Ayer tuve la ocasión de ver el documental de Aitor Rei, Frankenstein-04155, estrenado en Ourense hace apenas cinco días. Esperaba poca afluencia al tratarse de un documental con unas intenciones tan claras: desmontar la versión oficial del accidente del Talgo S 730 que viajaba desde Madrid hasta Ferrol y que descarriló, a las 20,41 horas, […]
Ayer tuve la ocasión de ver el documental de Aitor Rei, Frankenstein-04155, estrenado en Ourense hace apenas cinco días. Esperaba poca afluencia al tratarse de un documental con unas intenciones tan claras: desmontar la versión oficial del accidente del Talgo S 730 que viajaba desde Madrid hasta Ferrol y que descarriló, a las 20,41 horas, en la curva conocida como A Grandeira, apenas a 3 kilómetros de Santiago de Compostela.
A pesar de que mi intención no es hacer una crítica cinematográfica, animo a las personas que puedan leerme a que vayan a ver este documental. Sin ninguna duda. No sólo porque es la versión más cercana a los hechos que tenemos del accidente, sino porque detrás hay un enorme trabajo y muchas mecenas que han ayudado a que el proyecto pudiera ver la luz. Ahora queda que todas acudamos en masa a verla, que la comentemos en las redes sociales, en las reuniones amistosas y familiares, que escribamos artículos en los medios de comunicación y mensajes de esperanza a las familiares de las fallecidas. Realmente lo necesitan.
No quiero hacer apología del sentimentalismo, pero el visionado de Frankenstein, más allá de la empatía que puede producir presenciar el dolor de las familias que perdieron a su gente en el accidente, me hizo reflexionar acerca de varias cuestiones. Voy a empezar con la más horrible de todas: este accidente se debió a la absoluta falta de escrúpulos, de eficacia y de humanidad, de sus responsables. Sus nombres pueden verse en el documental. En la larga cadena de responsabilidades, los que están arriba son, lógicamente, los grandes culpables. Aquellos que presionan a los de abajo para poder colgarse las medallas a tiempo. Para ser recordados por sus obras. Resulta tan mezquino, que provoca una rabia y una impotencia incalculables.
La segunda cuestión es que, en mi opinión, este accidente es un crimen de Estado. Y que, por eso mismo, sus responsables no van a pagar. Podemos señalarlos, podemos criticarlos, podemos manifestarnos, pero jamás pagarán por lo que han hecho. Están asombrosamente bien protegidos. Controlan la justicia, pues, a estas alturas de la película, quien crea que el sistema judicial de este país es independiente, vive en la inopia. A las pruebas me remito. Controlan los medios de comunicación. Silencian las voces discordantes de este documental. Silencian sus repetidas luchas, en la calle, en las estaciones de trenes, en el Congreso, en la Cidade da Cultura. Como bien decía uno de los supervivientes de este crimen, los tratan como delincuentes, como antisistemas. Una ex-diputada del PP llegó a calificar de terroristas (1) a los presidentes de Renfe y Adif. Sobran las palabras ante una acusación tan finamente acertada.
La tercera y última cuestión es que este país está podrido. No es ninguna novedad, pero quizá debemos insistir en esta y en otras fracturas para repensar nuestro actual sistema político, para atacarlo, para llevarlo al absurdo. Cuando no se puede esperar nada del sistema, todo está por hacer. Ejercer el contrapoder es un trabajo arduo, pero es la única esperanza de que la verdad sea reconocida por el conjunto de la sociedad y de que paguen los culpables. Responder a los ataques, a los ninguneos, es el primer paso. El segundo, luchar, como hacen las víctimas, porque el olvido no traicione a la memoria. A la historia. Que es nuestra, y que como dijo Allende, la hacen los pueblos.
Desde el año 2000 hasta la actualidad son 221 personas las que han muerto en accidentes ferroviarios en el Estado Español. 81 personas murieron en el accidente de Santiago, un día antes de que se celebrara el Día da Patria Galega. Que nos sirva para reflexionar sobre la patria que tenemos y la que queremos construir.
Notas
(1) http://www.eldiario.es/
(2) https://es.wikipedia.org/wiki/
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