Para Mercedes Iglesias Serrano, para Irene Iglesias Díaz-González, dos de las personas más generosas, consistentes y humanas que he conocido nunca. ¡Y que cumplan muchos, muchos más! (https://www.youtube.com/watch?v=F3WmSYPULU0: ¡Esa, la Anda-Lucía de García Lorca, de Alberti, de Catalina Serrano, de Juan Ramón Jiménez, de Luis Cernuda, de Carmen Linares!) Para Ana Belén Montes, una heroína […]
Para Ana Belén Montes, una heroína de nuestro tiempo. Ánimo, fuerza, resistencia, besos, abrazos, fraternidad admirada compañera.
Para Rafael Poch de Feliu, que nos enseña a todas y a todos.
Primero de Mayo: la tumba de los mártires de Haymarket en el cementerio de Forest Park, Chicago
En 1996 volvieron a España los supervivientes de las Brigadas Internacionales, y fuimos los colegas del barrio a verlos llegar a la estación de Sants. Aquellos ancianos procedentes de tantas partes del mundo habían conocido más a nuestros abuelos que cualquiera de nosotros. Mi madre estaba allí, la vi de repente, y vi cómo los miraba, y en sus ojos vi que quería reconocer entre ellos al padre, a todo lo que le habían quitado, y que por algo muy profundo les estaba dando las gracias. Siempre se escribe en busca del tiempo perdido. Cuando ya no existen las cosas y sólo quedan las palabras se pertenece únicamente a un puñado de palabras.
Javier Pérez Andújar (2017)
No existe un peligro real de que MLP gane y que Macron recoja una votación plebiscitaria tampoco es conveniente; ya sabemos que pasó con el plebiscito a Chirac. La respuesta antifascista, como cualquier respuesta política, no es siempre la misma, es la que corresponde al momento. Si yo estuviera en Francia primero pediría un compromiso de Macron, que no ofrecerá. Luego la solución mejor es voto en blanco, que el porcentaje de voto en banco se doble y tenga así significación política. Y empezar ya la campaña de las legislativas, porque hay que convertir el éxito del 23 de abril en representación política sustantiva, para poder responder con altavoz a las primeras medidas de la presidencia Macron y del gobierno de cohabitación (con republicanos y ex-socialistas) al que está abocado. Y no hablo de seguir con la movilización, porque lo doy por sentado.
José Luis Martín Ramos (2017) (Jean Ferrat, «Ma France» https://mail.google.com/mail/u/0/#inbox/15bcb27e767570b6?projector=1)
Neus Munté, la portavoz del gobierno catalán de «Junts pel sí al 3% (o més)»: «No digo que España nos roba, pero sí que nos lastra». ¡Otra vez, otra vez, el eterno retorno de una música desgastada, falsa e insultante! ¿Cómo se puede hablar en estos términos liganordistas sin que no pase nada? ¿Qué «España» lastra? ¿Lastran los campesinos andaluces, los trabajadores salmantinos o madrileños, los obreros de Ford? ¿A quiénes? ¿Cómo? ¿También en sus negocios? ¡Pero qué se habrán creído! Dan ganas de decir: usted y la gente como usted, y los sectores sociales que representan política y económicamente, sí que lastran el trabajo digno y la vida de millones de ciudadanos y ciudadanas que viven en Cataluña… Pero paso, da igual, que diga n lo que quieran. Ya no pueden insultar a nadie porque casi nadie les hace caso.
