Por gentileza de nuestro admirado Fulvio Aurora, hemos podido actualizar nuestros conocimientos sobre la situación presente de la problemática del amianto, en Italia. Comenzaremos por transcribir una breve semblanza sobre la bondadosa y militante personalidad de Fulvio, a quien tuvimos el placer de conocer personalmente en Roma, con ocasión de la celebración de la culminación […]
Por gentileza de nuestro admirado Fulvio Aurora, hemos podido actualizar nuestros conocimientos sobre la situación presente de la problemática del amianto, en Italia. Comenzaremos por transcribir una breve semblanza sobre la bondadosa y militante personalidad de Fulvio, a quien tuvimos el placer de conocer personalmente en Roma, con ocasión de la celebración de la culminación del célebre proceso de Turín, promovido por las víctimas del amianto, de Casale Monferrato. Gracias a su amable invitación, pude disertar sobre la situación presente de la problemática del amianto en España, en una de las salas de la sede del Parlamento italiano, brindándoseme la oportunidad de difundir allí mi «Manifiesto de Roma, sobre el comercio del amianto», cuyo texto puede ser accedido: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=192104.
Fulvio Aurora, Secretario nacional de AIEA, la «Associazione Italiana Esposti amianto», nació en Milán, en el año 1942. Proviene de una experiencia operaria y sindical. Actualmente periodista (director responsable de «Medicina Democrática»). Trabaja también como gestor del «Rifugio Brioschi», un refugio alpino.
Es responsable nacional de la sanidad, de «Rifondazione Comunista», y vicepresidente de «Medicina Democratica, Movimento di lotta per la salute». Colabora en la asociación «SENZA LIMITI», protectora de los ancianos con padecimientos crónicos, y no autosuficientes, y con el «FORUM PER LA SALUTE MENTALE». Es miembro de la Asociación Italiana de Epidemiología.
Mediante su amable comunicación personal, Fulvio Aurora nos pone en antecedentes de la situación actual de la problemática del amianto en Italia, cuyos detalles expondremos a continuación.
Me dice: «Seguimos, por supuesto, los procesos en curso: dos en Milán, contra Pirelli, por homicidio por imprudencia, y otro contra Alfa Romeo; en Pavía, contra Fibronit, y en Turín también en contra de la Pirelli. Ya existentes, entre ellos están el juicio de Ansaldo-Franco Tosi, de Milán, Teksid-Fiat de Turín, Enel Turbigo. Sigue adelante el juicio contra Ilva, en Taranto, y en el juicio del Tribunal Supremo contra Montedison, de Mantua«.
Autocitándonos: «Entre las empresas españolas importadoras de amianto, encontraremos a la siguientes: «FIRESTONE HISPANIA, S.A.», «PRODUCTOS PIRELLI«, y «SAFE NEUMÁTICOS MICHELIN», todas ellas vinculadas a la fabricación de neumáticos, e igualmente, por lo que respecta a la industria del caucho, en general: «FAB. SUELAS CAUCHO» e «HISPANIA CAUCHO, S.A.». Fuente: Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales: Prospección sobre la presencia de amianto o de materiales que lo contengan en edificios.
El empleo del asbesto, por parte de un fabricante de neumáticos tan característico, como es el caso de la marca «Pirelli«, lo veremos refrendado por una publicación española del año 1977: «Las mayores empresas inversoras son la Pirelli suiza, que destinará más de 685 millones de pesetas a la fabricación, compra-venta de artículos de goma, gutapercha, amianto y similares, cables eléctricos y demás artículos relacionados con tal industria». Fuente:
Diez directivos de la empresa «Pirelli» fueron demandados en Italia por la muerte de más de cincuenta trabajadores expuestos al amianto en sus factorías de fabricación de neumáticos; entre los demandados, estaba Piero Sierra, que durante nueve años ha presidido la «Asociación Italiana para la Investigación del Cáncer» (AIRC)».
A diferencia de lo que ocurre en España, en Italia veremos a la vía penal profusamente utilizada, en los casos por amianto. Ello obedece, entre otros factores, principalmente al hecho de en el país de Dante, para poder alcanzar una indemnización, es condición indispensable que previamente se haya alcanzado una condena a través de dicha vía procesal, y contra una o más personas físicas, que han de estar vivas, en el momento de alcanzarse dicha condena penal, que decae automáticamente si el procesado fallece antes de pronunciarse el veredicto, en cuyo caso los demandantes se quedan automáticamente sin indemnización. Situaciones así, se vienen produciendo, por ejemplo, en litigios como el formulado contra la empresa «Fibronit», en Broni (Pavía), en el que ya han fallecido varios directivos encausados: la noticia de la muerte de otros dos acusados, después de la muerte de Dino Augusto Cadena, de 83 años, y Maurizio Módena, de 63 años, de Redan, y del ex alcalde de Santa Giuletta, llegó a sala del tribunal donde se celebraron otras etapas del proceso por las muertes del amianto. El colegio de jueces observó la desaparición, ocurrida en los últimos días, también de Theodore Manara, de 79 años, de Castiglione Torinese (Turín), y de Dominic Salvino, de 72 años, de Turín. Se deja fuera del proceso también a Guglielma, de 78 años, y también de Castiglione Torinese, que fue declarado incapaz de consentimiento.
