Para Leonard Cohen (1934-2016), in meoriam (https://www.youtube.com/watch?v=qKdNP1_1Hg8&t=77s) Para Fred Vargas, por su Adamsberg, por su reclusa, por su Madame Thérèse Si a usted, como a millones de ciudadanos y ciudadanas europeos antifascistas, no sólo no le avergüenza sino que le emociona y conmueve la fotografía de la entrada en París de la avanzadilla de la […]
Para Fred Vargas, por su Adamsberg, por su reclusa, por su Madame Thérèse
Si a usted, como a millones de ciudadanos y ciudadanas europeos antifascistas, no sólo no le avergüenza sino que le emociona y conmueve la fotografía de la entrada en París de la avanzadilla de la 9ª Compañía de la 2ª División Blindada de la Francia Libre [FL] del General De Gaulle, la mítica «División Leclerc», una compañía de choque formara casi íntegramente por exiliados republicanos españoles -146 de 160, más del 90%- bajo mando francés (Raymond Dronne, capitán de la 2ª División del Ejército de la FL: «Los hombres de «La Nueve» habían abrazado nuestra causa espontánea y voluntariamente. Eran, verdaderamente, combatientes de la libertad. Las tumbas de sus muertos jalonan la ruta gloriosa y dolorosa que siguieron desde Normandía a Berchtesgaden, y los supervivientes tuvieron el orgullo y la satisfacción de terminar la guerra en el santuario del nazismo del Nido del Águila»);
si a usted lo de «libertad, igualdad, justicia, solidaridad y fraternidad» (es decir, no a la «incivilizada civilización del capital) le parece algo más que una frase gastada que no compromete a nada;
si usted suele releer el poema «Patria» que Juan Bonilla escribió en honor del último verso de Antonio Machado: «Estos días azules y este sol de la infancia/ -lo comprenderás tarde- son tu única patria. / Estuvieron ya antes de que te calentaran/ y seguirán estando cuando te vayas./ Ni banderas ni himnos ni proclamas/ de una mente forjada en preguntas cansadas./ Un corazón latiendo y una mirada/ a la que el mundo dota de hambre y alma./ Estos días azules y este sol de la infancia/ nos defienden del cuento de un borracho/ lleno de ruido y furia que no significa nada»;
si usted no usa los términos «fascista» o «franquista» para etiquetar sin ton ni son (pero con mucha intención en quien lo practica) sus adversarios políticos;
si usted nunca ha suscrito aquello de «todo por la Patria», sea cual sea la Patria en cuestión;
si a usted no le parece de recibo que una joven periodista de La Directa se exprese en estos términos: «És evident [¡evidente!] que López Arnal ha escollit [escogido] el «Todo por la patria» (constitucional) maridat amb [con] el feixisme contra la democràcia de base [democracia de base!, de base!: qué risa tía Felisa, quin riure, quin riure, quin riure !] dels [de los] CDR;
si usted no sale de su asombro (aunque esté acostumbrado a casi todo y recuerda bien aquella antiquísima barbaridad política del «contra peor mejor») cuando oye a algunos secesionistas decir que preferían Rajoy a Sánchez y que fue una lástima que en el 1-O «los cuerpos de seguridad españoles» no actuaran de forma más contundente con el saldo de alguna tragedia a recordar en ese «día histórico» (ellos sí, felices, sin ninguna herida, sin ningún coscorrón);
si a usted no le sorprende ni siquiera un «poquito de nada» que los del PDCat, con el vist i plau del expresident amigo del estado de Israel, no estén en absoluto a favor de un cambio progresista de la política fiscal;
si usted es consciente que las cosas pueden ir a peor o a mucho peor porque el sector más ultranacionalista, más políticamente alocado, más «este país es nuestro», más hooligang, ha tomado el mando (¿momentáneamente?) del mundo secesionistas;
si usted está hasta aquí de las prácticas de liantes que sólo aspiran al lío y más lío;
si a usted le resulta insoportable, lo que de hecho es muy insoportable;
