A falta de imágenes de las revueltas sociales en Cuba que sí se producen en otras latitudes, a los grandes medios no les queda más remedio que inventarlas. El diario El Mundo, que días atrás criticaba al gobierno español por no desalojar por vía policial a miles de jóvenes acampados en la Puerta del Sol […]
A falta de imágenes de las revueltas sociales en Cuba que sí se producen en otras latitudes, a los grandes medios no les queda más remedio que inventarlas.
El diario El Mundo, que días atrás criticaba al gobierno español por no desalojar por vía policial a miles de jóvenes acampados en la Puerta del Sol de Madrid (1), en protesta por el desempleo y la falta de democracia real, convertía en noticia, en su versión digital, la protesta de un ciudadano cubano que, desde la azotea de su vivienda en La Habana, gritaba consignas contra el gobierno de la Isla (2). El Mundo llegaba a titular «Cuban Revolution» a este incidente, haciendo una analogía con la llamada «Spanish Revolution», que ha movilizado a decenas de miles de personas en 60 ciudades del Estado español.
Días después, El Mundo llevaba el asunto a su edición en papel (3). El citado ciudadano, Ramón Alejandro Muñoz González, decía que él y su esposa, Sonia Garro Alfonso, estaban desbordados «por el stress de la constante represión (del) régimen cubano». Como es habitual en estos casos, ni una sola imagen, ni una sola prueba de la supuesta «represión».
La noticia de El Mundo, firmada por su corresponsal en La Habana, el «periodista independiente» cubano Iván García, llegaba a afirmar que la citada Sonia Garro recibía en la Isla un «trato despectivo y vejatorio por su condición de negra». Tratar de disminuir el apoyo histórico de la población negra cubana a la Revolución, proceso que supuso un cambio radical en sus condiciones de vida (4), es uno de los objetivos tradicionales de la llamada «disidencia» cubana y del gobierno de Estados Unidos, que destina importantes cantidades de dinero a programas específicos sobre el supuesto «problema racial» en Cuba (5).
Repasemos las «pruebas» de la supuesta discriminación racial a la citada ciudadana. El Mundo nos dice que la policía se dirigió a ella llamándole «negra», que en Cuba -recordemos- es una expresión coloquial de cercanía, no despectiva, y muy usual incluso como saludo entre personas negras. El diario también señala que los agentes reprochan a personas como ella el hecho de ser negras y contrarrevolucionarias, algo que, lejos de apuntar a una supuesta discriminación racial, más bien apunta a lo contrario, es decir, al asentado vínculo entre población negra y autoridades revolucionarias. En este sentido, el periodista debería explicar cómo es posible que la policía de La Habana sea racista, cuando está integrada -en su inmensa mayoría- por negros o mulatos.
Pero el colmo de la caradura informativa viene a continuación. El diario llega a decir que la citada Sonia Garro, en su graduación universitaria, fue sustituida por «una alumna blanca» en la recogida del diploma a manos del ministro de Salud Pública, a causa de «ser tan prieta», es decir, por ser negra. Un invento inverosímil pero que, increíblemente, llega a las páginas de un diario con miles de lectores.
Para entender todo esto hay que recordar cuál es la motivación principal de muchos de estos «disidentes»: la emigración a Estados Unidos. Contra lo que dan a entender los medios -que el gobierno cubano es el principal obstáculo para su salida del país- es la obtención de visa de entrada a EEUU el impedimento fundamental a la hora de emigrar desde Cuba. Y una de las vías para obtener esta visa es la creación de un expediente personal de rebeldía política contra el gobierno de La Habana, basado en pequeños incidentes de este tipo que consigan algún reflejo en medios internacionales de prensa. Manuel David Orrio, periodista cubano que estuvo infiltrado durante años en la llamada «disidencia» cubana, lo explica perfectamente: «la absoluta mayoría (de los llamados `disidentes´ y `periodistas independientes´) terminan en una visa de refugio político. La verdadera motivación -o la motivación mayoritaria- es irse de Cuba. Eso predetermina muchas cosas, porque si yo pretendo alcanzar una visa de refugiado político, me debo crear un `expediente de perseguido político´(6)».
Un ejemplo de todo esto: trece familiares de Orlando Zapata, el preso cubano fallecido tras una huelga de hambre en 2010, han recibido ya la visa de EEUU para emigrar a territorio norteamericano (7). Y es que todo vale para mejorar el expediente político ante el gobierno de EEUU y así conseguir la visa a la que jamás habrían accedido por otras vías. Todo vale. Incluido el permitir que halcones de Miami y buitres de la «disidencia» en la Isla empujen a la muerte a un miembro de su propia familia.
(2) http://www.elmundo.es/america/
(3) http://www.elmundo.es/america/
(4) http://www.revistacaliban.cu/
(5) http://www.granma.cu/espanol/
(7) http://www.elmundo.es/america/
VIDEO cuyo guión es este artículo
http://www.cubainformacion.tv/
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