Fallecimientos e inhabilitaciones sobrevenidas a los demandados, salpican los litigios por mesotelioma, patología maligna asbesto-relacionada que habitualmente surge tras un tiempo de latencia que generalmente se cifra en varias décadas, desde que se produjo la exposición laboral. Con arreglo a la legislación italiana, esos sucesos presuponen otras tantas ocasiones de exoneración de tales encausados, y consecuentemente, según esa misma legislación, de automático decaimiento del derecho indemnizatorio de todo demandante contra alguno de esos fallecidos o inhabilitados para su defensa, por causa derivada de su edad o estado físico o mental, y en su calidad de persona física, que es la única alternativa admitida por el susodicho orden judicial italiano, que no permite hacerlo contra personas jurídicas, como es el caso de las empresas. Frecuentemente, las demandas son colectivas.
Otro de los litigios del amianto en Italia, corresponde al encausamiento de directivos de la factoría de los automóviles «Alfa Romeo», en Arese, cerca de Milán. Los demandados por quince muertes por mesotelioma, son seis: el ex director general de «Fiat Auto», Paolo Cantarella, el ex presidente George Garuzzo, y cuatro directivos más: Piero Fusaro, Corrado Innocenti, Moro Vincenzo y Giovanni Battista Razelli, quedando absuelto Luigi Francione, que ejerció como presidente en «Alfa Lancia», entre 22 de junio de 1990 y 30 de enero de 1991, por considerarse que no cabe atribuirle una responsabilidad de omisión, habida cuenta de la corta duración del ejercicio de su mandato.
La acusación señala la completa falta de precaución en la línea de producción, así como la falta de información a los trabajadores, sobre los graves riesgos de salud, en la fábrica, entre los años ochenta y noventa, y después, con ocasión de las muertes por mesotelioma, acaecidas entre los años 2000 y 2013.
Cantarella y los demás habrán de responder de haber causado las muertes por mesotelioma pleural, al haberse utilizado amianto en la planta de producción de automóviles, como material auxiliar en procesos de fundición, forja y tratamientos térmicos. Se utilizó el cartón y la tela de amianto, para la construcción de refugios a prueba de calor; el amianto era el material de las placas de fibrocemento, el material retardante a la acción del fuego, aplicado a las estructuras de soporte de las edificaciones del negocio, y se lo utilizó también en el diseño técnico de los materiales de fricción, de los sistemas de freno y de disco de embrague, en las juntas de estanqueidad de los sistemas de propulsión, y en otras partes de las plantas. Se lo utilizó en las operaciones de soldadura; los soldadores llevaban guantes y delantales de asbesto.
Giampiero Pesenti y otros 7 ex ejecutivos de «Franco Tosi Meccanica» -una empresa fabricante de turbinas-, fueron acusados con cargos de homicidio y lesiones, por negligencia, en relación con más de 33 casos de trabajadores que murieron de mesotelioma, y de otros dos, que se enfermaron después de trabajar, entre los años setenta y principios de los noventa, en la fábrica donde, según la acusación, respiraron las fibras de amianto, sin adecuadas medidas de seguridad. Los restantes acusados, son: Renato Conti, Luciano Cravaroli, Rodolfo Di Stefano, Roberto Giannini, Enzo Ianuario, Francesco La Via, Giuliano Tedeschini y Vincenzo Vadacca.
El juicio ha sido ordenado por el tribunal para la audiencia preliminar contra los ocho ex directivos (hasta el año 2000, la empresa fue propiedad de «Ansaldo Energia», dedicada a la misma actividad), acusados de infringir las normas para la prevención de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, dado que no se informó a los trabajadores sobre los riesgos relacionados con la exposición al amianto, en el aislamiento térmico de las piezas de trabajo, ni tampoco se les dotó de máscaras adecuadas para la protección respiratoria .
El fundador de la empresa «Franco Tosi», el 25 de noviembre de 1898, fue asesinado, cerca de la estación de trenes de Legnano (Milán), por uno de sus trabajadores.
Pesenti, ahora presidente del «Grupo Italcementi», es reconocido como uno de los ex miembros del Comité Ejecutivo de la empresa, desde marzo de 1973 hasta abril de 1980.
El juicio comenzó el día 20 del pasado mes de marzo.