si usted piensa que tiene su qué que nada menos que el xenófobo vicario barcelonés del Sumo Pontífice gerundense sionista hable de «brotes fascistas» para referirse a acciones ciudadanas que no abonan su ultranacionalismo supremacista;
si usted aún recuerda aquello de «España nos roba» y los insultos a los trabajadores andaluces en paro por vagos y bebedores (salario medio en Cataluña: 1.747 euros; salario medio en Andalucía: 1.427 euros; salario medio en Extremadura: 1.333; salario medio español: 1.646);
si usted está desolado viendo -como es fácil ver- que el mal llamado procesismo está mostrando bien a las claras las inconsistencias, el seguidismo, la desnudez, la vaciedad en ocasiones, y, sobre todo, la incapacidad de rectificación y revisión de las izquierdas frente la ofensiva nacional-secesionista, izquierdas que han llegado a hablar de «la Cataluña ocupada por el Rey y las Fuerzas Armadas»;
si usted, como yo, está seguro de que no es posible lo que tal vez sea posible e incluso real: escuchar, e n la Plaza Mayor de Vic, con la megafonía a todo volumen: «No normalicemos la situación de excepcionalidad y de urgencia nacional. Recordemos cada día que todavía hay presos políticos y exiliados. No nos desviemos de nuestro objetivo: la independencia de Cataluña» (según la propia ANC este mensaje, en catalán, acompañado del repicar de campanas del reloj de Ayuntamiento, se emite cada día a las 20 horas);
si usted está hasta aquí de que el monotema marque y llene permanentemente la agenda política española y catalana como si el mundo, las preocupaciones, nuestros problemas y las alternativas se redujera a .Cat, .Cat y .Cat, tapando siempre lo que les interesa tapar (Ejemplo: 1. Las clases trabajadoras de Cataluña -entre 2016 y el segundo trimestre de 2018- han perdido casi 400 euros en poder adquisitivo; 2. Cataluña es la 9ª comunidad autónoma, según criterios de calidad en el trabajo (seguridad laboral, desarrollo profesional, etc), con una puntuación de 5,6 (Navarra, la primera, obtiene un 6,7 puntos y Madrid, la tercera, 6,5); 3. El alquiler representa ya el 29,3% del total de gastos nominales en el conjunto de Cataluña);
si usted es consciente de la contaminación que conllevan los lazos amarillos, las toneladas de plástico distribuidas por todo el territorio mientras la Fiscalía de Medio Ambiente está en perfecto estado de inactividad y silencio por el momento;
si usted es consciente de que las fuerzas secesionistas, que se las dan de demócratas-molt demòcrates han cerrado-secuestrado el Parlamento de Cataluña;
si usted no sale de su asombro con este tuit de Xavier Domènech: «La confusión interesada de Ciudadanos entre un espacio público de todos y todas y un espacio público donde nadie pueda decir nada (sic), esconde en realidad una estrategia deliberada de tensión que muestra lo que realmente son»: ¿fueron Ciudadanos, por alejados que estén ustedes de muchas de sus posiciones económicas y laborales, los que desde el gobierno y las instituciones catalanas no han dejado de impulsar y abonar un enfrentamiento ciudadano etno-lingüístico?;
si a usted eso de que «la calle es mía» o «el carrrer és i serà sempre nostre» le suena mal pero que muy mal (al tiempo que Fraga reaparece en su archivo de los recuerdos salvajes);
si usted está más que alejado de afirmaciones como aquella oscura reflexión de hace tantos y tantos años sobre «la unidad de destino en lo universal», se hable de Es, de Cat o de los PPCC;
si está usted muy lejos de Rajoy, Aznar, Casado o afines, tan lejos como de Pujol, Mas, Puigdemont, Torra y seguidores y apoyos;
si está harto de que algunos hablen de usted (o de sus amigos, conocidos y familiares) en términos de «chusma», «murcianos», «charnegos», «incultos», «vagos», «andaluces», «colonizadores lingüísticos», «instrumentos útiles del franquismo» o incluso (esta vez en forma bienintencionada) de «els altres catalans»;
