Numerosas son las sanciones y los juicios contra los trabajadores y, especialmente, contra los dirigentes de los sindicatos combativos. Esta «persecución» no es en absoluto inocente, cada vez, con mayor frecuencia, se están criminalizando las acciones sindicales / laborales, llegando incluso a ser consideradas como actos de terrorismo, de tal modo que las condenas y […]
Numerosas son las sanciones y los juicios contra los trabajadores y, especialmente, contra los dirigentes de los sindicatos combativos. Esta «persecución» no es en absoluto inocente, cada vez, con mayor frecuencia, se están criminalizando las acciones sindicales / laborales, llegando incluso a ser consideradas como actos de terrorismo, de tal modo que las condenas y las sanciones económicas amenazan seriamente la existencia de estos sindicatos.
Pero estos sindicatos, considerados minoritarios, sin embargo acaparan mayoritariamente las sanciones, cuando no la totalidad, si estas se refieren a las que recaen sobre sus líderes o sobre sus representantes.
Esta persecución guarda una relación directa con el grado de compromiso sindical. Pocos o ninguno de los altos dirigentes de los sindicatos «complacientes» con la patronal o con las medidas tomadas por el Gobierno, en cuanto a los recortes laborales, sufren algún tipo de persecución, sino al contrario, son subvencionados generosamente. La crisis agudiza las sanciones a los primeros mientras mejora las prestaciones a los segundos, es decir, endurece las penas a unos y premia la complicidad de los otros.
Los sindicatos que participaron en estas jornadas suscribieron el siguiente manifiesto:
RESOLUCIÓN DE LA JORNADA DE REPRESIÓN SINDICAL
El contexto histórico actual del capitalismo impone medidas económicas, políticas y represivas de carácter global, la única diferencia apreciable está en el grado en que se aplican esas medidas; que varían en función del marco geográfico donde se aplican. Las naciones sin estado quedan pues sometidas a una doble represión: la de clase y la del imperialismo. El caso del Estado español es un claro ejemplo de esta doble represión, para cuya aplicación no duda a la hora de crear un marco supuestamente legítimo y democrático, marco que refuerzan los organismos internacionales al servicio del capital, con el que dar cobertura a las medidas más antidemocráticas y contrarias a la clase trabajadora que podamos imaginar.
Fruto de estas condiciones, unidas a la crisis sitémica a la que nos enfrentamos, son pues las medidas represivas adoptadas que llevaron a prisión a muchos compañeros y compañeras. En consecuencia, y previendo una mayor represión sobre los compañeros y compañeras que optan por la defensa legítima de sus intereses de clase, los sindicatos asistentes la estas jornadas (LAB DE EUSKALHERRÍA, INTERSINDICAL Y FSOC DE CANARIAS, CSI de ASTURIAS, INTERSINDICAL VALENCIANA y CGPT de PORTUGAL) reclamamos nuestro derecho a la defensa de los intereses de la clase trabajadora con la legitimidad que nos otorga pertenecer a los explotados y no a los explotadores. Asimismo exigimos:
1.- La inmediata absolución del compañero Rafa Díez, Ex-Secretario General de LAB, y de todos los compañeros y compañeras encausados injustamente en este proceso y en otros que están abiertos en EuskalHerría.
2.- La inmediata puesta en libertad de los compañeros de la CUT, Miguel Nicolás y Telmo Varela, trabajadores del naval, presos en las cadenas españolas por su trabajo sindical.
3.- Lo cese de la persecución sindical de todos los trabajadores y trabajadoras que optan por la defensa de sus intereses de clase en cualquier punto del Estado español.
4.- El reconocimiento del derecho de autodeterminación para todos los pueblos.
Y condenamos unánimemente al sistema capitalista como causante directo de la injusticia, la desigualdad y la represión progresivamente aceleradas que estamos sufriendo los trabajadores y trabajadoras.
En Vigo, 24 de junio de 2011
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