Dos previas. Días después del homenaje que un sector -muy, pero que muy minoritario- del secesionismo catalán rindió nada menos que a los hermanos Badia (miren su trayectoria y «sus hazañas»), Joan Tardà fue entrevistado por Radio Nacional de España el pasado martes 2 de mayo a las 20:30. Nosotros ahora, comentó, no nos valemos de argumentos historicistas ni de Cataluña sea una nación. No es este el punto. El punto está, prosiguió, en la voluntad mayoritaria del pueblo catalán manifestada en las elecciones plebiscitarias del 27S. Los ciudadanos, señaló, fueron convocados a votar a partidos independentistas y el resultado permitió una mayoría parlamentaria. Ninguna referencia a la derrota sufrida; nada de recordar el reconocimiento de esa derrota por parte de Antonio Baños, cabeza de lista de la CUP; nada de hacer referencia al 55% de David Fernàndez unos días antes. Nada de eso. Un comentario de José Luis Gordillo, por no repetirme, puede ayudar a desmontar este relato nacionalista en tiempos de la posverdad: «El contenido de la Ley de Transitoriedad Jurídica es secreto, pero sus promotores lo asocian a la convocatoria del referéndum de autodeterminación. Los independentistas han venido explicando con medias verdades y mucho marear la perdiz para que sus comodonas bases no se asustaran, que el Estado español no va a permitir la convocatoria del citado referéndum y, por consiguiente, para poder celebrarlo se necesita una declaración simultánea de independencia. Las dos cosas van juntas y lo uno no se puede hacer sin lo otro. Pero ¿qué clase de mandato democrático tienen para poder hacerlo?, ¿una mayoría parlamentaria obtenida con una ley electoral que distorsiona el peso de los votos en función de la provincia en la que se emiten?, ¿una mayoría parlamentaria que es contradictoria con la mayoría electoral que, en las elecciones del 27 de septiembre de 2015, dio sus votos a formaciones políticas no independentistas y que para más inri fueron presentadas por quienes las convocaron como plebiscitarias? Ningún demócrata puede apoyar una decisión de esas características. Ni expresa la voluntad mayoritaria de los ciudadanos catalanes, ni tampoco se le puede llamar a eso «revolución» (de las sonrisas o del llanto y crujir de dientes). Jurídicamente se llama sedición (artículo 544 del CP, castigado con penas de prisión de entre ocho a quince años) y políticamente putsch o golpe de Estado.» Repito: jurídicamente: sedición; políticamente: golpe de Estado.
Así, pues, éste es, este sigue siendo, el marco antidemocrático -digan lo que digan- del movimiento secesionista catalán. Sin votos suficientes, perdiendo, reconociendo que han perdido en una de las elecciones con mayor participación democrática de estos últimos 40 años, se saltan luego el asunto de las mayorías cualificadas y el resultado desfavorable (convertido en favorable por una ley electoral no proporcional que ellos mismos han criticado mil veces) y palante, a pesar de todo y contra la mayoría. ¡Todo por su Patria! Eso sí, somos muy demócratas y el proceso y el procesismo es «impecablemente democrático».
Otra coordenada básica de la situación. Tres ex cargos de Jordi Pujol han admitido (a cargo de rebajar sus penas: ¡sálvese quien pueda!) que malversaron dinero público en Adigsa. La investigación ha demostrado que los ex cargos beneficiaron a empresarios con la adjudicación de obras en viviendas sociales (una variante del 3%… o del 20%). Al igual que este funcionamiento de las redes del poder, de la trama o de la casta, como se quiera indicar (no de las «redes que dan libertad», como nos enseñaron Paco Fernández Buey y Jorge Riechmann en un libro con ese título). El ex presidente de Adigsa, Ferran Falcó, que luego fue diputado de CiU, estuvo imputado en esa causa abierta hasta 2013. ¿Qué paso entonces? Que la magistrada del Tribunal Superior de Justicia de .Cat, doña Núria Bassols, le exculpó. Consideró que no estaba al corriente de las irregularidades. ¡Vaya, qué cosas! Unas semanas después, el gobierno de «los mejores neoliberales» del mundo-mundial, presidido por el hijo político del gran defraudador y manipulador, y con la colaboración del insigne catedrático don Andreu Mas-Colell, la fichó como responsable de políticas de trasparencias de la Generalitat. Por si faltara algo, Bassols era (tal vez siga siendo) esposa del empresario Josep Manel Bassols detenido -en dos ocasiones- por el caso del 3%. Núria Bassols regresó tiempo después a la sala civil y penal del TSJC; recientemente ha sido trasladada a la sala contenciosa. Un detalle anexo: Francesc Valls recordaba en «La «mestressa» de Cataluña» (3/V/2017) unas declaraciones de doña Ferrusola, de 1991: «Por Cataluña se puede hacer todo; ir a dormir a la hora que sea o ir arriba y abajo recorriéndola». Efectivamente, su clan y sus colectivos y familias muy afines lo ha hecho todo. Pero no por Cataluña sino contra Cataluña trabajadora. Aunque sé, con toda seguridad, lo que doña Marta me diría: «¡Robar a España y a los españoles no es robar! ¡Se lo tienen merecido, ellos nos han robado durante siglos!». Todo eso dicho desde la pobreza más absoluta, con un mano delante y otra detrás, como dijo en el Parlamento de Cataluña, y desde su pisazo de Mitre o desde algunas de sus mansiones en los «Países Catalanes»… y con sus 30, 40, 50, 100 o 200 millones de euros o más, a buen recaudo, en Andorra, Suiza o Panamá. Quina cara, quin rostre que tenen!