si a usted le sorprende el entusiasmo secesionista, a prueba de todo tipo de contraejemplos, de algunos argentinos catalanes (que usan también la expresión «Estado español» para hablar de España pero nunca «Estado argentino» para hablar de Argentina), mientras apenas oye referencias suyas a la situación del pueblo mapuche o alguna reflexión sobre cuál sería la opinión de esa comunidad si gozaran de la autonomía política que tiene actualmente Cataluña;
si usted suele recordar unos versos de «Los tejedores» de Heinrich Heine (que en mi caso, como en el de Néstor Kohan, conocí al leer la voz «Karl Marx» de Manuel Sacristán en la Enciclopedia Universitas de Salvat hace un porrón de años): «Maldito el rey, el rey de los ricos/ Que no ablandó nuestra miseria,/ Que nos arranca lo que sudamos,/ Que como perros nos manda matar./ Tejemos, tejemos./ Maldita sea la patria falsa,/ Para nosotros humillación/ Siega temprana de toda flor,/ Festín podrido de los gusanos/ Tejemos, tejemos;
si usted, como León Felipe, está harto o hartísimo de tanto cuento falsario nacionalista sobre la República, la guerra civil o la «construcció de una nova República dels somriures»;
si a usted también le entristece que voces como las de Concha Méndez o María Teresa León sean, prácticamente, voces desconocidas en toda España;
si usted piensa que puestos a hablar de «exiliados políticos» (y esta vez en serio) sería justo hablar de Marina Pibernat Vila y su condena por el nacionalismo excluyente realmente existente (y la vergüenza del no apoyo de la dirección de EUiA-J.J. Nuet);
si usted ha sabido del fallecimiento de Josep Fontana con el corazón partío y ha escuchado, con el alma en vivo, la inolvidable y sentida intervención de su editor y amigo Gonzalo Pontón;
si usted se queda sin habla cuando lee estas declaraciones de Elisenda Paluzie, una de las holigangs más hooligans del mundo secesionista: 1. «Desde el ANC […] estamos valorando hacer una parada de país, tal vez de unas horas, pero es muy embrionario porque hay que hablarlo con los sindicatos. No es algo de la ANC sólo [¡hablarlo con los sindicatos!] «. 2. «Con lo que hizo España [‘¡España hizo!] el 1-O los argumentos favorables a la independencia de Catalunya han aumentado. Ahora se entiende mejor, a la opinión pública en todo el mundo, que los catalanes quieran independizarse»;
si usted también piensa que lo del 3 (o más) % es uno de los mayores escándalos de corrupción y manipulación de la España contemporánea (con silencio cómplices a derecha… e izquierda);
si usted tal vez suele pensar en una reflexión de 1949 de Max Delbrück -«Cada célula vida lleva consigo las experiencias de mil millones de años de experimentación por parte de sus ancestros. No es posible explicar de otro modo tanta sabiduría con tan pocas palabras»- cuando lee o relee aquella reflexión (de la que probablemente bebió el mismísimo Carl Sagan) del presidente republicano Manuel Azaña, cuya tumba refleja la desolación de aquella tragedia colectiva: «Todos somos hijos del mismos Sol y tributarios del mismo arroyo»;
si opina, como opinan de hecho algunos (pocos)secesionistas, que los seguidores del «procés» han menospreciado reiteradamente a la ciudadanía catalana (y también a la española) que no comparte su proyecto independentista;
si sabe, en contra de lo que insistentemente aseguran las fuerzas nacionalistas, que España es, a día de hoy, uno de los países del mundo con menos índice de nacionalismo (J. W Becker: Opinión pública internacional e identidad nacional);
si usted no sale de su asombro cuando lee las cosas que lee sobre las alteraciones de lo dicho por Llarena en la querella -¡viva el lío!- de Puigdemont en Bélgica;
