El Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampis, en el norte del Perú, ha denunciado estos días la presencia de 50 mineros ilegales armados, de nacionalidades colombiana, venezolana y brasileña, que desplegaron 25 dragas y retuvieron a una comunidad generando un clima de temor y amenazas. A mediados de febrero, comunidades wampis detuvieron la operación de siete patrones y otras tantas dragas en la cuenca del río Santiago, nombrado Kanú, y los retuvieron en un calabozo comunitario.
En la Amazonía peruana se cuecen hasta quince procesos de autonomía territorial, desde que en 2015 los wampis establecieron el primero con el objetivo de controlar el territorio ancestral y frenar la invasión de actores extractivos. En la zona norte, cerca de la frontera con Ecuador las naciones wampis, awajún, chapra, shawi, kokama, inga han formado hasta nueve gobiernos autónomos que abarcan unas 10 millones de hectáreas, mientras otros pueblos están en camino de crearlos.
Es la respuesta colectiva a la expansión de actores extractivistas y criminales que buscan explotar la madre tierra y expulsar a los pueblos que se les interponen. Para conocer más de cerca estos procesos dialogamos con Vladimir Pinto, quien asesora organizaciones amazónicas y andinas del Perú desde hace 20 años, y ha seguido de cerca el proceso de construcción de las autonomías, así como la discusión de los criterios adoptados por los pueblos. Agrega que “hemos iniciado un diálogo con pueblos de la Amazonia sur, en la frontera con Brasil, en particular con los shipibos que están discutiendo la autonomía con características muy diferentes a los pueblos del norte”.
– El primer gobierno autónomo, el wampis, nació en 2015. ¿Cómo se vincula ese nacimiento con la larga historia de las organizaciones amazónicas y el Baguazo en 2009, cuando cinco mil wampis y awajún fueron desalojados del bloqueo de carreteras contra el transporte de hidrocarburos con un saldo de más de 30 muertos?
– La relación está en la esencia misma del movimiento indígena amazónico que es la necesidad de organizarse para sobrevivir como pueblos, de mantener su identidad y su cultura, pero sobre todo de garantizar la defensa de sus territorios frente a un conjunto de actores que han venido ganando terreno en la Amazonia. Todos los procesos están vinculados a la vida de los pueblos, a su reconocimiento y a su desarrollo como sujetos políticos. Desde el nacimiento mismo de las organizaciones indígenas fue un proceso de reivindicación de sus identidades, de defensa de sus espacios territoriales, primero a nivel muy local y luego más amplio, y en el establecimiento de alianzas a nivel nacional e internacional.
El Baguazo fue la visibilización de esta agenda y de estos sujetos colectivos, frente al desprecio sistemático del Estado. El Baguazo potencia el nacimiento de los gobiernos autónomos porque obliga a llevar a cabo las agendas más de fondo luego de la confrontación tan abrupta con el Estado, y no es casual que hayan sido los wampis y los awajún los que estuvieron allí y los que empujaron más decididamente las autonomías. Pero tiene que ver también con una construcción histórica de muchos años. Son los dos elementos, la historia y el Baguazo.
– ¿Cuántos gobiernos autónomos existen? Conocía hasta cinco, pero al parecer son más.
– Los datos que ellos mismos difundieron en su reunión de octubre pasado, dicen que son quince los pueblos que han tomado la decisión de organizarse como autonomías territoriales. Algunos han cuajado más rápido y otros van más lentos. Hace varios años que las nueve bases de CORPI (Coordinadora Regional de Pueblos Indígenas) decidieron constituirse como gobiernos autónomos en sus territorios integrales en la zona de frontera con Ecuador.
Los autonomías más avanzados son las achuar del Pastaza, awajún, wampis y la nación chapra que territorialmente están muy próximos.
– Cada proceso autonómico es diferente, no hay una regla común. ¿Cómo es la estructura de las autonomías amazónicas?
– La legislación del Perú reconoce las autonomías de las comunidades, que son unidades pequeñas multifamiliares que ejercen una propiedad colectiva sobre un territorio. Pero no son reconocidos como pueblos. Reivindicar el territorio integral y el gobierno autónomo son necesarios para ejercer control sobre sus territorios y esto es totalmente incomprendido por el Estado y gran parte de la sociedad peruanas.
Son procesos muy complejos porque la construcción de la nación implica una reivindicación de la tradición y de la historia, pero inventando algo nuevo que garantice que se pueda mirar hacia delante. Los pueblos amazónicos están en ese proceso de enfrentar las complejidades del mundo actual porque están muy intervenidos por la modernidad occidental y a la vez defienden sus tradiciones e instituciones ancestrales.
Los wampis han creado una serie de secretarías que son como ministerios para hacer funcionar su gobierno. Pero hay otros procesos donde mantienen una lógica muy asamblearia y una delegación enorme de responsabilidades hacia los que son elegidos como representantes del gobierno autónomo. Creo que están en ese proceso de crear un funcionamiento que no sobrecargue a los dirigentes. Los wampis por ejemplo tienen un estatuto que regula su funcionamiento.
