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Franjas tarifarias frente a un oligopolio

Fuentes: Rebelión

En España el 80% de la energía eléctrica está en manos de tres empresas, lo que supone un oligopolio en toda regla, siendo esta la causa de que tengamos la luz más cara de toda Europa. Todo lo que no sea evitar este hecho será, por tanto, paños calientes que, en modo alguno, evitará que sigamos soportando las continuas subidas de este suministro fundamental.

Cambiar los hábitos de consumo en función de unas caprichosas franjas tarifarias como única manera de poder pagar algo menos en el recibo de la luz, además de ser falso, es una tomadura de pelo a los consumidores porque se trata de cambiar de hábitos de consumo para poder seguir pagando más o menos lo mismo, supone una manifiesta claudicación en toda regla ante los intereses de las compañías eléctricas.

Después del fiasco que ha supuesto para los consumidores que las energías renovables, a pesar de representar ya más de un 40% de la producción nacional de electricidad, no están sirviendo para abaratar sustancialmente el coste de la producción de electricidad, ahora nos proponen la idea feliz de un cambio forzado en los hábitos de consumo como la panacea para lograr una posible rebaja en los recibos de la luz.

Por otra parte, reconocer como error de gobierno la nueva estructura tarifaria de la luz poco va a abaratar el recibo y admitir que es imposible crear una red eléctrica pública que posibilite una competencia real al oligopolio creada por las eléctricas dada la composición del Parlamento es honesto, pero no da solución al problema. Ni tampoco anunciar una nueva comisión de investigación que aclare las causas de la subida astronómica de la luz en el pasado mes de mayo. Hay que recordar que aquella otra investigación por algo similar quedó en agua de borrajas y las eléctricas muertas de risa.

Tampoco ayuda que la ministra de Transición Energética Rivera ante la pregunta sobre el encarecimiento de la luz responda con un enrevesado discurso que solo ella debe entender. Mucho menos ayuda a entender proponer ahora el adelanto de un par de horas la franja supuestamente barata del consumo ante el descontento generalizado.

La situación del coste de la electricidad se debe tomar como cuestión de Estado y se le tiene que dar una solución firme y definitiva de la índole que sea que evite los abusos de las eléctricas y que sigan actuando como un verdadero oligopolio fijando entre ellas los precios con toda impunidad, haciendo caso omiso a eso de la competencia que debe regir en el mercado. Establecer franjas tarifarias cuidadosamente estudiadas para que las empresas eléctricas no pierdan beneficios obligando injustamente a los usuarios a cambios de hábitos no va a originar un descenso sustancial en el recibo de la luz ni va a acabar con el oligopolio de las eléctricas

Todo lo demás, manifestaciones, medidas felices cuando no ocurrencias y propuestas de modificación de última hora, son paños calientes que en definitiva suponen un sometimiento manifiesto a los intereses comerciales de las compañías eléctricas.

Las compañías eléctricas se sienten inmunes y actúan con toda impunidad, para algo les han servido meter en los consejos de administración a tantos expresidentes y exministros, cuyos jugosos sueldos, han sido suficientemente compensados con los astronómicos beneficios que año tras año vienen obteniendo.

Hágase la luz, dijo, aquel y la luz se hizo y se privatizó. Y quien la privatizó y quienes ayudaron a consolidar el oligopolio se sientan ahora en los consejos de administración de las eléctricas, mientras que a los usuarios se les obliga a trasnochar para poder pagar más o menos lo mismo en el recibo de la luz.