si piensa que palabras como las siguientes (Jordi Pujol, 1990): «elección y divulgación de los conceptos que permiten el máximo fortalecimiento de nuestro pueblo (ser más cultos, más modernos, más cívicos, más solidarios, más europeos, amar el trabajo, justo por el trabajo bien hecho, constatar las raíces, vigencia de los valores cristianos…) de acuerdo con los desafíos que plantea el mundo actual… Sólo avanzan los pueblos que son jóvenes. Es necesario concienciar a nuestro pueblo de la necesidad de tener más hijos para garantizar nuestra personalidad colectiva» son excelentes -vomitivos y soeces a un tiempo- ejemplos de supremacismo, catolicismo demográfico, nacional-cristianismo conservador, palabras que muestran la hegemonía generalizada, sin apenas combate, resistencia ni disidencias, del pujolismo (la verdadera filosofía-concepción del mundo de .Cat) durante años y años que llegaron a ser décadas;
si no puede evitar desternillarse de risa durante 19 días y 500 noches y pensar en «leyendas históricas» cuando oye hablar de Cataluña, a día de hoy, en términos de «opresión nacional» o con expresiones afines;
si usted aún recuerda la gran y educada reflexión político-filosófica del expresident sionista, uno de los hijos políticos del gran manipulador y defraudador, tras las elecciones (que perdió y perdieron) del 21D: «¡España tiene un pollo de cojones!», «Ja, ja, ja, ja, ja…»;
si a usted los Mossos, muchas de las actuaciones de los Mossos, le recuerdan cada vez más las prácticas de una policía política;
si usted se lo ha pasado en grande leyendo los «Apuntes sobre el teoría del pollo» de Pau Luque Sánchez (https://elpais.com/ccaa/2018/08/29/catalunya/1535563409_512228.html; los puntos 9 y 10 de la teoría: «9. Da instrucciones a tu gente para que identifique, basándose en la ley mordaza, a personas que quitan lazos amarillos. Luego haz que pidan la derogación de la ley mordaza en el Congreso. A continuación, haz que la apliquen. Por último, pide que la deroguen e, inmediatamente después, que la apliquen. Y 10. Di a todo el mundo que este próximo otoño va a haber cambios políticos palpables y que vas a aprovechar la ventana de oportunidad. A continuación, monta un pollo detrás de otro hasta que la cantidad de pollos sea tan grande y tan grotesca que (a) hagas creer a la parroquia independentista más abducida que has hecho historia, la que sea; (b) hagas creer a la parroquia españolista furibunda y decimonónica que has hecho contrahistoria alterando la unidad de destino; y (c) te hagas creer a ti mismo que has llevado la práctica del pollo a un nivel sublime»);
si usted no duda de la intencionalidad política de la demanda planteada por Puigdemont y exconsellers ante la jurisdicción belga (todo vale: «vulneración sistemática de los derechos fundamentales de la minoría independentista»; «[ponen] a España al lado de Kazajistán entre los Estados delincuentes que se niegan a someterse a los principios que rigen los derechos fundamentales universales»), sin recusar al juez Llarena dentro del proceso de naturaleza penal que se está siguiendo en España, y piensa, como señala Ramon Campderrich Bravo, que «la actitud de Podemos a día de hoy respecto a la posición del gobierno (cuyos titubeos no lo han sido menos) en relación con la demanda civil contra Llarena es penosa» y que la cuestión de fondo, como también señala RCB, es «si se quiere o no alimentar la repugnante leyenda de un «pueblo» -el de Cataluña- «oprimido por el estado español» y correr el riesgo de permitir sin ofrecer resistencia que Bélgica, que se ha mostrado muy receptiva, según parece, con los catalanistas (sus motivos tendrá, pero serán tan poco idealistas como los de cualquier gobierno) les haga el juego para debilitar al estado español»;
si opina, como yo opino, que «el silencio, el «no les molestemos», el «calladitos estamos mejor», el «no tiene mucha importancia», el «en el fondo son buena gente», el «dejémoslos que se entretengan», el «se sienten muy catalanes y ya está», etc., etc, todo eso, ha llegado a su fin y que ya basta de falso victimismo que alimenta neuras colectivas y construcciones nacionales interesadas;