Otra previa, la última: Una «demostración» de la fuerte arista social del sector mayoritario del movimiento secesionista-separatista. Manifestación Primero de Mayo, la convocada por CCOO y UGT: 30 activistas de ANC (con una gran estelada por supuesto) y unos 150 de ERC (con muchas esteladas por supuesto también). PDCat ni presencia. Las cosas de los trabajadores no van con ellos; son sus patronos o jefes. De Lluís Llach y afines: ni se sabe ni se les espera. Tampoco de don Romeva, el ex de ICV, el que tomaba-robaba los votos de los pardillos de IU (yo soy uno de ellos) y al día siguiente se pasaba a otro grupo parlamentario, el de los Verdes europeos, impregnados hasta el citoplasma de la cosmovisión neoliberal. Por lo que ven, la nueva República catalana excluyente de las sonrisas y el «buen rollo» promete.
La primera cita, en las proximidades del primero de Mayo, se justifica a sí misma. Esos brigadistas vinieron también al instituto donde he trabajado durante 35 años, el Puig Castellar de Santa Coloma de Gramenet, en un día inolvidable. La segunda cita de Martín Ramos explica muy bien la posición que algunos mantenemos para la segunda vuelta de las elecciones francesas (y pensando en las legislativas de junio).
Unas observaciones más, a modo de preámbulo. A Nicolás Maduro se le ha engañado (un grupo de independentistas próximos a la CUP según parece) con la estelada: se dejó hacer una fotografía con el símbolo del secesionismo catalán. ¿Qué tendrá que ver este símbolo (que se nos quiere imponer, que de hecho ya ondea en algunos ayuntamientos catalanes y a la entrada de muchos pueblos catalanes), un símbolo que ha sustituido la bandera-señera de todos y que representa a día de hoy un movimiento social heterogéneo, abonado desde las instituciones y dirigido por una fuerza neoliberal y corrupta hasta la bases más íntimas de su ADN con las finalidades esenciales de la revolución bolivariana? ¡Pero si algunos secesionistas apoyan y lanzan flores a la oposición golpista antichavista! De hecho, la coordinadora general del PDCAT ha hablado de grave error por aproximar la estelada al presidente de Venezuela y ha señalado que «si alguien piensa que suma haciendo que Maduro se ha haga una foto con la estelada es que no ha entendido absolutamente nada». ¡Claro que hemos entendido! ¡Desde hace bastante años!
El CEP, órgano dependiente de la Generalitat como es sabido, prepara un sondeo en el que preguntará a la ciudadanía «hasta qué punto es importante obedecer las leyes y las normas». No es la primera vez según parece; también se preguntó en 2011. Pero la pregunta de más calado, en mi opinión, no es esa. Es esta: «¿está dispuesto a alistarse en el ejército en caso de necesidad?» Tal como les digo o en formulación similar. ¡Alistarse al ejército! ¿Qué ejército? ¿Pero no se trataba de una república de sonrisas y buen rollo?
Una carta al director del «El País» del 28 de abril la firmaban siete mujeres. Decía esto: «Creíamos que cantar L’estaca era cantar contra Franco, contra el franquismo, contra la dictadura. Ahora resulta que L’estaca éramos nosotras, mujeres de Madrid, de Seogovia, de Murcia, a A Coruña…Y ahora nosotras señor Llach, ¿qué hacemos con su música?». No andan desencaminadas.
