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Indígnate sin pagar, es la acción

Fuentes: Rebelión

En Francia el libro «Indígnate» salió con el precio de 3 euros, aquí, en España cuesta 6 euros, y el autor y el traductor renunciaron a cobrar derechos. «Reacciona», en España cuesta 9 euros, José Luis San Pedro renuncia a sus derechos, los restantes parece ser que no, y las editoriales desde luego que tampoco. […]

En Francia el libro «Indígnate» salió con el precio de 3 euros, aquí, en España cuesta 6 euros, y el autor y el traductor renunciaron a cobrar derechos. «Reacciona», en España cuesta 9 euros, José Luis San Pedro renuncia a sus derechos, los restantes parece ser que no, y las editoriales desde luego que tampoco. Tiene otro lado a observar con detenimiento: se airea el cabreo de los ciudadanos, ¿y los lectores se pacifican, ya disponen de una teorización, de una explicación?, ¿con eso es suficiente? Está bien que lo dicho en estos libros se difunda, aunque si se consigue encauzar en los márgenes de lo establecido, de la normativa, del orden, los efectos de la lectura resultan como los de una tisana, tranquilizan, y con ello se reposa la acritud de lo vivido.

¿Quién tiene fuerza moral para decir a los jóvenes y a los no jóvenes «indígnate», «reacciona»?: está bien que los intelectuales se sumen a los demás, desde luego que sí. Pero, como intelectuales tienen un papel en la sociedad que no se acaba con sacar un panfleto encuadernado y por el que se cobra. Hay autores y autoras que desde mucho antes han escrito y escriben llevando a la reflexión, que profundizan en tareas realizadas y a realizar, y no se han visto lanzados al son de la propaganda, por algo será, y algo dirán que el sistema no puede encauzar tranquilamente.

Cuando hay tanto trabajador en organizaciones sociales, partidos de izquierda, periódicos y revistas de izquierda, diarios en internet de izquierda,… que no cobran nada, que se han dejado y se dejan la vida sin pedir ni tan siquiera que salga su nombre, no suena bien que algún llamado intelectual, conocido, como si no lo es, cobre, sin necesitarlo, por vender, desde los cauces establecidos una palabra de ánimo a los que pretenden salir del abatimiento moral a que los gobiernos y sus banqueros han llevado al conjunto de la población. Se espera que den algo más que una palabra de ánimo. ¿Darán el paso de agitar en la calle, de sumarse y respaldar como intelectuales la militancia contra la norma, contra quienes la imponen, contra quienes ocultan la verdad y utilizan todos los medios de difusión para hacer ignorante al pueblo en su conjunto, contra quienes nos condenan por su crisis, contra quienes nos condenan por su franquismo, por sus leyes para ocultar los crímenes franquistas, contra los sucesores del pasado en el poder, contra quienes recortan los presupuestos sociales y destinan dinero a la guerra además como colaboración con los imperialistas, o dan dinero de todos a otro Estado como es la iglesia vaticana que además se le permite no pagar impuestos, insultar a quienes no estén de acuerdo con ella, amenazar e imponer sus criterios en la sociedad?, ¿se pondrán, los intelectuales, en la calle en contra de que los gobernantes destinen dinero de todos los trabajadores a financiar las corridas de toros, en contra de que los ricos no declaren o declaren en otros países para no pagar, se pondrán de parte de los trabajadores que en huelga defienden sus derechos, se pondrán junto al pueblo contra el gobierno por su venta-privatización de los bienes públicos, aeropuertos, agua, sanidad, enseñanza,… se pondrán en contra del gobierno por su entrega del dinero de los trabajadores a los banqueros que les financian las campañas publicitarias y les dicen lo que tienen que hacer, se pondrán en contra del gobierno que defiende leyes para que los banqueros puedan desahuciar a los trabajadores y echarlos de sus casas a la calle, se pondrán en contra de la represión allí donde la emplea el gobierno contra los trabajadores por defender sus derechos, se pondrán en contra del gobierno por su ley antidemocrática de partidos, se pondrán en contra del gobierno que sostiene una ley electoral antidemocrática,…? ¿Darán ese paso?

No puedo evitar preguntarme: ¿Qué querrá decir que el sistema soporte tan bien la venta de esos libros por miles? ¿Son inofensivos? ¿Será que una vez encauzado lo que dicen, con la lectura individual se desvanece su impulso y el efecto social es el contrario al que parecía buscar?

Los movimientos sociales y los partidos de la izquierda reparten en cada manifestación páginas y páginas, denominadas toda la vida «panfletos», ¿se quieren quedar con el nombre y dárnoslos encuadernados? Son instrumentos de agitación, para que se tome conciencia, se aprenda y se reaccione, son gratis. Vaya usted a las manifestaciones y recibirá un buen número de ellos, siempre escritos por voluntarios que no cobran y de los que ninguna empresa recibe beneficios; todas esas páginas, panfletos, le dan razones para indignarse, para reaccionar. Con su asistencia debe manifestar su indignación, su reacción ante el sistema de vida que le marcan y el camino por el que nos meten a todos. Su presencia y su indignación, la suya, la de usted, sí que producen efecto, los antenistas del poder lo captan sobre la marcha, acuda, indígnese ahí, a la Puerta del Sol de Madrid el 28 de abril, jueves, le convoca la Plataforma contra la Impunidad del franquismo de 20 a 21 horas (8 a 9 de la noche), y el 1º de mayo en la manifestación obrera, esté en la ciudad o pueblo que esté, usted tiene razones para indignarse y reaccionar y lo sabe. Acuda a las manifestaciones y después haga con lo recogido y lo aprendido lo que un intelectual comprometido como Rodolfo Walsh recomendaba: «Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copia a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad.» Para eso hace falta que usted sea una persona consciente, que le indigne lo que el gobierno, sus ejecutores, su patronal, sus banqueros, imponen; hace falta que usted no se quede esperando, que sea una persona activa, que reaccione y se sume a los suyos, los desposeídos que se defienden y hacen su trabajo en la izquierda, y sin pedirle nada a cambio.

Ramón Pedregal Casanova es autor de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios», edita Fundación Domingo Malagón y Asociación Foro por la Memoria ([email protected])

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.