Algunos vértices del escenario de la política catalana conducida por el gobierno de los mejores privatizadores durante la «Breve», la legislatura con más comida, bebida y diseños propios: El conseller de Economía Mas-Colell inaugura el curso académico 2011-2012. ¿Dónde? En el Círculo de Empresarios de Barcelona. Más claro imposible. Después de desarrollar una nueva apología […]
Algunos vértices del escenario de la política catalana conducida por el gobierno de los mejores privatizadores durante la «Breve», la legislatura con más comida, bebida y diseños propios:
El conseller de Economía Mas-Colell inaugura el curso académico 2011-2012. ¿Dónde? En el Círculo de Empresarios de Barcelona. Más claro imposible. Después de desarrollar una nueva apología del neoliberalismo en los términos y «argumentos sesudos» a los que nos tiene acostumbrados, toma pie en una cita de su amigo Boada del Círculo empresarial de Madrid [1] sobre el sector público y la expansión incontrolable de los gases, hace una pequeña parada estudiada y comenta: «Pero ahora lo público está pasando malos momentos, muy malos momentos». Finalmente, dirigiéndose a los asistentes, empresarios ávidos de beneficios y nuevas territorios de inversión, les espeta: «¡Aprovéchenlo!».
Lo ya sabido, dirán; desde luego. Recordemos también las declaraciones del conseller de Sanidad sobre la sanidad y los derechos ciudadanos (en este caso, en su opinión, un no-derecho); los recortes-hachazos en educación, en sanidad y en servios sociales; la disminución de las retribuciones de los trabajadores públicos; el aumento de las matrículas universitarias; la imposición de una matrícula en los estudios de ciclos de formativos de grado superior; el infame (des)control y reducción del RMI. Y así siguiendo.
Junto a eso, en paralelo, el caso Millet-Palau-CiU; Oriol Pujol y la ITV; Unió y su currículum financiero de siempre; Ferrovial y sus generosas comisiones de un millón de euros a CiU; el caso Pretoria; la apuesta frustrada por Eurovegas; la blavera alternativa Barcelona World. Largo etcétera.
Sumando, también, casos de represión. Para que se enteren quien tiene mando en esta plaza. Un ejemplo [2]:
«Los editores de la revista Cafè amb llet (Café con Leche) serán juzgados este jueves [27 de septiembre] tras destapar un supuesto entramado corrupto alrededor de la sanidad pública catalana. El presidente del Parc de Salut de Barcelona y asesor de Presidencia, Josep Maria Via Rodons, demandó a los responsables de la publicación por «atentado al honor», y les reclama una indemnización de 20.000 euros en concepto de daños y perjuicios. «Ellos se han gastado el dinero del pueblo, se les pregunta en qué y no responden, y aún tenemos que responder nosotros ante los tribunales por contarlo», denuncia Albano Dante, director de la revista».
La historia es conocida: los editores de Café amb llet se propusieron explicar como funcionaban los hospitales de algunas comarcas catalanas. ¿Qué encontraron tras una investigación que se alargó durante unos dos años? Pues «la opacidad de determinada información relativa al gasto de dinero público y a las retribuciones de los altos directivos». Su video ‘El robo más grande de la historia de Cataluña’, puede verse en YouTube ha recibido más de 300.000 visitas [3]. El entramado apunta a dirigentes -y militantes- de CiU, principalmente, pero también a cuadros del PSC. La socioconvergencia de hace unos pocos años.
Los responsables de la revista, paradoja de paradojas, llegan a juicio antes de que lo hagan los presuntos casos de corrupción que destaparon. Es el país de Mas. Y hay más, mucho más.
Hasta aquí, pues, el marco. Un resumen para situarnos rápidamente -tomo pie en un artículo de Francesc Valls [4]: 821.600 parados en Catalunya; 80.000 enfermos que no tienen aún fecha de intervención; 200.000 ciudadanos que esperan una prueva diagnóstica. En fin, descenso de los fondos destinados a políticas sociales en un 4,6%. ¡En 22 meses, en menos de dos años de mal gobierno!
Ahora vienen las propuestas.