si a usted no le parece de recibo pintadas como «Goma-2 / España-0» cerca del CEIP Tàbor (en Provença-Cartagena, un colegio público de Barcelona), sin que nadie (hasta el momento) haya tomado la iniciativa de borrarla;
si para usted el 11S .Cat es, a día de hoy, una fecha excluyente, estrictamente secesionista, y que su 11S es el que recuerda a Salvador Allende, la Unidad Popular y tragedia chilena;
si también piensa que fue un insulto, un insulto político que no conviene olvidar, tildar de «manifestaciones fascistas» (con apoyo de algunos líderes y cuadros de izquierda), las masivas concentraciones populares de octubre de 2017;
si usted opina que no deberían dar lecciones a nadie teniendo en cuenta los éxitos conseguidos en su momento por Plataforma per Catalunya o esta «profunda reflexión» del Moviment Identitari Català, MIC (que defiende una «Catalunya catalana»): «Lucho por ver desaparecer esta garrapata asquerosa tan arraigada, este espíritu castellano que tan cerca tenemos»;
si usted piensa que Joaquim Coll no anda muy desencaminado (lo contrario es verdadero) cuando afirma y argumenta : » La lamentable persistencia de grupúsculos franquistas, por fortuna muy minoritarios, o de extrema derecha españolista, que en algunos casos protagonizan actuaciones violentas, no nos puede confundir sobre el hecho de que hoy el auténtico peligro para la democracia en Catalunya es la ideología separatista. Se trata de un movimiento ultranacionalista de naturaleza hispanófoba, que desprecia al resto de los catalanes, y para el que todo está permitido, desde fabricar ‘fake news’ en redes, recurrir a la homofobia para criticar a los rivales políticos, hasta cerrar el Parlament si eso conviene a sus intereses. Recurre sin pudor a la manipulación y la mentira, cultiva el resentimiento y el victimismo para atrapar emocionalmente a su parroquia. Se envuelve con la bandera de la libertad pero es una ideología xenófoba, antidemocrática y, por tanto, neofascista»;
si es consciente, cada vez más consciente, de lo que ha significado la interesada ideología (indiscutible en el agoa salvo riesgo de marginación, condena o insulto) de «som un sol poble»;
si el amarillo tal vez fuera su color en tiempos de Donovan (con dudas por aquello de los sindicatos amarillos) pero ya ha dejado de serlo ante el permanente intento de ocupación del espacio público, el de todos y todas, por una simbología secesionista que se impone y imponen en términos sagrados, intocables;
si ha tomado consciencia -con dolor, incluso con rabia- de la fuerte (e injustificable) hispanofobia que alimenta a partidarios (licenciados, ingenieros, doctores, gente aparentemente culta) del movimiento secesionista, abonada institucional, asociativa y familiarmente desde pozos abisales (y abismales) de desconocimiento de las culturas españolas, incluso de la historia popular de España (empezando por la heroica resistencia del pueblo de Madrid durante la guerra civil);
si no le parece mal de l todo esta versión de Joan Ferran del poema machadiano «El mañana efímero»: » La Cataluña de paella y ratafía, procés y melancolía, devota de banderas y Badias, de espíritu victimista y alma de ‘tieta’, tendrá su día, su réquiem sus exegetas… Esa Cataluña inferior cascarrabias y triste, paradigma de la queja, anacrónica y posturera; esa Cataluña inferior, de alboroto festivo y bufones homófobos, esa que llora mientras con la cruz embiste, tendrá algún día nuevos poetas que la redimirán. La Cataluña estomacal de Pilares omniscientes, tractores amarillos, agitadores de pantalla, fanáticos supremacistas, falacias y porcentajes múltiples de tres, jamás engendrará un mañana prometedor…»;
si… descansemos, respiremos, ¡hemos vuelto hace poco de vacaciones! No les canso más. ¡Ya basta de antecedentes de condicionales incompletas! La semana que viene los completo con un solo consecuente.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.