vGreenpeace comienza hoy en Barcelona una campaña bajo el lema «¿Quién contamina?» que llevará al Arctic Sunrise, uno de los buques de la organización, por la costa española señalando a los principales responsables de la contaminación en España. La organización inicia sus actividades presentando el informe «Contaminación en España» que incluye mapas de puntos negros […]
vGreenpeace comienza hoy en Barcelona una campaña bajo el lema «¿Quién contamina?» que llevará al Arctic Sunrise, uno de los buques de la organización, por la costa española señalando a los principales responsables de la contaminación en España. La organización inicia sus actividades presentando el informe «Contaminación en España» que incluye mapas de puntos negros por comunidades autónomas y por sectores contaminantes. El informe recopila la información que existe sobre contaminación. La industria española reconoce el vertido al agua de 1.219.709 toneladas de contaminantes al año y este dato sólo se refiere a 44 sustancias peligrosas de las miles que existen. Otro dato signiticativo aportado por el Ministerio de Medio Ambiente (MMA) es que la contaminación atmosférica provoca en España 16.000 muertes prematuras al año, diez veces más que la mortalidad anual por accidentes de tráfico. La información científica evidencia la biomagnificación de contaminantes en la fauna española y su presencia en nuestra dieta.
Greenpeace ha centrado su trabajo en los tres sectores que más contribuyen a esta situación. Según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, el 41,4% de la contaminación de suelos se debe a la producción industrial, el 15,2% al vertido y tratamiento de los residuos urbanos y el 14,1% a los hidrocarburos. Una situación que podría solventarse si las Administraciones públicas no fueran tan permisivas con quienes contaminan y aplicasen los controles marcados por la ley.
La organización ecologista denuncia que la contaminación de nuestro medio ambiente es el resultado de políticas industriales, de residuos y de transporte muy laxas y cómplices con la industria. Esto ha permitido a las empresas obtener grandes beneficios con sus negocios, ya que no incluyen los costes asociados a la contaminación y al deterioro de la salud pública. En España, por ejemplo, el 100% de la restauración de suelos contaminados se sufraga con fondos públicos frente al 7% de Francia.
Resulta difícil realizar una comparativa de la situación española con respecto a otros países europeos dada la falta de documentación, sabemos que sufrimos casos de contaminación que se sitúan entre los más graves del planeta. Ejemplo de ello son los vertidos efectuados durante décadas por Ercros al río Ebro en Flix, la catástrofe ambiental que vive la ciudad de Huelva por el vertido de residuos tóxicos y radiactivos de Fertiberia y FMC-Foret o la situación de contaminación crónica por hidrocarburos que sufre la Bahía de Algeciras, en donde se mueven al año seis millones de toneladas de fuel sólo en repostajes en la mar.
Vertidos industriales La industria es responsable legalmente de las sustancias químicas que produce, pero es casi imposible hacer responsable judicialmente al fabricante de los efectos sobre la salud de una sustancia tóxica. El resultado es que casi 4 millones de trabajadores españoles (el 25,4% del total) están expuestos a sustancias cancerígenas. Se estima que, en nuestro país, 4.000 trabajadores mueren anualmente por la exposición a sustancias químicas, más de 36.000 enferman y este tipo de sustancias producen más de 18.000 accidentes laborales al año, tal y como arroja el informe sobre salud laboral de ISTAS (Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud).
La exposición a estos contaminantes no se circunscribe al ámbito laboral. Los vertidos y emisiones afectan a todos los ciudadanos, de forma que las zonas con mayores tasas de enfermedades como el cáncer coinciden con las áreas más industrializadas. Es el caso de Huelva y Cádiz en Andalucía, Cataluña y País Vasco, tal y como revelan los Atlas Epidemiológicos de la Universidad Pompeu Fabra y del Instituto de Salud Carlos III.
Residuos El modelo actual de gestión de residuos es un fracaso. Según el MMA, al menos el 74,3% de los residuos urbanos generados acaban quemados en incineradoras o enterrados en vertederos. La incineración es una fuente muy importante de contaminación ya que la quema de basuras genera residuos tóxicos y peligrosos. En España, además, se está optando por quemar residuos en cementeras, una práctica aún más contaminante.
Hidrocarburos El 12% del petróleo que llega a las aguas es resultado de grandes mareas negras. El resto (88%) se vierte de forma intencionada en labores de limpieza, desde fuentes terrestres o por la recarga de combustible en el mar desde un barco cisterna, sistema conocido como «bunkering».
Greenpeace demanda:
- La creación de una Agencia de Control de la Contaminación que garantice el cumplimiento de la legislación europea y nacional, y aborde el problema de forma global.
- Un cambio del modelo de gestión de residuos que ni esconda las basuras ni las queme. La solución es el modelo de «residuo cero» que plantea aprovechar todos los residuos como materia prima. Para alcanzar este objetivo, «residuo cero» exige a los fabricantes a asumir el coste de la recogida y eliminación segura de sus productos y sus envases si no se pueden reutilizar, reciclar o compostar.
- La implantación de un nuevo régimen de responsabilidad ilimitada para la industria petrolera a través de toda la cadena de custodia. Y establecer un régimen especial de vigilancia, control y sanción para la Bahía de Algeciras y Gibraltar.