En las fábricas, en aquellos días, se utilizó el amianto en abundancia, para el aislamiento térmico de las piezas, que se trabajaban en caliente, para el aislamiento de partes de la planta y del equipo, para el moldeo de piezas, y también para proteger a los trabajadores del riesgo de quemaduras, mientras estaban trabajando. Según la acusación, el industrial, el ex presidente de «Gemina» (holding de inversiones industriales) y del pacto de unión «RCS MediaGroup» (el principal grupo editorial italiano), debería haber requerido utilización de un equipo de protección respiratoria. La limpieza se realizó con palas, escobas, trapos y chorros de aire comprimido. Los fragmentos del aislante demolido, fueron tratados como escombros de obras de construcción común, y acumulados fuera del perímetro de la instalación industrial.
Ahora el fiscal ha de tratar de identificar a los responsables de estas muertes. No es el primer intento: en el año 2007, diez ejecutivos de «Ansaldo» fueron absueltos por el juez de primera instancia, por la muerte de otros 24 trabajadores. Hoy en día, con las nuevas directrices científico-legales, fuertes, el fiscal quiere proceder siguiendo adelante con el nuevo juicio.
En la empresa «Teksid-Fiat», antiguos altos hornos, 14 trabajadores murieron por asbesto. Cuatro gerentes fueron condenados en Turín.
La condena más alta fue para Antonio Mosconi, ex presidente y CEO de «Teksid», para a continuación pasar a la alta dirección de «Fiat Impresit». El fiscal adjunto de Turín, Gianfranco Colace, había pedido penas de hasta cinco años a los responsables de las empresas que no habían instalado sistemas de aspiración, para eliminar el peligroso polvo.
Para hacerse una idea de la situación vivida por los trabajadores de esta empresa, es de utilidad atender a lo manifestado por uno de ellos al párroco Don Livio Corazza: narró que cuando, recomendado por el párroco, ingresó en la compañía a los 19 años, en una de las dos entrevistas de selección a las que fue sometido, le recomendaron que cuando entrara en la empresa, comprara siempre el diario «La Stampa», y ningún otro más; que se lo vieran siempre abierto por las páginas de deportes, y que dejara bien claro que a él no le interesaba la política, y que así todo le iría bien.
El actual juicio contra los directivos de la central energética de Turbigo, propiedad de la empresa Enel, corresponde a la absolución habida en un litigio ya celebrado, y recurrida por el fiscal, por la muerte por mesotelioma, de ocho operarios, acaecidas entre los años 2004 y 2012. Esto, dicho así, escuetamente, no deja traslucir las vivencias de los familiares de los fallecidos a causa de la inhalación de amianto, cuando, al término del juicio precedente, ahora recurrido, tuvieron que escuchar una resolución absolutoria, entre cuyas consecuencias estaba la denegación de una indemnización mínimamente reparadora del duelo causado.
Más adelante, Fulvio nos informa: «Sigue adelante el juicio contra Ilva en Taranto, y en el juicio del Tribunal Supremo, contra Montedison, de Mantua.
El 31 de mayo sabremos si el Tribunal Constitucional dará luz verde para reanudar el segundo juicio contra Eternit-Schmidheiny; lamentablemente sin el fiscal Guariniello, que está ahora retirado.
También estamos comprometidos en Cerdeña, en nuestras fronteras periféricas, con los trabajadores de la Enichem, en Ottana, para el reconocimiento de las enfermedades profesionales relacionadas con el amianto. La propiedad fue puesta bajo administración judicial, en respuesta a nuestro llamamiento«.
La de los trabajadores expuestos al amianto en Ottana, es una disputa que se ha prolongado durante más de un cuarto de siglo. La empresa pertenece al «Grupo Eni», que se ha caracterizado por reiteradas y escandalosas exoneraciones en los litigios del amianto.
El juicio de Ilva, en Taranto, con 27 ejecutivos encausados, se corresponde con una actividad de hornos de coque, una de las más contaminantes, en opinión de los expertos. Un «estado de omisión consciente y lúcido»… «perpetrado durante décadas», en palabras del tribunal, con resultado de 28 muertes por mesotelioma.
En el juicio contra la empresa Montedison, ante la corte Mantua, la fiscalía causó sensación, en un movimiento que dejó sorprendidos a todos, presentando en el aula pruebas abrumadoras (de las que formarían parte fotografías del aislamiento removido, que contenía más de 600 toneladas de amianto, almacenadas en la factoría), que fueron retiradas en seco, polvareda que, durante años, determinó la exposición al amianto a la que fueron sometidos los trabajadores de esa industria petroquímica. Se trata de una documentación fotográfica excepcional, que se refiere a los años 1972-1989, durante los cuales, los doce encargados, ahora encausados, habrían causado la muerte de 72 trabajadores.
