Mientras América Latina ostenta el mayor índice de deforestación mundial, Cuba mantiene una serie de proyectos que le posibilitan ser la única nación del continente con un crecimiento sostenible de sus bosques. Estudios recientes de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación revelan que la pérdida anual de la floresta del […]
Mientras América Latina ostenta el mayor índice de deforestación mundial, Cuba mantiene una serie de proyectos que le posibilitan ser la única nación del continente con un crecimiento sostenible de sus bosques.
Estudios recientes de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación revelan que la pérdida anual de la floresta del planeta asciende a 7,3 millones de hectáreas, una superficie equivalente a la de Panamá.
Frente a ese panorama desolador, la isla caribeña mantiene planes de repoblación forestal en tierras que antes se destinaban a otros fines, fundamentalmente las liberadas de caña de azúcar.
La Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF), organización que aglutina a más de 17 mil especialistas del ramo, realiza un programa de siembra de árboles en cada comunidad del país.
Eduardo Martínez, uno de los secretarios de la ACTAF, dijo que el proyecto abarca la aplicación de la silvicultura urbana y rural, y promueve, asimismo, la divulgación en la población de la importancia de los bosques para la vida humana.
Destacó la siembra y cuidado de plantas en zonas de las ciudades como patios, parques, escuelas, centros de trabajo, avenidas y autopistas, donde los árboles pueden brindar sus múltiples usos.
Bautizado como «Mi programa verde», entre sus beneficios figuran el embellecimiento del paisaje, la recreación sana, la educación medioambiental y el bienestar psicológico que facilitan los espacios naturales, precisó.
Las zonas boscosas de Cuba fueron saqueadas por más de cuatro siglos de vasallaje colonialista por parte de España y luego Estados Unidos, una situación que se revirtió, definitivamente, a partir del triunfo revolucionario de 1959.
En la actualidad, el archipiélago cubano posee un 23,6 por ciento de su territorio cubierto por árboles, cota que el programa de desarrollo forestal vigente hoy pretende elevar a 29,3 por ciento en una década.