De hecho, mientras en el Parlament, me contaba la semana pasada una amiga historiadora, se aplaude la última ton t ería (o no tan tontería) de Lluís Llach y se debate si desconectamos de España o no, «un amigo, que tiene un hijo que sufre de con ataxia y ahora tiene un nuevo problema en una pierna que no le permite andar, tiene que esperar un mínimo de siete meses -¡siete meses!- para que la hagan una resonancia». Y e so después de que el traumatólogo del dispensario de Santa Cugat del Valles (Barcelona) pusiera en el informe que debe ser ‘preferente». Otra amiga historiadora, Mº Cruz Santos Santos, se expresa también en esto términos: » Mil ejemplos. Entre otros, una petición que hice yo misma al Síndic de Greuges hace una año. Me acaba de enviar una notificación diciendo que es la tercera vez que reclaman a Sanidad y no se les da respuesta. Elena, mi hermana, no puede tener más mala suerte. Le hacen ecografías de útero y ovarios. Para hacerlas se ha de beber 2,5 litros de agua antes de prueba y aguantar las ganas de ir al baño. Existe la alternativa de hacerla intrauterina y te ahorras esa incomodidad. Elena, 72% de disminución psíquica y 17% de disminución motora, es incapaz de aguantar. Pues nada, le hacen la ecografía externa a pesar de mis reclamaciones y me dicen que más o menos, ya se ve».
Cambio de tema: ERC tiene caseta -la bodegueta- en la Feria Abril, territorio comanche para la formación. No iban, según cuentan, desde 1998, desde hace casi 20 años. ¿Por que será? ¿También una feria que mueve a millones de visitantes es parte de la cultura popular catalana o es también cultura impropia? ¿El flamenco, Poveda por ejemplo, es algo externo a nuestra cultura?
Hablando de ERC: el tema de hoy, un artículo firmado por el diputado Gabriel Rufián. La referencia: http://m.eldiario.es/catalunya/opinions/Cazando-elefantes_6_638046200.html
Antes de entrar en materia. No veo mejor forma de mostrar la podredumbre, la ciénaga, la zafiedad, la ausencia de miramientos y el cinismo -más «las guerras, los culos y los tiros complementarios»- de las clases dominantes españolas (incluidas las de .Cat por supuesto) que reproducir una parte de la conversación entre Ignacio González, el ex de la Comunidad de Madrid, y Enrique Cerezo, el presidente del Atlético de Madrid (lo tomo de Ernesto Erkaizer, «Catalá en la telaraña de González y Cerezo», El País, 1 de mayo de 2017, p.17):
Ignacio González: «La niñata de mierda de ahí abajo [la juez de Estepona, Murcia] es una tonta del culo, pues claro. Y luego el otro pues, el fiscal, otro que tal baila macho… Mira yo ya estoy hasta los cojones, o sea, decidme… ¿Aquí qué queda, pegarle dos tiros a la juez? ¿Qué alternativas tengo?»
Enrique Cerezo: «Vamos a esperar a septiembre.. y si no, habrá que ir a hablar con el fiscal y decirle: «Mire usted, que ya sabemos que aquí todo el mundo quiere de todo, que ya saben ustedes más de lo que tenían que saber». Y estamos teniendo más paciencia de la que teníamos que tener, porque si quieren guerra, vamos a tener guerra».
Ignacio González: «Sí, pero es que el abogado de aquí me dice: «No, no, esta es una hija de puta que va a abrir juicio oral». Digo yo: «¿Pero cómo va a abrir juicio oral? ¿Pero por qué? ¿De qué?».
Enrique Cerezo: «No creo que sea tan gilipollas ni tan imbécil, que abra un juicio oral si no tiene ninguna prueba… ¿De quién es el piso? Ya lo sabe usted.. Investigue usted en Argentina, investigue usted en China, investigue usted en Rusia… que la van a mandar a tomar por culo, por lista».
[…] Enrique Cerezo: «Me encontré el otro día con Rafa y me dijo lo mismo, que lo estaba mirando»
Ignacio González:; «A mí me puso el otro día un mensaje encantador. A ver si terminamos con los líos. Y tal… Vale macho, pues lo que quieras».
Conversaciones similares, con más o menos insultos y amenazadas, las hemos conocidos en los casos Pretòria, Millet-Palau y en otras investigaciones sobre el 3% o el 20%. Nada sustantivo distingue a unos de otros. Nada esencial diferencia su proyecto, su programa, su acción, sus prácticas: expropiación de bienes, latrocinio organizado, a su servicio y al servicio de los grupos de poder (de los que ellos mismos forman parte por supuesto).
