Los cubanos destinan hoy esfuerzos y recursos para incrementar su índice de boscosidad de más del 24 por ciento, conscientes de la importancia de los árboles como pulmones del planeta. Mientras América Latina ostenta el mayor índice de deforestación del planeta, Cuba mantiene programas que lo hacen el único país del continente con un crecimiento […]
Los cubanos destinan hoy esfuerzos y recursos para incrementar su índice de boscosidad de más del 24 por ciento, conscientes de la importancia de los árboles como pulmones del planeta. Mientras América Latina ostenta el mayor índice de deforestación del planeta, Cuba mantiene programas que lo hacen el único país del continente con un crecimiento sostenible de sus bosques.
Una investigación de Naciones Unidas ubicó a América del Sur con la pérdida de unos 4,3 millones de hectáreas de bosques entre 2000 y 2005, mientras Africa se quedó sin cuatro millones de hectáreas en el mismo período.
Frente a ese panorama, la isla antillana realiza un plan de repoblación de árboles en tierras antes destinadas a otros fines, fundamentalmente las liberadas del cultivo de la caña de azúcar.
Las áreas verdes cubanas fueron saqueadas durante más de cuatro siglos, y desde 1902 a 1959 la cubierta boscosa nacional se vio reducida a la dramática cifra de 14, situación que se revirtió a partir del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959. El programa de desarrollo forestal cubano pretende elevar la superficie de su población de árboles hasta el 29,3 por ciento del territorio nacional en apenas 10 años.
Uno de los cambios cualitativos más importantes en esa materia lo constituye el trabajo realizado para aumentar la sobrevivencia de los árboles plantados, que registra valores cercanos al 90 por ciento. Gracias a una adecuada reforestación, la provincia de Santiago de Cuba, a 860 kilómetros al este de La Habana, aumentó en los últimos cinco años su índice de boscosidad hasta situarlo en 28 por ciento, uno de los más altos de la isla caribeña.
Los más de 39 mil trabajadores forestales del oriental territorio santiaguero se enfrascan en esa tarea, sin descuidar la eficiencia y los principales indicadores de la productividad del trabajo. La Empresa Forestal allí prevé la producción y siembra de millones de posturas para el segundo semestre, así como impulsar las actividades de los viveros y la recolección de semillas, entre otras.
Otra meta es disminuir el número de incendios que se registran en las zonas boscosas en los últimos tiempos a causa de la intensa sequía y al alza en las temperaturas, por lo que habrá una estrecha vigilancia sobre los sitios de mayor riesgo.
Especial atención se prestará a las zonas de mayor biodiversidad, como una garantía para la protección de la rica flora y fauna que dan vida a los bosques cubanos. msl/abm