Greenpeace pidió el lunes al Gobierno español la prohibición de maniobras en polígonos de tiro e instalaciones militares en época estival debido al riesgo de incendios forestales, tras el fuego declarado en el polígono de Cerro Muriano (Córdoba) como consecuencia del lanzamiento de un proyectil durante unas maniobras y que ha quemado miles de hectáreas. […]
Greenpeace pidió el lunes al Gobierno español la prohibición de maniobras en polígonos de tiro e instalaciones militares en época estival debido al riesgo de incendios forestales, tras el fuego declarado en el polígono de Cerro Muriano (Córdoba) como consecuencia del lanzamiento de un proyectil durante unas maniobras y que ha quemado miles de hectáreas.
La organización ecologista denunció que las medidas puestas en marcha por el Ministerio español de Defensa para evitar los incendios forestales en este tipo de instalaciones son insuficientes. El responsable de la campaña de bosques de la organización, Miguel Angel Soto, declaró que «desde 1996 las maniobras militares han calcinado 16.739 hectáreas de monte, y no puede ser que un Ministerio público sea responsable de un porcentaje de los incendios forestales».
Por ello, Greenpeace exigió que se tomen medidas que limiten las prácticas de tiro, como no realizarlas en los meses desfavorables -entre junio y setiembre-, asegurar la existencia de cortafuego, disponer de perso- nal y medios suficientes y no utilizar fuego real, entre otras.
9.000 hectáreas
Esta denuncia de Greenpeace ha tenido lugar coincidiendo con varios incendios forestales en el Estado español, además del de Cerro Muriano, que ya han arrasado alrededor de diez mil hectáreas.
El incendio más grave se desató el pasado viernes en Gran Canaria, donde más de 2.000 personas han sido evacuadas y se han calcinado entre 4.000 y 5.000 hectáreas, sin que se hayan registrado daños humanos y donde todos los medios disponibles están operati- vos. Un guardia forestal, que se declaró responsable del mismo, ingresó ayer en prisión.
Además, un tercer fuego causado por el conecto de una línea eléctrica con la masa arbórea arrasó en Niebla (Huelva) más de mil hectáreas.