Vayamos al artículo de Rufián. Es probable, señala el diputado, «que el muy recomendable No pienses en un elefante del no menos recomendable George Lakoff sea la obra que mejor sirva para entender el actual momento político español». Poco podía anticipar el lingüista (Lakoff es catedrático de lingüística y ciencia cognitiva en la Universidad de California en Berkeley), prosigue Rufián, cuando la escribió en 2004 (se tradujo al castellano en 2007), «presa de la decepción por la derrota demócrata a manos de un Bush que había orquestado la farsa criminal de Irak, que más de 10 años después sus elefantes camparan a sus anchas por la carrera de San Jerónimo». Pero el lenguaje y los marcos mentales, en política, afirma Rufián, «son mucho más importantes de lo que muchos querrían admitir, ya que con su ayuda hay quien es capaz de trascender una realidad tangible para acabar imponiendo la suya». Mejor imposible si pensamos en todos, sin exclusiones, incluyendo el propio Rufián: determinados marcos mentales permiten trascender la realidad para acabar imponiendo, o intentando imponer la suya. Lakoff, en definitiva, así resume Rufián la idea central del libro, «nos habla de cómo gana el Poder, el establishment, los malos. Pero, indirectamente, también nos habla de cómo pierde la oposición, el cambio, los buenos. Los malos ganan haciendo que pienses en un elefante, los buenos pierden discutiendo si les gusta o no».
Es discutible lo que comenta Rufián, sobre todo si «buenos» remite al Partido Demócrata, al partido Obama-Clinton realmente existente, no al de Sanders. Lakoff, por lo demás, habla en este libro de intervención de y para la ciudadanía norteamericana, usa metáforas familiares ajustadas a aquella realidad o a las clases medias que la componen, y parece pensar en clave electoral en muchas ocasiones. P ero sin duda podemos extraer conclusiones más generales, aunque la situación política de fondo y el bipartidismo analizado encaja muy bien con la realidad norteamericana y algo menos con otras sociedades como la española . Sea como fuere, los asuntos de fondo de No pienses en un elefante , son el lenguaje, las metáforas políticas, la racionalidad, cómo argumentar contra el adversario de la derecha (el capítulo X da interesantes consejos prácticos sobre ello), como hacer tambalear sus posiciones morales y políticas, y no olvidemos, como ha recorda do Jorge Riechmann en numerosas ocasiones , que la derecha española «viene aclimatando por estos pagos, con cierto éxito, las prácticas de guerra civil cultural que importan directamente de los neocons y teocons norteamericanos».
Pero no cabe ni importa entrar en esta arista. Importa lo que viene a continuación.
Hoy, en el sur de Europa, sostiene el diputado Rufián, «hay exclusivamente dos procesos de cambio real. Dos procesos de ruptura, de cambio, revolucionarios, constituyentes. Dos amenazas a un statu quo indigno e indecente». Uno, señala, pensando seguramente en futuras alianzas, «se llama Unidos Podemos y es español». «Español» es aquí palabra importante: significa para Rufián no catalán (lo cual es netamente inconsistente teniendo en cuenta la presencia en Unidos Podemos de una fuerza catalana como de En comú podem)». El otro proceso de ruptura, de cambio, revolucionario, constituyente, en opinión de Rufián, «se llama proceso de autodeterminación y es catalán». Autodeterminación, independencia, aquí ya no se habla de derecho a decidir o de metáforas afines. Que sea catalán quiere decir para él que el resto de ciudadanos no tiene nada que decir. El resto es silencio también en este caso.
Rufián afirma que en muchos sentidos ambos procesos de ruptura se parecen. ¿En cuáles? «En la apertura de posibilidades regeneradoras, en el cambio de liderazgos, en sus nuevas formas de hacer política». Suena un poco-mucho a blá-blá-blá, sobre todo si pensamos en las prácticas reales del partido político del que Rufián es miembro. Pero aún admitiendo el panorama descrito, no se ve fácilmente su carácter rupturista, «revolucionario». ¡Nos lo han dicho tantas y tantas veces y hemos visto luego en qué quedaba ese «programa de cambio»!
