El presidente cubano, Fidel Castro, emplazó al gobierno de Estados Unidos a que confirme si albergará en su territorio al cubano-americano Luis Posada Carriles, y a Europa a que se pronuncie sobre esa presencia. «El honorable señor presidente de Estados Unidos está en estos momentos como una embarazada, tiene un monstruo en el vientre y […]
El presidente cubano, Fidel Castro, emplazó al gobierno de Estados Unidos a que confirme si albergará en su territorio al cubano-americano Luis Posada Carriles, y a Europa a que se pronuncie sobre esa presencia.
«El honorable señor presidente de Estados Unidos está en estos momentos como una embarazada, tiene un monstruo en el vientre y debe darlo a la luz y pronto», afirmó Castro al denunciar la presencia de Posada Carriles en Miami, aún no oficializada por Washington.
«Hace 19 días que el monstruo está allí», dijo Castro en una intervención radiotelevisada que dedicó a Posada Carriles, indultado por Panamá en agosto con otros tres anticastristas.
El abogado de Posada Carriles anunció en Miami que su cliente pedirá asilo político en Estados Unidos.
Castro emplazó a su colega George W. Bush a que diga si Posada Carriles se encuentra en territorio norteamericano.
Entre las versiones que circulan en torno a Posada Carriles, Castro mencionó la «gran expectativa por el costo político que podría pagar la administración (estadounidense) ante la Comisión de Derechos Humanos» en Ginebra, que próximamente deberá votar una moción de Washington contra La Habana.
Basado sobre esas versiones, Castro comentó que la idea inicial era mantener en secreto a Posada Carriles en Estados Unidos hasta que finalizara la reunión en Ginebra, pero la información «se filtró» antes de lo previsto.
Castro preguntó a los gobiernos de Europa -siete de los cuales participarán este año de la reunió en Ginebra- qué opinan de que «tan monstruoso asesino sea recibido en Estados Unidos» de forma «amañada» a fin de que le den «su bochornoso apoyo allá en Ginebra… sin que tengan que sentirse demasiado abochornados» por esa situación «cobarde».
Cierta prensa en Miami, dijo Castro, está creando condiciones para «asilar» al «architerrorista» con «toda la gloria, y no con la del otro mundo, sino con la de éste».
Posada Carriles, de 77 años de edad, fue indultado por la ex presidenta panameña Mireya Moscoso junto a Gaspar Jiménez Escobedo, Pedro Remón y Guillermo Novo Sampoll, acusados por La Habana de planear en 2000 un atentado contra Castro y otras acciones terroristas.
La Habana lo considera autor intelectual de la explosión del avión de Cubana que causó la muerte de 73 personas en 1976, causa por la que permanece prófugo de la justicia en Venezuela.
Acusado además de planear una cadena de atentados contra hoteles habaneros en 1997, Posada Carriles compartió cárcel con Escobedo, Remón y Novo Sampoll, condenados por un Tribunal panameño a penas de entre siete y ocho años de cárcel.
Posada Carriles «nunca ha negado, al contrario, se ha enorgullecido» de sus crímenes, aseguró Castro, quien calificó en su alocución de «santa señora» a Moscoso.
Tras el indulto, sobre el epílogo del mandato de Moscoso, Cuba rompió relaciones diplomáticas con Panamá.
El abogado de Posada Carriles, Eduardo Soto, confirmó informes de prensa en Miami de que Posada Carriles se hallaba en territorio norteamericano y dijo que había entrado de manera ilegal a través de la frontera entre México y Estados Unidos.
Asimismo, Soto dijo que Posada Carriles, de 77 años, presentaría el miércoles documentos antes las autoridades estadounidenses, pero que no aparecería en persona.
Esta solicitud podría suponer una situación delicada para las autoridades estadounidenses a la hora de equilibrar su simpatía tradicional con los exiliados cubanos -las leyes de Estados Unidos permiten que la mayoría de los cubanos que llegan a las playas norteamericanas puedan quedarse en el país- y su firme posición contra personas sospechosas de terrorismo, especialmente después de los atentados del 11 de septiembre del 2001. Bush tendrá que definirse entre su apoyo a los sectores anticastristas o su tan aireada lucha contra el terrorismo.
El diario The Miami Herald informó que las autoridades migratorias de Estados Unidos tenían a Posada Carriles, quien se hizo ciudadano venezolano, en una lista de vigilancia para el caso de que tratara de entrar al país.
Una portavoz del Departamento de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, Nina Pruneda, dijo que la agencia no hacía comentarios sobre esta información y que «estaba trabajando con asociados del sector judicial para revisar este caso».
«Podemos confirmar que no se halla bajo nuestra custodia», añadió.
Soto no especificó cuándo su cliente llegó a Estados Unidos ni dónde está, pero indicó que Posada Carriles tiene buena base para pedir asilo político porque si lo deportaran estaría enfrentando un grave peligro.
«El señor Posada Carriles no ha hecho nada que lo haga inadmisible» en Estados Unidos, expresó Soto. Sin embargo, en declaraciones al diario New York Times, Posada Carriles reconoció haber sido el autor de uno de los atentados terroristas más estremecedoras de la historia de la aviación civil al haber hecho estallar en el aire un avión de Cubana de Aviación en Barbados el año 1997, en el que viajaban una delegación de atletas cubanos provocando la muerte de 73 personas.
La ex presidenta de Panamá Mireya Moscoso concedió en agosto el indulto a Posada Carriles, junto con otros tres estadounidenses de origen cubano, después de haber sido sentenciado a hasta ocho año de cárcel bajo cargos de alteración del orden público y de falsificar documentos en un supuesto plan para matar a Castro durante una cumbre regional celebrada en el 2000.
Cuba buscó la extradición de Posada Carriles mientras estaba en Panamá, así como el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Posada Carriles vivió en Venezuela desde la década de 1960 y fue encarcelado en ese país en la década de 1980 por el atentado contra el avión civil cubano.
Posada Carriles fue sentenciado por este incidente y escapó de la prisión disfrazado de sacerdote.
La presencia ilegal ahora en Estados Unidos de un prófugo de la justicia internacional con sentencia firme y acusado de explosionar un avión civil coloca en una difícil situación al gobierno norteamericano en una coyuntura internacional en la que se presenta como líder de la lucha antiterrorista y defensor de los derechos humanos acusando a Cuba, cuyos ciudadanos han sido víctimas de los atentados mortales de Posada Carriles.
El caso del cubanoamericano también salpica a la Unión Europea. Seguidora y aliada de Estados Unidos al patrocinar su resolución contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, ahora deberá posicionarse ante la acogida de un terroristas convicto y confeso en suelo norteamericano y la petición de asilo que ha hecho a las autoridades de Estados Unidos.