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Ganar al PP para que haya cambio

Fuentes: Cuarto Poder

Estamos a punto de celebrar las segundas elecciones generales en seis meses. El debate, los pronósticos de las encuestas, la sucia campaña para evitar el cambio y la jugada que baraja el sistema, las van a convertir en una de las más trascendentales de la historia reciente de este país. ¿Cómo hemos llegado al 26J? […]

Estamos a punto de celebrar las segundas elecciones generales en seis meses. El debate, los pronósticos de las encuestas, la sucia campaña para evitar el cambio y la jugada que baraja el sistema, las van a convertir en una de las más trascendentales de la historia reciente de este país.

¿Cómo hemos llegado al 26J? Las elecciones del 20D acabaron con el bipartidismo, creando una nueva situación política en la que no es tan fácil aplicar las políticas socioeconómicas contrarias a la mayoría. La incapacidad de formar gobierno ha conducido a la nueva cita electoral. Pero las responsabilidades de los partidos no son las mismas. Siendo el PP el más votado, era también el más rechazado por los recortes sociales, de libertades y por la corrupción. Sin otra alternativa que ‘más de lo mismo’ e incapaz de gestionar con inteligencia la cuestión de Cataluña, su aislamiento no le permitió ni intentar la investidura.

El PSOE renunció a formar gobierno de progreso al rechazar un acuerdo con la izquierda y echarse en brazos de Ciudadanos (C´s). Cometió, además, dos errores. Por un lado, desplazarse hacia la derecha al pactar con C´s un programa que hacía imposible el acuerdo con la izquierda. Por otro, pactando con ellos reconocía a C´s un carácter centrista que no tiene. Estos errores le pasarán factura electoral.

Podemos, IU y otras fuerzas de progreso hicieron lo correcto al defender un gobierno progresista «a la valenciana» y negarse a apoyar a PSOE-C´s. También han acertado de pleno al crear la coalición Unidos Podemos (UP) que, tal como pronostican todas las encuestas, puede tener un excelente resultado, demostrando algo evidente: la unidad suma e incluso multiplica.

La campaña del miedo. Las tendencias electorales que se apuntan, el sorpasso anunciado de Unidos Podemos al PSOE y la disputa de primera posición (apenas hay 3 puntos de diferencia), han despertado las alarmas en los sectores del régimen. El recurso al anticomunismo, las acusaciones de extremismo, la grotesca utilización de Venezuela, la manipulación de poderes del Estado para construir montajes y la degradación de los medios de comunicación. Todo vale. Es especialmente vergonzosa la campaña de El País y su ataque a Unidos Podemos con primeras páginas, editoriales y colocando a columnistas en una actitud de servidumbre a la línea editorial. Estamos viviendo una campaña donde no se trata de convencer al elector de a quién tiene que votar y a qué ilusionante programa, sino de que no hay que votar a UP para que no vengan las plagas de Egipto. Los ataques a Pablo Iglesias, para quemar su figura, son una parte importante de esa estrategia de impedir a toda costa el gobierno de Unidos Podemos y la posibilidad de cambio.

La jugada del sistema. Si se confirman las encuestas, la operación que preparan los poderes fácticos para impedir un gobierno de progreso de Unidos Podemos, pasa por dos sacrificios: el de un Rajoy quemado y el del PSOE, al que se le intentaría obligar a abstenerse ante al pacto PP-C´s. Ya se está preguntando al electorado del PP qué apoyo tendría esta apuesta de sustituir a Rajoy por otra persona .En segundo lugar, el sistema sacrificaría al PSOE obligándole a dejar gobernar al PP, aunque la mayoría de sus electores estén en contra. Se justificaría con el argumento de no votar a nadie y dedicarse a su recomposición después del castigo electoral que puede recibir. Es la posición que defiende Felipe González: si no es posible la gran coalición por activa, que lo sea por pasiva al abstenerse el PSOE. Y es la que apuntó Pedro Sánchez en el encuentro con el Círculo de Empresarios el 27 de mayo: dejar gobernar al partido mayoritario. Hay quien, como Pedro Montes, califica de traición y entrega esta estrategia. Con ella, el PSOE se rompería o se hundiría o ambas cosas la vez.

Ganar al PP para que haya cambio. Así las cosas, la manera más clara de romper la jugada de la oligarquía es que Unidos Podemos sea la primera fuerza política. Este escenario pondría en dificultades al PSOE para facilitar el poder al PP. ¿Cómo se explicaría que en Portugal el partido socialista gobierne con la izquierda y en España deje gobernar a la peor derecha? Es evidente que allí hubo revolución y aquí transición, pero eso no justificaría la entrega del PSOE.

Vencer en las elecciones generales exige varias cosas: que no se pierda ningún voto de la izquierda por reticencias ante la unidad; que se realice una buena campaña electoral generando ilusión y utilizando todos los recursos disponibles. Que haya una alta participación: todo puede cambiar si la ciudadanía toma conciencia de que no puede hacer como que ignora al poder, porque como han demostrado los recortes, el poder no se olvida de los ciudadanos. Y, sobre todo, que se concentre todo el voto progresista en Unidos Podemos, incluido el de esa mayoría de votantes socialistas que son contrarios a facilitar el gobierno del PP. El electorado tiene derecho a saber a qué atenerse para no ser estafado con el sentido de su voto.

Me contaba un amigo que escuchó a un taxista decir que «iba a votar a Unidos-Podemos por sus hijos y por un futuro decente, para que cambien las cosas y limpiar el país…», que no le preocupaban las acusaciones de radicalismo, «porque eso también lo decían del PSOE de 1982…«. En fin, un cambio sociológico y político que va a hacer que vote por el cambio mucha gente que no podemos ni imaginar. La crisis política en España ha llegado porque los de arriba ya no pueden gobernar como siempre han hecho, los de abajo no aguantan más y los de en medio están basculando hacia el cambio. Sí, se puede ganar al Partido Popular. Va a depender de muy pocos votos. El 26J está en nuestras manos cambiar el rumbo de la historia de nuestro país. Sabiendo que más importante que llegar al poder es dar solución a los problemas de la gente y, sobre todo, conquistar la hegemonía cultural y moral.

Fuente: http://www.cuartopoder.es/laespumaylamarea/2016/06/15/ganar-al-pp-haya-cambio/1507