En otros tantos sentidos, admite Rufián a continuación, no hay parecido. ¿En cuáles? «El principal de estos son los tiempos. Mientras que uno se enfrenta a un PP que gana elecciones en España junto con sus dos filiales, el Grupo Parlamentario del PSOE y Ciudadanos en bloque, el otro se enfrenta a ese mismo Estado y a su maquinaria mediática pero con unas mayorías políticas, sociales y parlamentarias diametralmente opuestas, con un PP prácticamente marginal». A ver, a ver. Aparte de la confusión o no delimitación de partidos, gobierno y Estado, ¿el secesionismo catalán tiene actualmente una mayoría social? ¿De dónde saca ese dato el diputado Rufián? ¿Una mayoría parlamentaria diametralmente opuesta? ¿Pero no recuerda el diputado Rufián que su partido gobierna en alianza con un partido corrupto hasta las cejas como el PP, tan o más neoliberal que el partido de Rodrigo Rato y Montoro, un partido amigo de la Liga del Norte, un partido que ha llegado a mil acuerdos con el PP de Aznar y tan agresor-liquidador del Estado asistencial como el partido de Rajoy, por no recordar sus apoyos a reformas laborales antiobreras? El separatismo catalán, hegemonizado hasta el momento por el PDCat, ¿representa una ruptura revolucionaria con el sistema, con el régimen español, con el régimen catalán? ¿Pero esto va en serio? ¿Es un ejemplo de un marco mental con el que «hay quien es capaz de trascender una realidad tangible para acabar imponiendo la suya»?
Uno, el de Unidos Podemos, cuenta, prosigue Rufián, «con un largo camino aún por recorrer». El otro, el secesionismo, «está a punto de culminarlo». ¿A punto de culminarlo? ¿Cómo, cuándo, de qué forma? Culminarlo, ¿en qué sentido? ¿No hubo una consulta plebiscitaria el 27S, organizado por ellos mismos, y perdieron? ¿No pueden volver a perder, en votos y escaños, en futuras contiendas electorales? ¿Quién garantiza, quién puede garantizar, si hubiera una consulta, que la ganaría el secesionismo?
Uno quiere -y debe, afirma el diputado separatista- «reformar un país en el que se canta el Cara al sol en el entierro de un ex ministro franquista», olvidando que en España también se cantan otros himnos muy distintos cuando desaparecen luchadores antifascistas de toda la vida y que en «el suyo», en .Cat, que él siempre piensa de forma excluyente, se despidió con honores de estado no hace muchos años a un fascista-franquista, orgulloso de serlo hasta el final de sus días, llamado Joan Antoni Samaranch (Por lo demás, y dicho sea entre paréntesis y con todo el respeto del mundo, ¿cómo se despedirá al gran manipulador y defraudador y a su señora esposa cuando les llegue su hora? ¿Apostamos?)
El otro proyecto, el suyo, «quiere ganar un país con un 80% de la población dispuesta a decidirlo frente a las urnas». ¿El 80 o el 100%? ¿Quién se opone a volver a votar como se votó el 27S en unas nuevas elecciones autonómicas de «carácter plebiscitario»? Y, desde luego, no frente a las urnas si no en las urnas.
Uno tiene que ganar a Rajoy, a Susana Díaz, a Rivera y al Tribunal Constitucional, afirma Rufián pensando en «Unidos Podemos». El otro, el suyo, «ya lo ha hecho». De nuevo su marco mental, su ensoñación secesionista. En todo caso, ¿no entiende el señor diputado que muchos ciudadanos catalanes que no tienen nada que ver con Rajoy, Rivera o Díaz (incluso mucho menos que él) no deseamos, no queremos, no somos partidarios de la ruptura de un demos popular común, que nuestra tradición es federalista y que nos sentimos mucho más hermanados con gentes de todas las comunidades españolas que con, por ejemplo, Fainé, Millet, Mas o Junqueras (sin decir que sean uno y lo mismo)?