Se ha publicado un borrador de la resolución que CiU presentará, probablemente con alguna modificación, en el pleno del Parlament catalán del próximo 27 de septiembre [5]. Los puntos 7 y 9 señalan (ayudo un poco en la lectura):
«7. Constata la necessitat de que en aquest procés, que es produeix en un context de greu crisi econòmica que provoca greus patiments en amplis sectors de la societat, es garanteixi la cohesió social del país,i la voluntat expressada en múltiples ocasions per la societat catalana de mantenir Catalunya com un sol poble…
Este proceso de «soberanismo», se apunta, se realiza en un contexto de grave crisis económica causante de fuertes sufrimientos en amplios sectores de la sociedad, constatando la necesidad de que se garantice la cohesión social del país y la voluntad de mantener Catalunya como un solo pueblo.
¡Cómo han leído! ¿Qué querrá decir aquí «cohesión social», «un solo pueblo» para los publicistas de CiU? Misterios político-semánticos
Hay más: El punto noveno dice así:
«9. Constata que qualsevol avenç cap a més estructures d’estat implica la necessitat de defensar, i no pas desmantellar, les estructures d’estat de les que Catalunya ja disposa, en especial les de tots els serveis públics que conformen l’estat de benestar com l’educació, la sanitat i els serveis socials, així com les de l’administració pública de la Generalitat i dels ens locals i les dels mitjans públics de comunicació».
Las nuevas estructuras de Estado que desean no pretenden desmantelar sino defender las estructuras que Catalunya ya dispone, especialmente -¡respiren hondo!- los servicios públicos que componen el estado de bienestar -educación, sanidad y servicios sociales-, así como la administración de la Generalitat, los entes locales y los medios públicos de comunicación (que, en sus manos, son medios privatizados partidísticamente,al estilo de doña Aguirre, de intoxicación cultural).
Los lógicos describirían lo anterior -la contraposición entre lo hecho y dicho, y lo ahora anunciado- como un caso evidente de inconsistencia lógica. De manual de primer curso
En política la expresión suena mejor, más fuerte y acaso transmita más veracidad: cinismo político, caradura inconmensurable, tomadura de pelo a la ciudadanía más desfavorecida, la que no cuenta en sus cuentas insaciables.
¡Cómo pueden hablar ellos de cohesión social y de defensa del Estado de bienestar! ¡Cada día producen más arcadas y vómitos! ¡Esta es la peña que supuestamente va a conducir al país al Paraíso de la soberanía y la independencia, promoviendo una cultura en la que España queda reducida a Queipo del Llano, la señora Aguirre y el señor Bono! Eso sí, a doña Cristina, que es casi de la casa, y a don Juan Carlos I, a pesar de que es un Borbón, que no se les toque. Cuanto menos por ahora.
Por cierto: ha finalizado la legislatura más breve de estos últimos treinta años. Menos de dos años. Es hora de hacer balance. Cojamos el programa de CiU y veamos qué cosas han cumplido. Apenas nada. Se han, digamos, inventado toda la política antiobrera y antisocial que con puño de hierro han conducido durante estos 22 meses. Nada que ver con lo anunciado en sus mítines y papeles pero, eso sí, directamente relacionado con lo que cocinaban con nocturnidad y alevosía en despachos, sedes y encuentros.
En un punto, eso sí, han sido coherentes con su programa: la eliminación del impuesto de herencia a las grandes fortunas de Catalunya. Les habrán regalado hasta el momento unos 600 0 700 millones de euros. ¡Su generosidad conmueve!
Notas:
[1] Aquí, desde luego, no importa que don Boada sea de «Madrid».
[3] Varios altos cargos de la sanidad catalana beneficiaron de contratos millonarios a sus empresas privadas. La trama salpicaba, señala la investigación, al director del Institut Català de la Salut (ICS), Josep Prat. Además de dirigir la principal empresa pública de servicios sanitarios de Cataluña, era director general del holding Innova (sueldo: 280.000 euros anuales). También figura en el informe la concesión de contratos por unos 50 millones de euros al grupo de alimentación Serhs. Su presidente y principal accionista, Ramón Bagó, lleva décadas -¡décadas!- ocupando cargos de dirección en el Consorcio de la Salud y Social de Cataluña (CSC). ¡A él que le registren!
[4] Francesc Valls, «La salida soberanista». El País, 26 de septiembre de 2012, p. 11.
[5] No recordar que ese día de 1975 fueron asesinados cinco militantes antifranquistas, ninguno de ellos considerado víctima del terrorismo de Estado, tampoco sus familiares claro está, no sólo sería imperdonable sino una nueva infamia sobre su memoria. No habita en ella nuestro olvido.
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