La de los trabajadores expuestos al amianto en Ottana, es una disputa que se ha prolongado durante 24 años. La empresa Enichem es una multinacional, que cuenta con una filial en España.
Fulvio termina su comunicación, con estas palabras: «También, el 27 de abril vamos a tener una audiencia con el Papa en la que vamos a tratar de pedirle que tome una posición sobre el tema del amianto y sobre una prohibición mundial de ese material.
El 29, habrá una reunión con los parlamentarios en la Cámara de Diputados, donde se les pedirá que adopten un apoyo para las víctimas del amianto y que aprueben el plan nacional del amianto. Se espera que haya otras iniciativas relacionadas con el Día Mundial de las víctimas, el 28 de abril, en algunas regiones.
Estamos siguiendo la investigación de los supervivientes a largo plazo del mesotelioma, ahora que termina en las manos de los investigadores del Instituto Nacional del Cáncer, de Milán.
Hemos hablado de la iniciativa de los movimientos en España para hacer directamente una petición a la Unión Europea, que las asociaciones italianas están dispuestas a firmar y, finalmente, a participar en la iniciativa que se puso en marcha en España, en Madrid«.
Por nuestra parte, sólo habremos de añadir, que el único posicionamiento público, religioso (católico), respecto del drama del amianto, que nos ha sido conocido, hasta el presente, es el artículo correspondiente a la siguiente reseña: Gérard Filion / L’argent a aussi ses camps de concentration (el dinero tiene también sus campos de concentración) / Le Devoir, 15 janvier 1949, p. 1.
La lucha de clases -esa expresión ante la que algunos de nuestros interlocutores más jóvenes se quedan mirándonos, frecuentemente, con elocuente gesto de incomprensión, como fruto, esperado, de un eficaz adoctrinamiento cultural soterrado-, cobra especial crudeza en todo lo relativo al amianto, pero, además, en el caso de Italia, su peculiar sistema judicial acentúa, si cabe, todavía más, esas afiladas e hirientes aristas. En ello, además, y en todas partes, algunos quedan retratados con el paso cambiado.
A mediados de junio de 2013, en la semana siguiente al último pronunciamiento de la corte de Turín, los delegados de Casale Monferrato -Bruno Pesce, presidente del Comité de litigios del asbesto, y Nicola Pondrano, secretario de la Cámara de Trabajo, junto con los fiscales Sara Panelli y Gianfranco Colace, del equipo del fiscal Raffaele Guariniello – invitado a Curitiba, capital del estado de Paraná, por el fiscal del Trabajo brasileño, se encontró con un comité de los trabajadores, en protesta contra su presencia, y para impugnar la evidencia del peligro del mineral, preocupado por la amenaza de cierre de las minas y plantas de procesamiento, en los países de América del Sur.
En Europa, la entrada de Eslovenia y de Croacia en la Unión Europea, llevó a la adaptación de sus respectivas legislaciones nacionales, a la prohibición de todas las variedades de asbesto, que se extendió en toda la UE en el año 2005. Entre las reacciones, hubo una huelga de hambre de los trabajadores de una fábrica, cerca de Split, abocada al cierre, por no asumir la posibilidad de proseguir una fabricación basada en una fibra alternativa, como se ha hecho en otras factorías.
Un posicionamiento maniqueo sobre la cuestión de la viabilidad y oportunidad de una prohibición del amianto, no se vería respaldado estrictamente por los hechos. Veamos, por ejemplo, lo que decía, al respecto, Manuel Sacristán, en una de las entrevistas que concedió: «He contado muchas veces el deprimente ejemplo de la industria del asbesto en Alemania Federal, pero es tan instructivo que no me molesta repetirlo: el gobierno Schmidt preparó, a finales de los años 70, un proyecto de ley que preveía la abolición, en cuatro años, de la industria del asbesto -una de las más cancerígenas que existen- el proyecto de ley fue retirado, por la presión conjunta de los empresarios y los obreros del asbesto, temerosos de perder sus empleos y decididos, evidentemente, a preferir el cáncer de pulmón a un periodo duro, que desde luego, no habría sido de hambre física, sino sólo de transitoria reducción del nivel de vida, es decir; de lo que la mentalidad burguesa llama nivel de vida; (el proyecto de ley preveía la sustitución gradual de los puestos de trabajo y una dotación, para investigación y desarrollo de sucedáneos del amianto)». Fuente: Sacristán, Manuel. «Entrevista con Manuel Sacristán.» Mientras tanto 16/17 (1983): 195-211.
Es evidente, por otra parte, que al menos parte de los sindicatos pro-crisotilo, merecen plenamente el calificativo de «sindicato amarillo», al haberse podido probar para algunos su indudable creación y sostenimiento patronal, y es a ellos a los que habría que restringir la irónica definición como de magníficos catadores de letrinas.
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