Pudiera parecer, comenta Rufián, «que ambos movimientos se retroalimentan, ayudan y complementan, pero por desgracia no siempre es así. Principalmente por culpa de insignes revolucionarios que antes que la calle prefieren cúpulas de partidos de puño en alto». ¿De quién estará hablando el señor diputado? ¿Insignes revolucionarios que prefieren las cúpulas a la calle? ¿A quién está insultando? Por lo demás, desgraciadamente y contrariamente a lo que dice, sí que se retroalimentan ambos movimientos en algunas aristas. ¿Desconoce Rufián que Unidos Podemos, en contra de la opinión de muchos y de su propia tradición, apoya un derecho inexistente como es el derecho a decidir sin hacer referencia al mismo tiempo a su apuesta federal?
Y una de dos, prosigue Rufián, «o les sobra el puño o les falta ideología, porque de otra manera no se entiende que se conviertan en un obstáculo para un proceso de autodeterminación de base popular y democrática». ¿No se entiende o no lo entiende el señor diputado? Sin entrar en el alegre uso del término ideología (que equivale o puede equivaler, como nos enseñaron varios maestros, a falsa consciencia), muchos ciudadanos nos oponemos a un proceso excluyente de autodeterminación porque Cataluña ni es una colonia, ni una semicolonia, ni una nación oprimida ni nada que se le parezca. Es una comunidad con una amplia autonomía política, una de las más ricas de España en términos de renta per capita, una de las más desiguales donde sus clases dominantes han jugado hasta la náusea con una supuesta explotación, robo u opresión de España. Nada menos que la presidente del Parlamento de Cataluña ha llegado a decir en el ahora pública, sin ruborizarse ni un instante, que los catalanes no podemos ser catalanes, nos lo impide España, que somos de hecho esclavos, esclavos de los españoles. El proceso de autodeterminación del que habla Rufián es, básicamente, un proceso de confrontación de un sector de las clases dominantes catalanes para incrementar su poder y hacer en su patio lo que les dé gana. ¿Dónde estaría Jordi Pujol Ferrusola en una Cataluña-nuevo-estado-de-Europa? ¿Tomando un café en casa con la madre del clan?
No quisiera ser mal pensado, afirma Ruifán, «pero a veces parece que el principal motivo de este desprecio al proceso es, simplemente, que no lo lideran. Y eso les recuerda, a diario, que te guste o no, un elefante al final es como es, no como tú quieres que sea». Como no concreta, cómo no dice en quien piensa, a quién ataca-critica, la frase, en sí, es asignificativa. No se entiende. Por lo demás, vale la pena recordar a Rufián que, por ahora, la fuerza que lidera el proceso, me repito, es una fuerza muy amiga del dinero, del euro, del capital, del átomo y de las desigualdades.
Hoy Podemos presenta la voluntad de iniciar contactos para hacerle una moción de censura a Rajoy, comenta finalmente Rufián. «El primer contacto con ERC ha durado 30 segundos, apenas una hora antes de la rueda de prensa. Pero pese a la descortesía, es tiempo de sobra para decirles: nosotros tampoco queremos a Rajoy, ni al PP ni nada de lo que representa. 30 segundos. Más o menos el mismo tiempo que un Hernando (el del PP) sobrado de confianza ha necesitado para considerar la moción una charlotada. El mismo tiempo que ha necesitado el otro Hernando para anunciar que votarán que no». Al fin y al cabo, las opciones son pocas y están claras, señala finalmente, «intentar cambiar un estado en el que Rajoy gana elecciones (y gobierna con la ayuda de la Gestora del PSOE y de todo C’s) o ganarle en las urnas». Sí, en las urnas, se reafirma Rufián después de hablar de cambiar el estado, no el gobierno. «La única derrota real en el horizonte de Rajoy no es una moción de censura imposible con PPSOEC’s», sostiene Rufián, «es un referéndum de autodeterminación posible junto a ERC, la CUP y el PDECat, arropados por el 80% del pueblo de Catalunya. Ese es el punto preciso de ruptura del régimen que unos y otros combatimos». En Esquerra, concluye el señor diputado, «la buena gente de España encontrará siempre un aliado para ayudar a derrocar este régimen corrupto en vuestro país, pero por los mismos motivos os esperamos para ayudarnos a ganar el nuestro». Dejemos lo de buena gente (que refiere a la gente que sostiene lo que él defiende, los otros no somos buena gente); dejemos lo de «vuestro» y «nuestro» que vuelve a dejar en claro la posición excluyente del «marco mental» del señor diputado; dejemos aparte el 80%, mil veces repetido como un mantra (otra de las cifras inventadas, jamás modificada, como si fuera una ley demostrada für ewig sobre la «naturaleza social del pueblo catalán», del secesionismo catalán), la posición de Rufián (y de su partido) es clara: os apoyaremos en vuestra moción de censura si vosotros nos apoyáis en el proceso de independencia (unilateral o no) de Cataluña. El chantaje es claro. Esperemos que Unidos Podemos no se deje chantajear y diga a las claras que su España es una España federal, una España que hermane a todos los pueblos españoles, también ellos diversos, en absoluto homogéneos. Que lo suyo no es la escisión interesada de un demos común, sino el abono, el cuidado de ese demos común que puede y debe luchar contra un régimen que perjudica por igual a toda la ciudadanía española.
