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Elaboran científicos el mapa del ADN del grano para evitar patentes de trasnacionales

India intenta proteger el arroz basmati de la biopiratería internacional

Fuentes: La Jornada

Con el arroz genéticamente modificado se busca proteger de la codicia extranjera a esa gramínea. En la imagen, campesinos norcoreanos trabajan en un campo de arroz FOTO Reuters Nueva Delhi, 11 de noviembre. Científicos indios elaboran el mapa del ADN de uno de los productos alimenticios básicos del país: el arroz basmati. Ante la preocupación […]

Con el arroz genéticamente modificado se busca proteger de la codicia extranjera a esa gramínea. En la imagen, campesinos norcoreanos trabajan en un campo de arroz FOTO Reuters

Nueva Delhi, 11 de noviembre. Científicos indios elaboran el mapa del ADN de uno de los productos alimenticios básicos del país: el arroz basmati. Ante la preocupación de que las trasnacionales de Occidente pretendan sacar patentes de ese alimento, su objetivo no es producir arroz genéticamente modificado, sino proteger de la codicia extranjera uno de los productos nacionales más atesorados.

El basmati es favorito de los estudiantes porque es fácil de cocinar, pero para los conocedores sus granos largos y su aroma natural lo convierten en una de las variedades de arroz más deseadas en el mundo. Es uno de los principales productos de exportación del sector agrícola de India.

Ya en alguna ocasión anterior el país combatió el intento de una compañía estadunidense por registrar bajo el nombre basmati un producto propio, mezcla de arroz estadunidense y basmati indio. En contraste, el auténtico arroz basmati es un producto natural, cultivado con métodos sumamente tradicionales.

El proyecto, que busca demostrar que el arroz basmati es quintaesencialmente indio, es indicio de la forma en que los métodos de modificación genética están transformando la industria agrícola. Hoy día los agricultores tradicionales tratan de luchar contra la llamada «piratería genética». Todo mundo sabe que el arroz basmati proviene de India, pero expertos jurídicos advierten que no hay forma de demostrarlo en un tribunal. Allí es donde entran los científicos.

El Consejo Indio de Investigación Agrícola (ICAR, por sus siglas en inglés) aspira a obtener las «huellas digitales» genéticas de 72 diferentes variedades de basmati que se cultivan en diversas regiones del país.

KS Money, presidente de la Autoridad Exportadora de Agricultura y Productos Conexos de India, declaró al diario Indian Express: «Siempre es mejor contar con registros de nuestra biodiversidad y germoplasma, para que si alguien usa nuestra variedad y reclama derechos de propiedad intelectual, seamos capaces de enfrentarlo».

JL Karihaloo, director de la Oficina Nacional de Investigación Genética de las Plantas, indicó: «Desarrollamos una especie de código de barras única para la variedad. En medicina forense se utilizan las huellas digitales del ADN para identificar criminales. Se ha desarrollado la misma aplicación para las plantas».

En el pasado, algunas naciones han combatido intentos de compañías extranjeras por registrar los nombres de sus productos tradicionales. Francia ha tenido éxito en proteger los nombres de sus quesos y de sus regiones productoras de vino. La República Checa se vio en dificultades para evitar que la empresa estadunidense Anheuser-Busch registrara la cerveza Budweiser, cuyo nombre proviene de la población checa de Budweis. Sin embargo, el mapeo de ADN en India es un intento de patentar, no el nombre, sino el producto mismo.

El ICAR espera completar el mapa del ADN del arroz basmati en unos dos años. Ya ha obtenido las huellas digitales de 42 variedades de chile, 243 de plátano y 30 de mango, entre ellas los muy buscados mangos Alfonso. Planea comenzar en breve a trabajar con especias.

Traducción Jorge Anaya

© The Independent