Las autonomías como centro del movimiento
– Por lo que vemos en otros procesos las autonomías son un proceso en el cual se van mejorando los modos de funcionar. ¿Qué vínculos tienen esas autonomías entre sí?
– Las autonomías amazónicas tienen dos dimensiones en el debate y la construcción. Uno más interno en el que el mismo pueblo establece una nueva institucionalidad que los gobierne y este es un reto siempre inacabado. Y la otra es la relación con el Estado y la legalidad occidental. Los amazónicos son pueblos poco numerosos que están asentados sobre territorios amplios y el reto de controlar todos el territorio es muy desafiante. Han establecido una relación compleja y difícil con el derecho occidental para apropiárselo y transformarlo. La idea de la propiedad colectiva no enajenable, es algo que rompe con los conceptos occidentales pero han logrado insertarlo.
La dimensión de gobierno autónomo, que les permita decidir sobre las cuestiones fundamentales, la están peleando ahora en diversos ámbitos.
La coordinación es un gran tema. En la zona norte hace ya cuatro años que hay un proceso de diálogo constante entre las autonomías. Se encuentran un par de veces al año para discutir sobre los procesos, compartir avances y retos, y tienen un nivel de debate importante sobre las cuestiones de fondo en general liderado por so wampis e intelectuales indígenas.
El último año hubo una iniciativa muy buena de Aidesep de promover un encuentro entre la estructura más gremial, que es la propia Aidesep, con las autonomías ya existentes porque han asumido que es lo que orienta la lucha de los pueblos amazónicos para el futuro. En vez de pensar que los gobiernos autónomos cuestionan la estructura del movimiento indígena, han asumida una alianza para promover las autonomías como eje del movimiento.
Impedir que el sentido común extractivista se instale entre los jóvenes
-Hemos recibido un comunicado del gobierno wampis denunciando la invasión minera con 25 grandes dragas. ¿Qué hace el gobierno en estos casos?
-El extractivismo es uno de los ejes que llevaron a la reflexión para la creación de los gobiernos autónomos, que viene siendo una amenaza que se enfrenta desde hace ya muchos años. Hay un nivel de auto organización y de persecución de las actividades extractivas con distintas estrategias de contención y también de apoyarse en el derecho occidental. En ocasiones las comunidades deciden impedir esas actividades.
El problema es que en los últimos tiempos hay un avance enorme de las actividades ilegales en los territorios indígenas, un crecimiento exponencial que hace muy difícil el control de los pueblos. Pero lo más grave es cuando hacen pie en algún área del territorio y empiezan a socavar las estructuras mismas del movimiento indígena. Ese es el gran reto, impedir que el sentido común extractivista se instale entre la población más joven. Por eso tienen esa energía y desesperación para contenerlo ya. Es una lucha enorme hacia adentro y hacia fuera, pero el extractivismo está siendo promovido en el conjunto de la Amazonía y empieza estar presente en la misma sociedad indígena.
– ¿Qué me puedes decir del sistema de salud y de educación?
– En la agenda de las autonomías está el control de la salud y la educación intercultural como horizonte. Ya hay una batalla por el reconocimiento de los profesores de los pueblos, de sus lenguas y de las prácticas de salud propias dentro de las políticas públicas. Los wampis tienen secretarías de salud y educación que pasan por la negociación con los Estados, buscando siempre promover a los profesionales indígenas que tienen enfoques nuevos en estos temas.
– Para terminar, me gustaría preguntarte si hay autonomías en otras regiones y si los pueblos aymara y quechua del sur, que han luchado desde hace siglos contra el Estado, no podrían ingresar en la misma lógica autonómica.
– Entre las quince autonomías debemos incluir a los Harakbut y Ese-eja en Madre de Dios. Algunos están a ambos lados de la frontera con Bolivia. Están trabajando y se consolidan, pero aquí hay una presencia de otros actores ya instalados en sus territorios. Por el contrario, en los pueblos del norte hay grandes áreas con poca intervención externa y han empezado con estos procesos de reestructuración social y política que les permite controlar estas injerencias.
En Ucayali donde está el pueblo shipibo también se está debatiendo la autonomía, aunque allí estamos ante una sociedad muy imbricada con el mundo urbano amazónico.
Cuando me dices sobre la construcción de autonomías en el mundo andino, debo decir que la identidad social y política indígena ha sido muy golpeada tanto por las derechas como por las izquierdas. Sin embargo, en el sur andino algunos pueblos tienen mejores condiciones para recuperar desde una identidad política indígena estructuras de autogobierno. Creo que este tema empieza a ser más discutido a raíz de la masacre del gobierno de Dina Boluarte y por el desprecio sistemático que sufren.
Creo que no se referencian en las autonomías del norte sino en los procesos de Bolivia. Se van viendo procesos en el lado aymara y en Cuzco, que van a verse con más claridad en los próximos años. Aquí la clave es que se posicionen contra el extractivismo. En el caso boliviano algunos liderazgos demandan autonomía para dirigir ellos el extractivismo. O sea, un autonomía para promover un extractivismo propio, y eso está siendo un gran problema.