Finalizo ya, he abusado de nuevo de su paciencia.
PS. Unas recomendaciones, por si las quieren tener en cuenta:
1. Es parte de nuestra historia (escondida, no muy conocida). Sobre la red Gladio: https://www.youtube.com/watch?v=tMbsu0laqxs
2. Una reseña de José Luis Gordillo (http://www.mientrastanto.org/boletin-157/la-biblioteca-de-babel/que-sean-fuego-las-estrellas-barcelona-1917-1923): Paco Ignacio Taibo II, Que sean fuego las estrellas. Barcelona (1917-1923), Crítica, Barcelona, 2016, 554 págs. «De cuando la burguesía catalana contrataba pistoleros».
3. De Clara Valverde: «El 12 de mayo es el Día Internacional de los SSC. La prensa y las administraciones van a volver con su narrativa de que estas enfermedades son solo un poco de dolor y fatiga. Desde la LigaSFC os queremos animar a difundir información verídica sobre el sufrimiento que estamos viviendo millones de españoles y nuestros familiares que estamos abandonados por la sanidad pública y las administraciones. Gracias, Clara Valverde LigaSFC» Véase: http://www.asec-asic.org/2017/05/02/la-realidad-de-los-enfermos-de-sindromes-de-sensibilidad-central/
4. Unas palabras de Isaac Rosa sobre una película que no deben perderse «En La mano invisible encontramos un grupo de trabajadores en una nave industrial abandonada, cada uno haciendo su trabajo, todos en el mismo espacio pero separados y sin inicialmente relacionarse entre ellos. El trabajo que realizan tiene mucho de representación y parece no ser productivo: un albañil que levanta una pared, la tira y vuelve a construirla; un mecánico que desmonta un coche; una costurera que cose sin parar… Están en una nave en la que hay, además, una grada con público que les ve trabajar. No sabemos por qué están allí, a qué se debe aquello, si es una representación o una obra de arte, si es una forma de protesta, un reality show… y esas son las preguntas que conducen el libro: ¿Por qué están ahí? ¿Quién los ha hecho trabajar? ¿Quién está detrás de aquel montaje y quien es la mano invisible que mueve los hilos de los trabajadores? ¿Quién los ha colocado allí?».
5. Finalizo con Venezuela, con el comentario -que comparto, ustedes también probablemente- de un arabista gramsciano, el maestro de muchos de nosotros Andrés Martínez Lorca:
«Primero, hay que culpar del asesinato al gobierno. Después, hay que callarse para tapar lo que no fue sino el crimen de unos sicarios al servicio de los golpistas de la derecha venezolana. Aquí os adjunto una crónica que clarifica los métodos de la oligarquía en su intento de derribar el gobierno legítimo de Venezuela. El vídeo final muestra el modus operandi de estos facinerosos que luego vienen a gimotear a Europa. Cada día abundan más los francotiradores, los paramilitares entrenados para atentar contra los sectores populares y las fuerzas del orden con el objetivo de provocar un enfrentamiento armado y una invasión extranjera. Los manuales de la subversión ya aplicados hace tiempo en América Latina vuelven a actualizarse suavizando sus formas más descarnadas (Chile, Panamá, Honduras, Guatemala, etc.) y controlando de modo implacable los medios de (des)información a través de las agencias internacionales de prensa y las grandes cadenas de televisión.»
Y por si van por Vallecas. ¡Viva Vallekas!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.