En el artículo de José Manzaneda, «Reporteros sin Fronteras … morales«, se indica que según «las investigaciones de periodistas como el canadiense Jean-Guy Allard, la estadounidense Diana Barahona o el francés Salim Lamrani, ‘Reporteros sin Fronteras’, es una organización sostenida económica y políticamente por los mayores depredadores de la libertad de información en el mundo: […]
En el artículo de José Manzaneda, «Reporteros sin Fronteras … morales«, se indica que según «las investigaciones de periodistas como el canadiense Jean-Guy Allard, la estadounidense Diana Barahona o el francés Salim Lamrani, ‘Reporteros sin Fronteras’, es una organización sostenida económica y políticamente por los mayores depredadores de la libertad de información en el mundo: los grandes monopolios de la comunicación y los gobiernos de las potencias occidentales, principalmente el de los Estados Unidos. No en vano el diagnóstico de esta ONG acerca de los lugares donde la libertad de prensa está más amenazada coincide a la letra con el del Departamento de Estado de Washington.
Precisa Manzaneda que, «estos Mercenarios sin Fronteras se dedican a otra cosa: a financiar a pseudoperiodistas que trabajan en Cuba al servicio de los intereses de Estados Unidos en la Isla, y cuya oficina de trabajo es -ni más ni menos- la propia egación diplomática norteamericana en La Habana.»
También afirma el coordinador de Cubainformación que, «además del gobierno francés y la Unión Europea, Reporteros sin Fronteras recibe cuantiosos fondos de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), auténtica tapadera civil de la CIA dedicada a defender la política de agresión de Estados Unidos contra cualquier modelo político contrario a los intereses norteamericanos».
Es precisamente esta ONG con sede en París, «paradigma de la libertad de expresión», que tiene un presupuesto anual de más de 4 millones de dólares, la que en su informe de 2011 incluyó nuevamente a Cuba en la lista de los «Diez países enemigos de Internet», al considerar que en la isla se impide el acceso a la red de redes.
Según el informe, «los internautas cubanos se enfrentan hasta a 20 años de prisión si publican un artículo juzgado ‘contrarrevolucionario’ en Internet alojado en el extranjero». Parece que desconocen que Yoani Sánchez pasea libremente por las calles de La Habana y posee un blog alojado en el exterior que destila oprobios sobre la Revolución cubana; o que el blog El Guayacán Cubano estaba alojado en Puerto Rico y Carlos Manuel Serpa, el agente Emilio de la Seguridad del Estado, narró cómo surgió el mismo.
Ya no le quedan argumentos para atacar a Cuba. Ahora resulta que RSF señala que el acceso en la isla se resume a los correos internos, una «wikipedia» cubana y sitios de información gubernamental. ¿Acaso ignoran su uso y disponibilidad para cientos de miles de cubanos vinculados a la profesión médica y educativa, la cultura, el periodismo, la ciencia, además de para el pueblo en general, en lugares como Joven Club de Computación (similares a Cibercafés pero con docencia), escuelas, universidades, unidades de Correos y otras instituciones?
¿Por qué no denuncia RSF que la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) de los Estados Unidos, subordinada al Departamento de Estado, destinó varios millones de su presupuesto del 2010, a sembrar propaganda anticubana en Internet, como parte de su Programa contra Cuba, tal y como fue denunciado este 14 de marzo en la televisión cubana, en el documental «Mentiras bien pagadas», de la serie Las Razones de Cuba?
¿O es que la USAID y RSF comparten la misma casa matriz, en Langley, Virginia?
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