutir lo que, de hecho, es necesario hacer.